viernes, 26 de marzo de 2010

Patti Smith conoce a Robert Mapplethorpe / Just Kids / Patti Smith poesía punk

PATTI SMITH CONOCE A ROBERT MAPPLETHORPE

Jesus Died for Somebody's Sins but not Mine...



Patti Smith, la niña enfermiza que tenía alucinaciones (visiones que recogería en un diario y que serían el origen de su poesía), educada en el seno de una familia de padre ateo y madre testigo de Jehová que ha hecho que su vida y obra esté recorrida por un fuerte misticismo, una doble visión de Dios, entre lo profano y lo sagrado. En la escuela de Arte de New Jersey un profesor la introdujo en el concepto del artista criminal y le presentó a quienes serían dos grandes influencias para Patti: Jean Genet y Arthur Rimbaud, artistas fuera de la ley, vagabundos que mezclaban el arte y el pecado.

"Ya no quiero ir al cielo, si no hay arte allí".

Cambió a Dios por Rimbaud. Se fue a Nueva York a buscar al niño artista criminal tras leer Iluminaciones, y así seguir el mismo camino de ídolos suyos contemporáneos como Jim Morrison o Bob Dylan.

"No considero que escribir sea un acto silencioso, introspectivo. Es un acto físico. Cuando estoy en casa, con mi máquina de escribir, me vuelvo loca. Camino como un mono. Me humedezco. Tengo orgasmos. En vez de inyectarme heroína, me masturbo catorce veces seguidas. Tengo visiones. Naves descendiendo sobre las pirámides aztecas. Templos. Así es como escribo mi poesía".



Aunque ella misma es un icono del rock y la contracultura y está considerada la madrina del punk, antes de eso fue la mayor iconoclasta o iconógrafa del mundo. Se fue a París tras la estela de Rimbaud y Jim Morrison para descubrir qué estaba buscando. Antes de conocerlos, Bob Dylan, Mick Jagger, Keith Richards o Jean Genet ya se encontraban entre sus amigos imaginarios. Lloró la muerte de Jimmi Hendrix y Brian Jones como si fueran íntimos. Y entre sus ídolos se encontraban gente tan dispar como Andy Warhol o el presentador de TV Johnny Carson. Patti Smith lo reconoce: "Estoy envuelta en la vida de mis héroes. En mis canciones, en mi poesía. Les he dedicado poemas a Eddie Sedgwick, a Marianne Faithfull, a Frank Sinatra".
Es imposible enumerar las canciones inspiradas en sus héroes: cada una de ellas nació gracias a una musa. En este texto encontrado en Internet, Patti Smith da una fiesta, pueden leerse algunos de los grandes amigos e influencias de la cantante.



Hola, me llamo Patti Smith y tengo a mi amigo
Robert Mapplethorpe esperando fuera.
Usted no nos conoce, pero le aseguro que algún día seremos estrellas...
El único problema es que no tenemos dinero


Patti devoraba las biografías románticas sobre la vida de los artistas, y tenía ganas de encontrar a un artista joven, ser su amante y cuidarlo. Cuando llega a Nueva York trabaja en la librería Scribner de la Quinta Avenida y se sacaba un dinero extra posando desnuda para los estudiantes del Pratt Institute of Art. Allí conoció a Robert Mapplethorpe. Tenía diecinueve años y le pareció hermoso. A los pocos segundos de verse Patti ya sabía que iban a ser amigos, amantes y compañeros. Mapplethorpe estaba fascinado con esa chica delgada, mística y un poco loca, y se fueron a vivir juntos. Vivieron en la habitación 1017 del Hotel Chelsea, donde también se hospedaron otros célebres personajes de la factoría Warhol. Fue en el Hotel Chelsea donde sellaron un pacto de sangre: seguir juntos hasta que los dos fueran suficientemente fuertes como para caminar por separado.



Robert aún pintaba y Patti escribía pequeños versos en sus dibujos y collages. Fue Patti quien le animó a que hiciera sus propias fotografías, ella fue la modelo de sus primeras fotos. Patti que, emulando a sus amigos Ginsberg y Burroughs, pensaba más en la poesía aprendió de él la disciplina necesaria para llevar a cabo su trabajo. Robert presentó a Patti a sus padres y les dijo que se casarían, incluso le llegó a regalar un anillo de compromiso, pero la pareja sexualmente no funcionaba, y Patti, que lo consideraba más como una relación fraternal, había comenzado una relación con el escritor Sam Sephard. Robert le lanzó un ultimátum: "Si te alejas de mí, me haré gay". Y aunque volvieron a vivir bajo el mismo techo, ella se fue con Sam Shepard y él fue a caer en manos de su mentor y amante Sam Wagstaff.


Ya tenía dos libros de poemas publicados, cuando empezó a acompañarse en sus lecturas por el guitarrista Lenny Kaye. Sus recitales se parecían cada vez más a conciertos de rock, y así Patti va formando poco a poco su banda. Quería hacer algo parecido a lo que hicieron Jimmi Hendrix y sobre todo Jim Morrison en los 60, y que el rock de los 70 estaba perdiendo. Horses, su album debut en 1975, con la producción de John Cale, es considerado uno de los mejores discos de la historia del rock y precursor de lo que sería el movimiento punk.



La tapa del disco es una foto mítica, tomada por Robert Mapplethorpe, donde Smith no es hombre ni mujer. Ninguna mujer había llevado a ese terreno el concepto de androginia. Las estrellas de rock, si eran chicas, tenían que ser sexys. Patti adoptaba todo el ideario punk con un discurso contestatario, especialmente en lo referente a los estereotipos de género.

El disco empezaba con la canción "Gloria" y su reveladora: "Jesús murió por los pecados de alguien, pero no por los míos". La canción se mezclaba después con Gloria, de Van Morrison, que Smith cantaba desde un punto de vista masculino lo que la convertía en un himno sáfico. El tema siguiente hablaba de una mujer lesbiana que acaba suicidándose en Redondo Beach.

Radio Ethiopia, en 1976, seguía mezclando el lenguaje religioso con el rock'n'roll, mezclando visiones de rebelión adolescente con plegarias, o relatando historias de comunión espiritual con vagabundos y ladrones. Genet era su principal inspiración. Cuando estaba presentando este álbum, en Florida en enero de 1977, se cayó del escenario y se rompió dos vértebras del cuello. "Estaba haciendo mi número más intenso, Ain't it Strange, una canción donde desafío a Dios, le pido que me hable, canto: Mano de Dios, siento tu dedo, pero no me marea, soy un torbellino, pero no caigo. Y caí". Para Smith, fue un mensaje divino, una respuesta de Dios.

Este episodio es el principio de su retiro para formar una familia que duraría hasta 1996 año que se quedaría viuda de Fred Sonic y perdería a algunas de las personas más importantes de su vida. Sólo abandonó su vida monástica en 1988, cuando editó un disco de pequeña tirada, Dream of Life, grabado durante la agonía de Robert Mapplethorpe, antes que muriera de sida en 1989.

"Robert me fotografió cuando cumplí cuarenta, mientras grababa Dream of Life. Me hizo sostener una mariposa azul, el símbolo de la transformación. El invierno siguiente tomó nuestro retrato familiar en su estudio de Nueva York, la última vez que fui fotografiada por mi amigo. Poco después, Robert nos visitó cuando grabamos la canción para mi hijo, The Jackson Song. No estaba bien, y se acostó en un sofá en el estudio. Tocamos la canción dos veces. La segunda fue lo mejor que pudimos hacer... Yo miré a través del vidrio y vi a Robert, durmiendo, lleno de paz. Fred estaba parado a su lado, llorando en silencio" (tomado de los diarios de Patti Smith)

Patti también adoró a otro niño artista como Robert, Kurt Cobain, a quien sin embargo jamás conoció. En 1996 escribe la canción About a Boy pensando en él. Y en su último disco de versiones Twelve le homenajea con una versión de su canción más famosa Smells Like Teen Spirit.

SÓLO CHICOS

La leyenda estadounidense del rock & roll suele viajar acompañada por las cenizas de su amigo el fotógrafo y artista Robert Mapplethorpe, fallecido en 1989.

"En alguna parte tengo también una pequeña urna con sus cenizas, que a veces llevo conmigo en mis viajes o giras de conciertos", reveló Patti Smith en una entrevista.



La cantante ha publicado un libro autobiográfico sobre los años de la revolución hippie y sus encuentros con Janis Joplin, Jimi Hendrix y Bob Dylan, entre otros, titulado "Just Kids".

A principios del otoño de 1967, Patti Smith y Robert Mapplethorpe se sentaban juntos en un rincón de Washington Square, en Nueva York. Por aquel entonces no les conocían ni en su casa a la hora de comer -en parte porque no iban nunca- pero ya tenían unas hipnóticas pintas muy raras, sobre todo ella. Una pareja de turistas empezaron a discutir sobre ellos. La mujer quería sacarles una foto porque le parecían «artistas». El hombre dijo que no eran más que unos chicos («just kids»). «Just Kids» es el título de las memorias que Patti Smith acaba de dar a la imprenta.

«The New York Times» saluda la novedad editorial como un monumento a la inocencia. No sólo a la de Smith y Mapplethorpe sino a la de toda una generación que aprendió a pedir lo imposible y a imaginar lo maravilloso -o lo terrible, tanto da- de la mano de esa bandada de artistas que a finales de los 60 aterrizaron en el Village neoyorquino y cuyas voces aún resuenan profundamente en la contracultura. O sin contra.



En 1967 la poeta y cantante Patti Smith era una veinteañera que había decidido probar suerte en Nueva York. No tenía donde dormir y pasaba hambre, le gustaba leer y escribía. Aún no exploraba en la música y desconocía que llegaría a ser figura central en el ambiente underground y la escena punk que se gestaba en la ciudad. Robert Mapplethorpe había dejado sus estudios de arte, pero tenía la voluntad férrea de abrise camino con sus dibujos y pinturas a costa de lo que fuera. Pronto una Polaroid iba a caer en sus manos y finalmente lograría la consagración artística como fotógrafo. Aquel verano eran un par de jóvenes que se encontraron y forjaron un camino de amor, creación y apoyo mutuo. Con el libro Just kids, del que Laberinto adelanta dos fragmentos, Smith cumple la promesa que le hizo alguna vez a su inolvidable compañero de ruta, que murió de sida en 1989, de contar la historia de su amistad.


La ciudad ardía, pero aún llevaba mi impermeable. Me daba confianza mientras recorría las calles en busca de trabajo, con el único currículum de un turno en una fábrica, vestigios de una educación incompleta y un uniforme de camarera inmaculadamente almidonado. Logré un puesto en un pequeño restorán italiano llamado Joe’s en Times Square. Tres horas la primera jornada; después de derramar una bandeja de ternera a la parmesana en el traje de tweed de un cliente fui liberada de mis responsabilidades. Sabiendo que nunca iba a lograrlo como camarera, dejé el uniforme —sólo ligeramente manchado— y los tacones que le hacían juego en un baño público. Me los había dado mi madre, un uniforme blanco con zapatos blancos, invirtiendo en ellos sus propias esperanzas sobre mi bienestar. Ahora eran como lirios marchitos olvidados en un lavamanos blanco.

Atravesaba la gruesa atmósfera sicódelica de St. Mark’s Place sin estar preparada para la revolución en marcha. Había un aire de vaga e inquietante paranoia, una corriente subterránea de rumores, fragmentos de diálogos robados anticipando la revolución. Sólo me senté ahí tratando de entender, el aire grueso del humo de yerba puede explicar mis adormilados recuerdos. Me abrí camino en una gruesa teleraña de conciencia cultural cuya existencia desconocía.

Había vivido en el mundo de mis libros, escritos en gran parte en el siglo diecinueve. Aunque podía dormir en bancos, en el metro y cementerios hasta tener un trabajo, no estaba lista para el hambre constante que me roía. Era una cosa flaca con un metabolismo rápido y gran apetito. El romanticismo no me saciaba la necesidad de comer. Aun Baudelaire tuvo que comer. Sus cartas contenían mucho de un desesperado deseo a gritos de carne y cerveza.

Necesitaba un empleo. Fue un alivio cuando me contrataron como cajera en la sucursal de la librería Brentano’s en uptown. Habría preferido la sección de poesía que anunciar las ofertas de joyas y artesanía étnicas, pero me gustaba mirar las baratijas de países lejanos: brazaletes bereberes, collares de conchas de Afganistán, y un Buda engarzado en una joya. Mi objeto favorito era un modesto collar de Persia. Estaba hecho de dos placas metálicas ligadas con grueso hilo negro y plata, como un escapulario muy antiguo y exótico. Valía dieciocho dólares, lo que parecía mucho dinero. Cuando las cosas estaban calmadas lo sacaba de su caja y delineaba la caligrafía grabada en su superficie violeta, fantaseando acerca de sus orígenes.



Poco después de que empecé a trabajar ahí, [un] chico que había conocido brevemente en Brooklyn vino a la tienda. Se veía distinto de camisa blanca y corbata, como un estudiante de colegio católico. Dijo que trabajaba en el Bretano’s del downtown y que tenía un crédito que quería usar. Tomó mucho tiempo mirando todo, los abalorios, las pequeñas figuras, los anillos de turquesa.

Finalmente dijo “quiero éste”. Era el collar persa.

“Es mi favorito también”, le respondí. “Me recuerda a un escapulario”.

“¿Eres católica?”, preguntó.

“No, sólo me gustan los objetos católicos”.

“Yo fui monaguillo”, rió. “Me encantaba mecer el incensario”.

Estaba feliz de que hubiera elegido la misma pieza que yo, aunque triste por verla partir. Cuando la envolví y se la pasé, le dije impulsivamente “no se la des a ninguna chica, sólo a mí”.

Me sentí avergonzada, pero él sonrió y dijo “no lo haré”.


Smith en el festival Provinssirock. Finlandia, 2007. Foto: Beni Köhler
Cuando se fue, miré el lugar vacío donde había estado sobre un pedazo de terciopelo negro. A la mañana siguiente una pieza más elaborada había tomado su lugar, pero carecía del simple misterio del collar persa.

Al final de mi primera semana sentía mucha hambre y aún no tenía dónde ir. Tomé la tienda como dormitorio. Me escondería en el baño mientras los demás se iban, y después que el vigilante nocturno cerrara dormiría sobre mi abrigo. En la mañana aparecería como si hubiera llegado temprano a trabajar. No tenía ni un centavo y hurgué los bolsillos de los uniformes para comprar galletas de mantequilla de maní en la máquina expendedora. Desmoralizada por el hambre me choqueó que no hubiera ningún sobre para mí el día de pago. No había entendido que la primera semana de pago se retenía, y me fui al baño a llorar.

De regreso en la caja, vi a un tipo al acecho, observándome. Tenía barba y llevaba una camiseta a rayas y una de esas casacas con parches de gamuza en los codos. El supervisor nos presentó. Era un escritor de ciencia ficción y quería invitarme a cenar. Aunque yo tenía veinte años, la advertencia de mi madre de no salir con extraños resonó en mi conciencia. Pero la perspectiva de una cena la debilitó y acepté. Esperaba que todo estaría bien si el tipo era escritor, aunque parecía más un actor jugando al escritor.

Caminamos calle abajo hasta un restorán en la base del Empire State. Nunca había comido en un buen lugar en Nueva York. Traté de pedir algo que no fuera tan caro y elegí pescado a $5.95, lo más barato en el menú. Todavía puedo ver a la mesera poniendo el plato ante mí con una gran ración de puré de papas y un pedazo de pescado recocido. Aunque me estaba muriendo de hambre, fue difícil disfrutarlo. Me sentí incómoda y no sabía cómo manejar la situación ni por qué él quería comer conmigo. Parecía como si estuviera gastando un montón de dinero en mí y me preocupaba qué es lo que podía esperar a cambio.

Después de cenar nos fuimos caminando a downtown. Enfilamos al este hacia el parque Tompkins Square y nos sentamos en una banca. Estaba conjurando unas líneas para el escape cuando sugirió ir a su apartamento por un trago. Este era, pensé, el momento crucial que mi madre me había advertido. Miré alrededor desesperadamente, incapaz de responder, hasta que vi acercarse a un hombre joven. Fue como si un pequeño portal del futuro se abriera; de ahí salió el chico de Brooklyn que había elegido el collar persa, como respuesta al ruego de una adolescente. Reconocí de inmediato sus piernas arqueadas al andar y sus rizos alborotados. Iba con overol y una chaqueta de piel de oveja. Del cuello le colgaban collares de cuentas; un pastor de ovejas hippie. Corrí hacia él y lo agarré del brazo.



“Hola, ¿me recuerdas?”

“Claro”, sonrió.

“Necesito ayuda”, le dije. “¿Puedes hacer como que eres mi novio?”

“Seguro”, dijo, como si no lo sorprendiera mi aparición repentina.

Lo arrastré hacia el tipo de ciencia ficción. “Este es mi novio”, dije sin aliento. “Me estaba buscando. Es un loco. Quiere que vaya a casa con él ahora”. El tipo nos miró ridículamente.

“Corre”, grité, el chico agarró mi mano y salimos a través del parque hacia el otro lado.

Sofocados, nos desplomamos en la entrada de una casa. “Gracias, salvaste mi vida”, dije. Aceptó la noticia con expresión de desconcierto.

“No te he dicho mi nombre, es Patti”.

“Me llamo Bob”.

“Bob”, dije mirándolo realmente por primera vez. “De alguna manera no me pareces un Bob. ¿Está bien si te llamo Robert?”

El sol se había puesto en la Avenida B. Tomó mi mano y vagamos por el East Village. Me compró una crema de huevo en el Gem Spa, en la esquina de St. Mark’s y Segunda Avenida. Hablé casi todo el tiempo. Él sólo sonreía y escuchaba. Le conté historias de infancia, la primera de muchas: Stephanie, el campo, y el salón de baile cruzando la carretera camino. Me sorprendí cómoda y abierta con él. Después me dijo que estaba en un viaje de ácido.

Sólo había leído del LSD en un pequeño libro llamado Collages de Anaïs Nin. No estaba al tanto de la cultura de drogas que florecía en el verano del 67. Tenía una visión romántica de las drogas y las consideraba sagradas, reservadas para los poetas, los músicos de jazz, y los rituales indígenas. Robert no parecía alterado o extraño, como yo podría haber imaginado. Irradiaba un dulce y malicioso encanto, tímido y protector. Caminamos hasta las dos de la mañana y finalmente, casi al mismo tiempo, confesamos que ninguno tenía donde ir. Nos reímos. Pero era tarde y estábamos cansados.

“Creo que sé donde podemos quedarnos”, dijo. Su último compañero de casa estaba fuera de la ciudad. “Sé donde esconde la llave; no creo que le importe”.

Tomamos el metro hacia Brooklyn. Su amigo vivía en Waverly, cerca del campus universitario de Pratt. Nos metimos en un callejón donde encontró la llave debajo de un ladrillo suelto y entramos al apartamento.

Nos intimidamos al entrar, no tanto por estar solos, sino porque era el lugar de otro. Robert se preocupó de hacerme sentir cómoda y entonces, sin importar lo tarde que era, me preguntó si quería ver su trabajo guardado en el cuarto de atrás.

Robert lo extendió en el piso. Había dibujos y grabados; desenrolló pinturas que me recordaron a Richard Pousette-Dart y Henri Michaux. Energías múltiples irradiaban a través de palabras entretejidas y líneas caligráficas. Campos de energía construidos con capas de palabras. Pinturas y dibujos que parecían brotar del subconsciente.

Había una serie de discos entrelazando las palabras Ego Amor Dios, combinadas con su propio nombre; parecían desvanecerse y expandirse sobre las superficies planas. Mientras los veía, me sentí impulsada a contarle sobre las noches de mi niñez mirando figuras circulares que irradiaban del techo.

Abrió un libro de arte tántrico.

“¿Cómo esto?”, preguntó.

“Sí”.



Reconocí asombrada los círculos celestiales de mi infancia. Un mandala.

Me conmovió especialmente el dibujo que había hecho el día de los soldados caídos. Nunca había visto algo parecido. Lo que también me impactó fue la fecha: el día de Juana de Arco. El mismo día yo había prometido ante su estatua hacer algo de mí misma.

Se lo dije, y respondió que el dibujo simbolizaba su compromiso con el arte, sellado el mismo día. Me lo regaló sin dudar y comprendí que en ese breve espacio de tiempo habíamos renunciado a nuestra soledad y la habíamos reemplazado por confianza.

Miramos libros de dadá y el surrealismo y terminamos la noche inmersos en los esclavos de Miguel Ángel. Sin hablar absorbimos los pensamientos mutuos y recién al amanecer nos dormimos uno en los brazos del otro. Cuando despertamos me saludó con su sonrisa torcida y supe que era mi caballero.

Como si fuera lo más natural del mundo seguimos juntos, no dejándonos más que para ir al trabajo. Nada se habló; sólo fue comprensión recíproca.

Las siguientes semanas dependimos de la generosidad de los amigos de Robert para el alojamiento, particularmente de Patrick y Margaret Kennedy, en cuyo apartamento en Avenida Waverly habíamos pasado la primera noche. La nuestra era una habitación en el ático con un colchón, los dibujos de Robert clavados a la pared, sus pinturas enrolladas en un rincón, y yo sólo con mi maleta a cuadros. Estoy cierta que no era menor carga para esta pareja albergarnos, teníamos precarios recursos y yo era socialmente torpe. Por las noches teníamos la suerte de compartir la mesa de los Kennedy. Juntábamos dinero, cada centavo destinado a tener nuestro propio lugar. Trabajé largas horas en Brentano’s saltándome los almuerzos. Hice amistad con otra empleada llamada Frances Finley. Era deliciosamente excéntrica y discreta. Deduciendo mi situación, me dejaba recipientes con sopa casera en la mesa del baño de empleados. Este pequeño gesto me fortaleció y selló una amistad duradera. […]

Cuando logramos juntar dinero suficiente, Robert buscó un lugar para que viviéramos.



Viva irrumpió en el vestíbulo con un aire de Garbo inaccesible, tratando de intimidar al señor Bard para que no le preguntara por la renta. La cineasta Shirley Clarke y la fotógrafa Diane Arbus entraron en forma separada, cada una con la impresión de una misión delicada. Jonas Mekas, con su cámara y su sonrisa siempre presentes, disparó hacia los oscuros rincones de vida que rodeaban al Chelsea. Me paré ahí sujetando un cuervo negro disecado que había comprado por casi nada en el Museo del Indígena Americano. Pensé que querían deshacerse de él. Había decidido llamarlo Raymond, por Raymond Roussel, el autor de Lugar solitario. Estaba pensando en el mágico portal que era este vestíbulo cuando la puerta de vidrio se abrió como barrida por el viento y una figura familiar con capa negra y escarlata entró. Era Salvador Dalí. Miró nerviosamente alrededor, y entonces, viendo mi cuervo, sonrió. Puso su elegante y huesuda mano en mi cabeza y dijo: “Eres como un cuervo, un cuervo gótico”.

“Bueno”, le dije a Raymond, “otro día más en el Chelsea”.

A mediados de enero conocimos a Steve Paul, el manager de Johnny Winter. Steve era un empresario carismático que había aportado a los 60 uno de los grandes clubes de rock de Nueva York, el Scene. Situado en una calle lateral cerca de Times Square, se convirtió en lugar de reunión de músicos de visita y de tocadas improvisadas a altas horas. Vestido en terciopelo azul y perpetuamente perplejo, tenía un poco de Oscar Wilde, un poco del gato de Cheshire. Negociaba un contrato de grabación para Johnny, y lo había instalado en un par de habitaciones en el Chelsea.

Todos irrumpíamos en las noches en el Quijote. En el poco tiempo que pasamos con Johnny, quedé intrigada por su inteligencia y su apreciación instintiva del arte. Era abierto en la conversación y benevólamente extraño. Nos invitaron a verlo al Fillmore East, yo nunca había visto a un artista interactuar con su público con tal completa seguridad. Era intrépido y alegremente controversial, girando como un devoto en éxtasis acechaba sobre el escenario meneando el velo de su cabellera blanca y pura. Rápido y fluido en la guitarra, paralizaba a la multitud con sus ojos desalineados y la sonrisa juguetonamente demoniaca.



El día de la marmota fuimos a una pequeña fiesta para Johnny en el hotel, en celebración de su contrato con Columbia Records. Pasamos casi toda la noche charlando con Johnny y Steve Paul. A Johhny le gustaban los collares de Robert y ofreció comprarle uno; también le pidió que le diseñara una capa negra de visillo.

Sentada, noté que me sentía físicamente inestable, maleable como si fuera de arcilla. Nadie parecía advertir que yo hubiera cambiado. El cabello de Johnny se doblaba como dos grandes orejas blancas. Steve Paul, en su terciopelo azul, estaba recostado sobre un montón de almohadas, fumando un cigarro de marihuana tras otro en cámara lenta, contrastando con la errática presencia de Matthew entrando y saliendo de la habitación. Me sentí tan profundamente alterada que huí a encerrarme en nuestro viejo baño compartido en el décimo piso.


No estaba segura de qué podía sucederme. Mi experiencia reflejaba muy estrechamente la escena de “cómeme, bébeme” de Alicia en el país de las maravillas. Traté de contactarme con su reacción comedida y curiosa hacia su propia experiencia psicodélica. Razoné que alguien debía haberme administrado algún alucinógeno. No había tomado ninguna droga antes y mi conocimiento se limitaba a la observación de Robert o a la lectura de las visiones autoinducidas por la droga de Gautier, Michaux y Thomas de Quincey. Me acurruqué en un rincón, sin saber qué hacer. No quería que nadie me viera cambiar de tamaño, aunque eso sólo ocurriera en mi mente.

Robert, muy subido también, recorrió el hotel hasta encontrarme, se sentó afuera de la puerta hablando, ayudándome a encontrar el camino de regreso.



Finalmente abrí la puerta. Dimos una caminata y volvimos a la seguridad de nuestra habitación. Al día siguiente nos quedamos en cama. Me levanté con un look dramático: gafas negras e impermeable. Robert fue muy considerado al no burlarse, sobre todo por el impermeable.

Fue un hermoso día que culminó en una noche de pasión inusual. Escribí alegremente en mi diario acerca de esa noche, agregando un pequeño corazón como una chica adolescente.

Es difícil expresar la velocidad con que nuestras vidas cambiaron en los meses siguientes. Nunca habíamos estado tan cerca, pero nuestra felicidad pronto se nublaría por la ansiedad de Robert con el dinero.

No podía encontrar trabajo. Le preocupaba no poder mantener dos lugares. Hacía continuamente la ronda por las galerías regresando frustrado y desmoralizado. “Ellos no miran el trabajo para nada”, reclamaba. “Me toman el pelo tratando de ligar. Prefiero cavar zanjas que dormir con esa gente”.

Fue a una oficina de empleos a buscar trabajo part-time, pero no salió nada. Aunque a veces vendía un collar, irrumpir en el mercado de la moda era lento. Robert se deprimía cada vez más por el dinero, y por el que recayera en mí obtenerlo. En parte fue el estrés por nuestra situación financiera lo que lo hizo volver a la idea de prostituirse.



La primera vez que Patti vio a Robert él estaba dormido en una cama con el sol ya alto. Le pareció bellísimo y semejante a un «pastor hippy».
En nada eran inseparables. Se acostaban juntos e iban juntos a los museos cuando sólo podían pagar una entrada: uno se quedaba esperando en la calle a que el otro entrara, viera la exposición y luego le contara. Lo mismo con los perritos calientes. Se compraban uno para los dos.En el libro hay escenas que, como sugiere la crítica, recuerdan a Hansel y Gretel: Patti y Robert compartiendo láminas de papel y lápices de colores y pintando juntos hasta las tantas de la noche, hasta la extenuación del cuerpo o de la fantasía.

Tarde o temprano hubo que vivir la vida, claro. Cada uno siguió su camino. Ella devino una gran rockera de fascinante vida durísima, que incluyó enviudar del único hombre que fue capaz de darle paz, y recluirse al fondo de la América profunda para soportarlo. Apenas hace unos pocos años que renació de estas sus cenizas.
Mapplethorpe revolucionó la fotografía, el orgullo gay y casi la expresión visual del sadomaso, en una evolución artística que la misma Patti Smith dice que no entiende -aunque la admira- dada su «brutalidad».

PATTI SMITH: LA POESíA DEL PUNK



“life is an adventure of our own design, intersected by fate and a series of lucky and unlucky accidents”

Patti Smith

Patti Smith es habitualmente apodada “la madrina del Punk”; es famosa por su apariencia y comportamiento andrógino, por la canción Because the night de 1978, y por ser una de las influencias femeninas más grandes que el rock ha atesorado. Pero ante todo, Patricia Lee Smith (30 diciembre 1946) es una poeta formal. Desde adolescente descubre Les Illuminations de Arthur Rimbaud, libro que roba y guarda bajo el vestido porque algo en esos ojos azules la llamaron. Tiempo después de terminar sus estudios secundarios, comienza a trabajar en la fábrica Moneywell, en su pueblo natal Deptford, New Jersey; ahí Smith todavía esconde a Rimbaud bajo el uniforme. En su tiempo libre es asidua a la escena del rock local y a la lectura de los poetas Beat que se encontraban en el cenit de la literatura contracultural. A los veintiún años toma un autobús a Nueva York con la fija convicción de que sería una artista famosa. Comienza a trabajar como articulista del rock para las revistas Rolling Stone y Creem, y lleva a la par su trabajo literario. Inicia su integración en la escena poética neoyorquina con la clara influencia de autores como Allen Ginsberg y Lawrence Ferlinghetti, pero a diferencia de los que estáticos, leían su obra, Smith hacía un performance de los recitales: movía todo el cuerpo sacudiendo su cabello y sus manos; declamando con un ritmo inigualable, flamante. Fue en 1974 cuando el guitarrista Lenny Kaye trabaja con Smith y acompaña su poesía con acordes de guitarra eléctrica. Este mismo año, Smith conoce a William Burroughs con quien construiría longeva amistad, y a quien le confiesa, en una entrevista realizada por el poeta en 1979, sus sentimientos por una juventud estancada en sus formas artísticas luego de haber vivido los años de los Rolling Stones y de Bob Dylan: “Sentí que era importante para algunos de nosotros que teníamos un montón de fuerza acumulada iniciar una nueva energía” declara.



Es entonces que Smith forma Patti Smith Group y en 1975 sale al mercado su primer álbum, Horses, una obra emblemática que indudablemente contenía algo fresco y que, junto con el banda Television, sería el comienzo de un nuevo estilo musical en Nueva York: el punk. Las composiciones de Smith están basadas en la estructura de tres acordes, como lo hace el jazz, en las que predomina la lírica ante la melodía.



Así, su música siempre ha estado caracterizada por su letra prosística, apurada, cáustica. Smith comenzaba a ser la proa musical de la juventud estadounidense, sin embargo nunca prepondera la fama y su vida como rockstar, ante la seriedad de su trabajo poético, como bien lo expresó en su charla con Burroughs: “Inicialmente, todo lo que quería de la vida era comunicarme conmigo misma, pero más que nada, ser capaz de comunicarme honestamente con otra persona, totalmente... totalmente. Telepáticamente, o lo que sea. No tengo deseos de ser como alguna estrella de cine y dejar una hilera de maridos detrás mío, ¿sabes? No quiero llenar de mierda a la gente, y no quiero tampoco que me llenen de mierda. No me gusta un tipo de adoración abstracto, tipo vaca sagrada, sin razón alguna. Pero he dicho a menudo, y todavía, encuentro que es el mejor modo de describirlo; es como un muy extático, (un) tipo de vampirismo mutuo el que tienes que tener con la gente” (se refiere a la fama).

Smith ha sido a lo largo de su vida una artista multidisciplinaría: pintora, performer, cantante, poeta. Se le conoce principalmente por su obra musical, sin embargo, es mucho más extensa su obra literaria. En 1972 Telegraph Books publica su primer libro Seventh Heaven, en el cual Smith aborda temáticas en boga e incluye a personajes femeninos como sus musas: Edie Sedgwick, Marianne Faithfull, Marilyn Millar, Amelia Earhart, Betty Bup. Esta constante exploración en referencias intertextuales estará irrigada por su extensa obra poética. Rimbaud, Debbie Dense, Georgia O'Keeffe y Picasso, son algunos de los personajes que inspiran a Smith para su segunda publicación en 1973 Witt.

En 1978 publica su cuarta obra poética, Babel, uno de los libros más emblemáticos de la artista pues en él recopila sus mejores poemas, fotografías y dibujos. Dicho libro se tradujo al castellano por Anagrama en 1979, en la colección Contraseñas y en el 2004, en Compactos. Babel también nos permite apreciar que el espíritu musical de Smith está siempre presente, en una combinación de luces escénicas y beats de jazz que teclean en la fórmula heredada de Jack Kerouac, la Spontaneous Bop Prosody. En el libro continúan las referencias de la época como Sister Morphine, canción que compone Marianne Faithfull y que los Rolling Stones llevarán a su mayor exposición. Encontramos otro poema: The Salvation of Rock, en el que Smith escribe “como la escultura, el rock es el cuerpo sólido de un sueño. Es una ecuación de voluntad y visión.” La poesía de Smith se caracteriza por el uso abundante anáforas, reduplicaciones y polisíndeton, heredados de la poesía Beat.



A continuación cito un fragmento del poema Violación del libro Babel de 1978:

“oh no llores. vamos levántate. bailemos en la hierba cortemos una alfombra saltemos la comba. bájate esas pequeñas medias blancas. fluyamos de la mano. ven, esto es un concurso de baile. bajo las estrellas, hagamos alicia en la hierba.balanceémonos betty bup hupjuguemos a pájaros demos paseoshagamos rock hagamos rollhagamos barbas de ballena vayámonosdesodoricemos la noche.”

“Prosa” que a veces se acerca a la narrativa y nos cuenta sus experiencias; otras veces alude a imágenes surrealistas, con un constante impulso místico. Su obra, al igual que la artista, es multiforme e incluyente; tiene publicaciones como el libro Patti Smith Complete de 1998, en el que recopila las mejores letras de sus canciones; otro libro es Strange Messenger que publica Warhol Museum en 2003, y exhibe las obras pictóricas de Smith.



Una excelente cooperación ha sido la de Kevin Shields (My Bloody Valentine) con Smith, en dos performances realizados en 2005 y 2006, en los que la poeta declama parte de su libro The Coral Sea, de 1996 y que acompaña de los arreglos electro acústicos de Shields. Otro proyecto sumamente interesante es el tributo a Allen Ginsberg realizado por Smith y el pianista y compositor Phillip Glass, ambos amigos del poeta de la generación Beat (http://www.dailymotion.com/video/x7dvbn_patti-smith-and-philip-glass-allen_music).A la fecha Smith publica obra poética (Land 250 y Trois en 2008), y continúa en la búsqueda de nuevas plataformas y reciprocidades en otros mundos artísticos. Patti Smith es por demás una leyenda en vida que aún tiene mucho por cantar, mientras escribe.

LINKS:
http://www.pattismith.net/
http://www.mapplethorpe.org/
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jueves, 25 de marzo de 2010

PSICOMAGIA, TAROT, ARTE Y SANACIÓN

Alejandro Jodorowsky (Tocopilla, Chile 1929), tarólogo, terapeuta, novelista, actor, director de teatro y cine de culto (El topo o Santa sangre), ha creado dos técnicas terapéuticas que han revolucionado la psicoterapia en numerosos países. La primera de ellas, la psicogenealogía, sirvió de base para su novela Donde mejor canta un pájaro y la segunda, la psicomagia, fue utilizada por Jodorowsky en El niño del jueves negro. Su autobiografía, La danza de la realidad, desarrolla y explica estas dos técnicas de sanación.


Jodorowsky habla sobre el arte y el ego:

"Yo considero que el arte debería ser para curar, no para plasmar el ego y la neurosis en la obra. Descubrí que se trataba no de terapia artística sino de arte terapéutico a través del teatro, la pintura y la poesía. La cultura artística ha rehuido la terapia y ha llegado a un punto en el que, mientras más decadente y negativo sea el arte y entre más vea al mundo como porquería, se dan más premios. La performance de hoy es un acto del yo, que no está mal, porque se trata de un concepto diferente de belleza, pero al no ser constructivo como debe ser el acto poético, no lleva a ningún lado. El niño es el ego y no debemos permitir que éste nos guíe. En cambio, el adulto es quien no debe querer para sí nada que no quiera para los otros. El 90 por ciento de la humanidad se quedó en la infancia. (...) Cuando tomas conciencia de ti y dejas de despreciarte o devaluarte y te aceptas, el ego está allí para decirte: Con todos mis defectos y miserias te conduje a este instante para que tomaras conciencia de ti. Fue tu cabalgadura. Eso se llama darle la mano al ego. Dejo de lado al juez que todos llevamos dentro y me miro con infinita piedad, con caridad. Dejo de enjuiciarme a mí mismo y acepto que los errores fueron útiles para esta toma de conciencia, que se reduce a una sola cosa: morir con felicidad”.



¿Qué es la psicomagia?

"la psicomagia es una técnica que conjuga los ritos chamanes, teatro y psicoanálisis para provocar en el paciente una catarsis de curación."

"La psicomagia consiste en dar consejos para solucionar problemas, aplicando en forma no supersticiosa las técnicas de la magia. Los elementos con los que contamos son toda clase de actos simbólicos que podemos proponer a una persona. Lo primero de lo que tenemos que ser conscientes es que cuando una persona tiene un problema hay que meterla en su problema, para que lo vea. Hay que llevarla al límite de su problema, no sacarla enseguida. Hay que realizar esos miedos y cuando están realizados, la angustia desaparece y la persona va a remontar. Si uno tiene miedo de algo, hay que enfrentarle a ese miedo. Esto no es algo original; pero es así: hay que poner a la persona frente a su angustia. A partir de ahí, hay métodos concretos para sacarla de su problema. En el caso de que una persona haya sufrido toda su vida, lo único que puede hacerse es dejarla morir y renacer de nuevo. Esto se hace metafóricamente, claro. Hay que cambiarle de nombre y hacerle una carta de visita nueva. La psicomagia depende de soluciones creativas muy simples en las que yo no tengo ningún límite. Son cosas no agresivas, cosas benignas; jamás destructivas. Si enterramos algo debemos plantar algo. La miel es buena para todos. La creatividad no debe verse desde el lado del mal o desde la posibilidad de hacer mal, ¿comprendes? Porque la creatividad desde el mal se convierte en destructibilidad. Y la destructibilidad no es interesante."

“Una mariposa: Le quito las alas ¡y se vuelve pimiento! La respuesta del maestro fue inmediata: "No, no; eso no es así, déjame corregir tu poema": Un pimiento: Le pongo unas alas ¡y se vuelve mariposa! La lección es clara: el acto poético debe siempre ser positivo, ir en el sentido de la construcción y no de la destrucción…” (Jodorowsky, Psicomagia)

Psicomagia

Acuñada por Alejandro Jodorowsky, su finalidad es sanar los bloqueos materiales-corporales, sexuales, emocionales e intelectuales que nos impiden realizar nuestro destino en la vida.

La psicomagia se basa en las siguientes premisas fundamentales:

-Fracasar no existe, en cada fracaso, cambiamos de camino.
-Para llegar a lo que eres, debes de ir por donde no eres.
-Llegar a ser lo que uno es, es la más grande felicidad.

En toda enfermedad hay:

-Una prohibición: Te prohiben ser lo que eres.
-Una falta de consciencia: Cuando no te das cuenta de lo que eres. -Una falta de belleza, cuando pierdes la belleza enfermas.

Dos ejemplos de psicomagia:

"Una persona no creyente va a EEUU y le leen el Tarot: 'Alguien cerca tuyo va a morir y te va a costar mucho dinero'.
Esta persona obsesionada acude a mí y dice ¿qué hago?
Cuando hay una predicción no te puedes liberar de ella, tienes que realizarla. El inconsciente acepta la metáfora.
Le digo: Vamos a realizar tu predicción. Cierra tu ventana, echa insecticida, una mosca va a morir. 'Alguien cerca tuyo muere'. Ahora toma un billete de 20 euros y le pones seis ceros, tienes veinte millones, envuelve la mosca en el y entiérralo, así la predicción queda realizada y tú te liberas de ella".

"Una mujer me manda un e-mail y me dice:
-Mi padre abusó de mí, pero está muerto, ¿cómo me libero de esto?
Respondo: Toma una cadena gruesa de hierro de un metro y ve a tu cocina, rompe todos los platos, bandejas, todo... Pensaba que iba a decir que estoy loco mandándole esto, pero me vino del inconsciente.
La mujer me dice: -¡Qué increíble!, esta vajilla era el legado de mi padre. -Rompes todo eso, lo entierras y plantas un árbol, porque todo acto de destrucción ha de terminar con algo constructivo".



El Tarot: ...el libro más importante de la cultura occidental

Alejandro Jodorowsky ha escrito con su mujer, Marianne Costa, un manual para aprender a leer el Tarot, que el escritor, cineasta y "tramposo sagrado" nacido en Chile interpreta desde hace 50 años y que define como "un libro en forma de cartas, el más importante de la cultura occidental. Tanto que, dice, "debería estudiarse en las universidades". Siruela presenta 'La vía del Tarot' junto con 'Yo, el Tarot', una colección de poemas sobre los 22 arcanos mayores, y una baraja del Tarot de Marsella, en una lujosa caja de color bronce. El libro les ha costado a Jodorowsky y Costa cuatro años de trabajo y en él se resumen los largos años de experiencia de ambos en la lectura de esta baraja, que definen como "un espejo o estructura del alma, del inconsciente", pero también como un "instrumento terapéutico". (...) "El mío es un libro iniciático", asegura, "y junto con los poemas se convierte en una escuela de desarrollo espiritual y psicológico". Jodorowsky cree que el Tarot ayuda a desarrollar la conciencia y a vivir y comprenderse mejor, es un "apoyo al autoconocimiento psicológico e histórico". Por eso arremete contra el psicoanálisis y el budismo, ambos "enemigos de la vida". "Los psicoanalistas deberían tener todos un Tarot: ahorrarían tiempo", se queja. A su juicio, éstos "convierten el sufrimiento ajeno en su sustento, porque no se proponen curar sino mantener sus pacientes". Por el contrario, el Tarot puede ayudar no sólo a eliminar los síntomas, sino también a curar. "Es un puente entre dos extremos, entre la intuición y la razón", explica Marianne Costa. "Es intuición pero estructurada al máximo". El Tarot nació alrededor del año 1000, pero nadie sabe quién lo creó, ni dónde ni cómo. Tampoco qué significa la palabra Tarot ni a qué idioma pertenece, explica el autor en la introducción. Según dice, nace del cristianismo, el judaísmo y el islam, es de tradición occidental y propone "un contrapeso femenimo al desequilibrio monoteísta", una posibilidad de desarrollar una "humanidad andrógina". De ahí que tenga igual número de arcanos femeninos y masculinos, e incluya una 'Papisa' o una 'Emperatriz' entre sus figuras. Jodorowsky y Costa terminaron haciendo una demostración práctica de cómo ayuda el Tarot al autoconocimiento leyendo las cartas a dos periodistas. El escritor chileno explicó que la lectura depende de tres coordenadas: el azar, el azar del interesado y el azar de las cartas".



Entrevista a Jodorowsky por Javier Esteban(fragmentos):

¿Podría explicarnos qué es realmente el tarot?
El tarot es una máquina metafísica. Un organismo de imágenes y formas muy difícil de resumir, uno de los primeros lenguajes ópticos de la humanidad. El tarot tiene 22 arcanos mayores. Si con el alfabeto español se puede escribir El Quijote, imagínate lo que puedes hacer con 22 cartas, a las que hay que sumar otros 56 arcanos menores. El tarot responde a unas reglas de óptica proyectiva. Es como un espejo que te permite desarrollarte en la medida en que vas viendo más y más de ti mismo. Yo lo uso para los demás y también para mí, para asomarnos a este espejo y poder comprendernos. Si, por ejemplo, le pregunto "¿Qué es rezar?", él me responde. "¿Qué es el amor?", me lo explica. "¿Quién soy yo?", y ahí apareces. El tarot nos enseña el inconsciente del consultante y, si puede ayudarle, le ayuda. Sirve para sanar.

El tarot se puede usar para todo menos para leer el futuro. Cuando la gente se interesa por el porvenir, y me pregunta por ejemplo "¿Voy a encontrar un hombre?", les contesto: "Eso no te lo voy a decir porque puedo influenciarte, lo que te voy a explicar es por qué hasta ahora no has encontrado un hombre". "¿Voy a tener dinero?", quieren saber, y lo que les enseño es por qué no tienen dinero. "No sé si vivir en Madrid, o Barcelona", me plantea otro, y, bueno, lo importante es saber por qué no sabes decidirlo. Todo lo reduzco a la actualidad. En realidad yo no creo en el futuro, es una cosa que no quiero ni tocar porque el cerebro tiene tendencia a obedecer predicciones. A la persona que tiene un poquito de fe en ti, si le dices que se va a partir la pierna, se la parte. A veces lo que ocurre es que esa gran máquina mágica que es el tarot, cuando cae en manos de los pseudotarotistas, queda reducida a un instrumento para leer el futuro. Lo convierten en un objeto. Es un crimen que se desconozca que el tarot es una obra de arte sagrada.

Ha dicho que para poder leer el tarot hay que distanciarse del consultante, no interferir en su vida para nada.
Sí y no. Para leer el tarot hay que identificarse totalmente con el consultante, ahora bien sin interferir en sus asuntos. Hay que respetarle, sin pretender influirlo o utilizarlo. Hacer tarot es hacer el bien y es hacer arte.

O sea que lo que hace con el tarot es "consultar al consultante".
Sí. Es como un contador Geiger. Te dice qué pasa, qué sucede, cómo va esa persona. Se lo dice a ella misma. Y a veces responde cuando existe una duda o una elección. El tarot aclara, muestra la voluntad del consultante y ayuda a descubrir lo que hay en él.

¿Cómo podemos entender lo que nos dice el tarot?
Al principio tratando de desarrollar la telepatía, intenté adivinar. Luego me dediqué simplemente a leerlo, lo que no me impide tratar de ver cómo es la persona consultante, cómo están su salud, afectos, sexualidad o intelectualidad. Acepto al consultante con sus límites, siento su voz, noto cómo huele su aliento y, a veces, le toco. Capto todo lo que puedo antes de echarle las cartas: veo cómo las mezcla, cómo se mueve, cómo actúa, cómo me habla.

A lo largo de la historia de la humanidad, la metáfora de la transformación personal ha tomado distintas formas. Una de ellas ha sido la magia. ¿Es posible la magia sin superstición?
La magia no es la superstición, la magia es la naturaleza del mundo. El mundo no es lógico ni racional, es mágico, y existe una estrecha unión de todos los acontecimientos, por eso llamé a mi libro La danza de la realidad, porque todos los acontecimientos están ligados, unidos; el tiempo no es lineal, los efectos algunas veces se producen antes que las causas, hay misterios... El setenta por ciento del mundo no podemos comprenderlo, como el chimpancé no comprende el noventa por ciento del mundo. Nos queda mucho por aprender. La realidad es milagrosa, es mágica. Obedece a principios que no son científicos. La realidad no es científica.



Psicomagia y psicogenealogía
Posiblemente su peculiar creación de una forma de psicoterapia es lo más sorprendente, escandalizador y malinterpretado de toda la obra de Jodorowsky. Estas técnicas son una mezcla de psicología, tarot y chamanismo, la filosofía, la vida, y sobre todo conocer a mucha gente, tanto expertos, como farsantes; "para mí la psicomagia es como una derivación de la poesía, del teatro... de todo lo que he hecho". * La psicomagia parte de la premisa de que el inconsciente acepta los actos simbólicos como hechos. Con lo que un psicomago puede "recetar" actos simbólicos para influir en el inconsciente y, si está bien aplicado, curar ciertos traumas. * La psicogenealogía parte de la premisa de que determinados traumas y comportamientos inconscientes se transmiten de generación en generación, por lo que para que un individuo tome consciencia de ellos y pueda desligarse de los mismos es necesario que estudie su árbol genealógico.

Jodorowsky: biografía y obra
Alejandro (Alexandro) Jodorowsky Prullansky alias Jodo (Tocopilla (Chile), 7 de febrero de 1929), artista polifacético chileno de origen judío-ucraniano. Entre sus muchas facetas destacan las de escritor, filósofo, dramaturgo, actor, poeta, director de cine, guionista de cómics, instructor del tarot y psicomago entre otras cosas. Es también un seguidor del New Age. Fundó, junto a Roland Topor y Fernando Arrabal, el Grupo Pánico. Su aportación más sorprendente es quizá la psicomagia, una técnica que conjuga los ritos chamanes, teatro y psicoanálisis para provocar en el paciente una catarsis de curación. A la edad de 24 años quemó sus fotografías y se fue de Chile . Vivió en México y actualmente reside en Francia, país del que ha adquirido la nacionalidad. Jodorowsky vive en Vincennes, cerca de París, donde da clases de tarot y conferencias sobre sus teorías (la psicomagia y la psicogenealogía) en el Cafe Le Téméraire del Boulevard Daumesnil.

Carrera Cinematográfica de Alejandro Jodorowsky

Su cine llama especialmente la atención por ser impactante, chocante, transgresor, incluso escandalizador y con elementos esotéricos y con una atmósfera surrealista. Jodorowsky llega a México tras un periodo de seis años al lado de Marcel Marceau en París (1953), durante el cual escribe algunas secuencias de sus obras The Mask y The Cage. A su llegada a México en 1960 se inicia en la meditación zen con el maestro Ejo Takata y en la psicología al lado de Erich Fromm en Cuernavaca (México). Al pasar los años vuelve a París a fundar el Movimiento Pánico junto a Roland Topor y Fernando Arrabal. En 1967 el padre de su secretario particular le ofrece dinero para realizar su siguiente obra teatral. Rueda con él su primera película, Fando y Lis, adaptación de la obra homónima de Fernando Arrabal. La obra, protagonizada por Sergio Kleiner, Sergio Ramos “El Comanche”, su esposa Valerie y Juan José Arreola, se proyecta en el festival de Acapulco en México, de donde Jodorowsky sale huyendo tras un intento de linchamiento; inclusive el Indio Fernández, indignado por las imágenes de "Fando y Lis", sacó su pistola para matarlo pero no lo logró. En 1970 llega su segunda incursión cinematográfica: El Topo, western de culto instantáneo, en el que participan como actores su hijo Brontis, Alfonso Arau y Mara Lorenzio. El Topo le da un reconocimiento internacional, gracias al cual John Lennon a través de su representante Allen Klein le ofrece distribuir y financiar parte de su siguiente proyecto: La Montaña Sagrada. La estrella principal sería George Harrison, que ante la exigencia de Alejandro de mostrar un primer plano de su ano declina la oferta. La Montaña Sagrada lo lleva a emprender su proyecto más ambicioso, la dirección de la película Dune. Jodorowsky trabaja en él durante más de 5 años, invitando a participar a Orson Welles y Salvador Dalí[3] (quien cobraría 100.000 dólares por una hora y que aceptó a regañadientes la oferta en su hotel de Barcelona) e involucrando también a Chris Foss, Pink Floyd y H.R. Giger, todo bajo la dirección artística del dibujante francés Moebius. Tras retrasar el proyecto infinidad de veces, la compañía productora se retira, dejando más de 3.000 dibujos realizados por Moebius, que tiempo después se convertirían en el alma del cómic El Incal. Se ha dicho que muchos de los diseños del proyecto acabaron reciclándose en Star Wars y, posteriormente, El quinto elemento. Igualmente, muchas de las personas implicadas en el proyecto acabaron trabajando después en Alien, donde pueden apreciarse elementos similares a los de la película fallida. Por supuesto, a principios de los 80, David Lynch hizo su propia versión de Dune. Tras media década sin dirigir, filma Tusk, una producción francesa rodada en India. Contra su voluntad dirige El ladrón del arco iris (título original:The Rainbow Thief), protagonizada por Omar Sharif y Peter O'Toole, uno de sus mayores fracasos debido a las presiones de la compañía, que toma el control de la película. Rueda nuevamente en México su cuarto largo: Santa Sangre (1989), producida por Claudio Argento y protagonizada por sus hijos Cristóbal y Adán. Jodorowsky intenta producir una secuela de El Topo con el título de The Sons of El Topo, en la que participarían Marilyn Manson y Johnny Depp, pero debe abandonar el proyecto al no encontrar inversionistas. De todos modos, en 2005 comienza a producir un filme llamado Abelcain en el que aparece el personaje de El Topo. Al continuar la lucha por los derechos del personaje, el nombre del personaje ha debido ser cambiado por El Toro. En una entrevista Jodorowsky dijo: “Estoy trabajando en una producción franco-canadiense llamada Abelcain, la cual es una nueva versión del mismo proyecto. El personaje de El Topo se ha convertido en El Toro. Una sencilla raya añadida a la letra "P" ha convertido una rata subterránea en un feroz toro. Para los verdaderos artistas, las dificultades se convierten en oportunidades. Y las nubes en un sólido presente.” Jodorowsky interpreta a Ludwig van Beethoven en el film Musikanten dirigido por Franco Battiato.
En una entrevista a Premier Magazine, Jodorowsky dijo que su próximo proyecto será una película de gangsters llamada King Shot. Marilyn Manson interpretará un papa de 300 años, y Nick Nolte ha expresado también interés en trabajar con el director. En la entrevista también expresó que también quería hacer una segunda parte de El Topo, pero no pudo obtener la financiación necesaria.

Jodorowsky: El Guionista de cómics
Empezó su carrera dentro de los comics en México con la creación de Anibal 5 a mediados de 1966 con ilustraciones de Manuel Moro y tuvo oportunidad de dibujar su propia tira comica semanalmente llamada 'Fabulas Panicas', que apareció en el periódico mexicano El Heraldo de Mexico. Después de su cuarta película, Tusk, comenzó El Incal en colaboración con Jean Giraud, Moebius. Esta historieta hunde sus raíces en el tarot y sus símbolos; por ejemplo, el protagonista, John Difool, esta vinculado a la carta de el loco. El Incal sería el primero de una serie de varios cómics ambientados en el particular universo de ciencia ficción de Jodorowsky.

La Obra Cinematográfica de Alejandro Jodorowsky (películas) * La Cravate (1957, Francia) (cortometraje) * Fando y Lis (México, 1968) * El Topo (México, 1970) * La Montaña Sagrada (México, 1973) * Tusk (India, 1980) * Santa Sangre (México, 1989) * El Ladrón del Arcoiris (Gran Bretaña, 1990) * King Shot (2007) (en preproducción)

Obras de Teatro de Jodorowsky
* El Minotauro * Zaratustra * El juego que todos jugamos * El sueño sin fin * Opera pánica (1993) * Escuela de ventrílocuos * Las tres viejas

Historietas de Jodorowsky
* Anibal 5 (México, 1966), con el dibujante Manuel Moro * Los ojos del gato (1978), con el dibujante Moebius * La saga de de Alendor, con el dibujante Silvio Cadelo * Gilles Hamesh, detective privado de todo, con el dibujante Durandur * Los mellizos mágicos, con el dibujante George Bess * Le tresor de l'ombre, con el dibujante François Boucq * El Incal (Francia, 1980-1988), con el dibujante Moebius * Las aventuras de Alef-Thau (Francia, 1983-1998), con los dibujantes Arno y luego Al Covial * John Diffol antes del Incal (1988-1995), con el dibujante Zoran Janjetov * Aníbal Zinq (1990), con el dibujante George Bess * El corazón coronado (1991), con el dibujante Moebius * La casta de los Metabarones (Francia, 1992-2002), con el dibujante Juan Giménez * La pasión de la Diosa-mante (1992), con el dibujante Jean-Claude Gal * Oda al X (1993), con el dibujante George Bess * Cara de luna (1994-1997), con el dibujante François Boucq * Juan Solo (1995-1999), con el dibujante George Bess * Allior (1995), con el dibujante Víctor de la Fuente * El Lama blanco (Francia, 1998-1993), con el dibujante Georges Bess * Los Tecnopapas (1998-2002), con el dibujante Zoran Janjetov * Megalex[7] (1999), con el dibujante Fred Beltran * Después del Incal (2000), con el dibujante Moebius * Bouncer (2001-2004), con el dibujante François Boucq * Los Borgia (2006), con el dibujante Milo Manara

Libros y escritos de Alejandro Jodorowsky * Cuentos Pánicos (1963) ilustrado por Roland Topor * Teatro Pánico (1965) * Juegos Pánicos (1965) * El Topo, fábula pánica con imágenes (1970) guión original de la película El Topo * Fábulas Pánicas (1977) reimpresiones de tiras publicadas en el Heraldo de Mexico * Las ansias carnívoras de la nada (1991) * La trampa sagrada. Conversaciones con Gilles Farcet (1991) * Donde mejor canta un pájaro (1994) * Psicomagia, una terapia pánica (1995) * Garra de Ángel (1996) ilustraciones de Moebius * Antología Pánica (1996) recopilación de textos por Daniel González-Dueñas * Los Evangelios para sanar (1997) * La Sabiduría de los chistes (1997) ilustraciones de George Bess * El niño del jueves negro (1999) * Albina y los hombres-perro (2000) * La Trampa Sagrada (2000) * No basta decir (2000) * La danza de la realidad (2001) memorias de Jodorowsky * El loro de las siete lenguas (2001) * El Paso del ganso (2001) * Ópera Pánica (2001) obra de teatro * El tesoro de la sombra (2003) * Fábulas Pánicas (2003) reimpresiones completas de la tira publicada por el Herlado de México * El dedo y la luna (2004) * Piedras del camino (2004) * La vía del Tarot (2004) * Yo, el tarot (2004) * El Maestro y las Magas (2006)

Premios recibidos por Alejandro Jodorowsky * Premio Jack Smith Lifetime Achievement del Chicago Underground Film Festival](2000) * Premio "La Máquina del Tiempo" concedido por el Festival de Cine de Sitges (2006) * Premio "Waldemar Daninsky" por toda una carrera dedicada al cine fantástico y de terror, así como a la literatura y el cómic fantástico (2006) * Premio a la "Trayectoria como Cineasta" del Festival Internacional de Cine del Norte de Chile * El 27 de abril de 2006 recibió la Orden al Mérito Artístico y Cultural Pablo Neruda , de manos de Michelle Bachelet

Links:
http://punksunidos.com.ar/psicomagia/#1
http://www.clubcultura.com/clubliteratura/clubescritores/jodorowsky/robo.htm
http://www.mercurialis.com/RYFT/Alejandro%20Jodorowski%20-%20Entrevistas%20con%20Javier%20Esteban%201.htm

martes, 23 de marzo de 2010

LEVÁNTATE LA FALDA Y HABLA - Estudios sobre música y género



The Sex Revolts: gender, rebellion and rock’n’roll de Joy Press y Simon Reynolds fue publicado en el año 1995 en dos ediciones, en Estados Unidos la edición corrió a cargo de Harvard University Press, con portada de Barbara Kruger, y de Serpent’s Tail en Gran Bretaña.

Este libro, por el que ninguna editorial en lengua española se ha interesado todavía, sigue siendo para la crítica especializada, el libro más interesante de análisis teórico que sobre los estudios de la música y el género se ha escrito hasta la fecha.

La investigación está dividida en tres secciones: las dos primeras están dedicadas a autores masculinos y la tercera a la música realizada por mujeres.

La primera parte se titula “Rebeldes misóginos” y en ella se analiza la forma en la que el rebelde se ha dramatizado a sí mismo en oposición a lo femenino.

La segunda parte “Hacia la mística” trata de la idealización que un tipo de música rock y pop de chicos hace de la mujer y de la feminidad.

Y por último, la tercera parte, que es la que vamos a dar a conocer en esta reseña, está dedicada a la música realizada por mujeres (en su mayoría blancas y supuestamente heterosexuales) bajo el epígrafe “Levántate la falda y habla” y en ella se rastrean algunas de las estrategias que las artistas han utilizado para imaginar y crear formas de rebelión que partan de la especificidad de las mujeres y de lo femenino.

“Levántate la falda y habla”, parte de la dificultad de establecer una genealogía, dificultad común a todas las disciplinas artísticas, para encontrar a las antecesoras de las mujeres rebeldes en el campo del rock, a diferencia de la facilidad con las que se pueden encontrar a los precursores y a los prototipos de la música rebelde hecha por hombres. Así, Joy Press compara la revuelta de las mujeres con un río subterráneo que, históricamente, se desborda y aparece en la superficie para volver a desaparecer de nuevo.

De manera similar a lo que acontece cuando las mujeres emprendemos por primera vez cualquier tipo de actividad, en cuanto comenzaron a aparecer bandas de música formadas sólo o mayoritariamente por mujeres, los medios de comunicación empezaron a hablar de forma desaforada de “el rock de mujeres”, (¿alguien ha oído alguna vez hablar de que un grupo de rock está compuesto sólo por hombres?), sin querer o poder darse cuenta que la posición de las artistas ha sido siempre precaria al estar por lo general los movimientos artísticos dominados por hombres. Y para ello ha dado lo mismo que se tratara del expresionismo abstracto o la pintura neorrealista, que del rock, del surrealismo, del dadaísmo, de la generación beat, de la internacional situacionista o de la contracultura, es decir, de los movimientos de inscripción vanguardista. La categorización que se ha realizado de las mujeres que se mueven en ambientes rockeros ha cristalizado en el término groupie y ésta etiqueta las ha reducido a considerarlas mujeres que querían obtener fama y dinero a costa de ofrecer favores sexuales a músicos, managers y promotores. Para Joy Press, la ideología androcéntrica dominante no ha querido tener en cuenta que la mayoría de las groupies eran y en buena medida siguen siéndolo, artistas que buscan una conexión con la escena creativa, y que, bajo la denominación de groupie, se incluye a menudo a artistas: fotógrafas, diseñadoras de moda, músicas, poetas, críticas especializadas en música y muchos otros tipos de mujeres creativas.

La cultura del rock ofreció desde sus orígenes a las mujeres, según Press, dos roles, dos opuestos binarios con los que identificarse: la figura maternal que anula su sexualidad más directa o la figura de la libertina salvaje.

No es sorprendente que ambos modelos se presentaran como conflictivos en relación a la sexualidad y potenciaran la construcción de identidades excluyentes.

Dentro de la música rock, Reynolds y Press consideran que las mujeres han utilizado cuatro tipos de estrategia para hacer frente a estos conflictos. Es evidente que hay muchas artistas que no pueden adscribirse a una sola categoría y que tales estrategias aparecen mezcladas en su trabajo:

-la primera es simple y directa: “todo lo que un hombre hace, nosotras también podemos hacerlo”. Esta tradición, que abarca a grupos que van desde Suzi Quatro a L7 consiste en hacer hard rock, mostrar una actitud punk e imitar la gestualidad masculina de chicos maleducados, libres, irreverentes e independientes. Estas mujeres, cuando consiguen triunfar, lo hacen en la medida que suprimen las características consideradas más “femeninas” a la hora de construir sus personajes. Pero quizás resulta problemática esta tendencia a copiar la rebelión de los chicos de forma literal, ya que el deseo de ser aceptadas como “una de los chicos” en un ambiente tan ideológicamente cargado, llega a veces a adoptar ribetes misóginos.




-la segunda estrategia consistiría en tratar de infundir en el rock cualidades “femeninas”. En vez de imitar a los hombres, habría que intentar potenciar una fuerza tan contundente como la de los chicos pero diferente, femenina. Ejemplos muy interesantes de esta estrategia los encontramos en la pasión y en el carácter atormentado de la música de Janis Joplin y Lydia Lunch, en la preocupación por los temas sociales manifiesta en el trabajo de Natalie Merchant y en la autonomía y la libertad con la que expresan sus posturas políticas Sinead O’Connor y Queen Latifah. La reivindicación de las cualidades tradicionalmente asociadas a las mujeres intenta crear una identidad propia frente a los ataques recibidos, por un lado, por parte de la sociedad más conservadora y, por otro, por parte de algunos sectores de la propia contracultura rebelde. Pero el problema con el que nos encontramos, a la hora de revalorizar “lo femenino” consiste en el riesgo que conlleva el confirmar ciertas tradiciones patriarcales (y también homófobas) de lo que constituye “lo femenino” (el ser vulnerable, solícita, emotiva, maternal, etc).



-una tercera estrategia consistiría en celebrar la rica iconografía y el imaginario de “lo femenino”, pero de manera irónica y provisional, dentro de un marco que alude a conceptos postmodernos. Para estas artistas, la feminidad no se basaría en un conjunto de normas fijas e inmutables, sino que sería como un armario lleno de poses y de máscaras que una se puede poner y quitar a su antojo, (recordemos los análisis de la psiconalista Joan Rivière sobre la feminidad como mascarada de 1929). Así describe Joy Press la obra de artistas como Kate Bush, Annie Lennox, Madonna o Siouxsie Sioux, que adoptan diversos arquetipos femeninos de forma cambiante y son capaces de utilizar los clichés de la feminidad sin caer atrapados por ellos. Este enfoque basado en una idea de feminidad y en una representación del cuerpo muy sofisticada, se apropia de la historia y la mitología, hace referencia al carácter provisional de las identidades y utiliza a éstas como arma arrojadiza: las mujeres devuelven a la sociedad los estereotipos que ésta misma creó. Hay artistas que critican estas prácticas por su falta de autenticidad y por estar inspiradas en entender la feminidad como un ejercicio constante de representación.



-Y es así como llegamos a la cuarta estrategia presente, según Press, en el trabajo de Mary Margaret O’Hara, Throwing Muses, Rickie Lee Jones o Patti Smith, todas ellas artistas que se rebelan contra el propio concepto de identidad. Para ellas, las mujeres no serían ni esencias inmutables ni tampoco una serie de representaciones estratégicas de distintos tipos de feminidad, sino el producto de la tensión entre ambos polos. Ser mujer consistiría en estar dividida entre la biología y la ficción de la feminidad y dicha tensión reflejaría el carácter irresoluble del debate que contrapone la naturaleza a la cultura.
Quizás esta sea la forma de rebelión más radical, al estar basada en entender la vida como un proceso, no como un conjunto de identidades fijas. El problema es que con frecuencia esta estrategia no resulta eficaz, si tenemos en cuenta que vivimos en un mundo cuyo funcionamiento está basado en la defensa de las identidades estables y en la necesidad de una clara articulación de las diferencias.



La escritora Susan Rubin Suleiman analiza el trabajo de las artistas surrealistas en su libro Subversive Intent: Gender, Politics and the Avant-Garde. En dicho texto señala el problema que tuvieron que afrontar estas mujeres al querer crear imágenes diferentes del cuerpo femenino a las que normalmente se encontraban en las exposiciones y que, a la vez, tuvieran la misma potencia visual. Las mujeres en el rock, señalan Press y Reynolds, se encuentran con el mismo problema, un problema que podemos hacer extensible a todas las artistas que establecen alianzas por partida doble: por un lado, son artistas experimentales que se encuentra unidas a una vanguardia artística en sus experiencias formales y en algunas de sus aspiraciones culturales, pero que no olvidan que dichas vanguardias han sido históricamente lideradas por hombres y por ello, por otro lado, tienen la necesidad de construirse en relación a la música como críticas feministas a las ideologías dominantes en el terreno de la sexualidad, lo que necesariamente conlleva una crítica a dichas vanguardias. Parece que de lo que se trata es de saber si se puede trabajar en el rock, un formato masculino por excelencia pero que a la vez expresa, canaliza y genera rebeldía y descontento social y, de si es posible socavar la música de su ímpetu anti-mujeres, en el que tan a menudo reside el subcontexto de su fuerza. Y The Sex Revolts es un libro que nos ayuda en esta búsqueda.


The Sex Revolts: Gender, Rebellion and Rock’n’Roll. Simon Reynolds y Joy Press. Harvard University Press, 1995.

DISCOGRAFÍA
1.- AU PAIRS
-Playing with a different sex. Human Records. 1981
-Sense and Sensuality.RME. 1982
2.- BJORK
-Debut. One little Indian Ltd. 1993
-Post. One Little Indian Ltd. 1995
-Telegram. One Little Indian Ltd.1995
3.- BABES IN TOYLAND
-Fontanelle. Warner Music. 1992
-To Mother. Southern Songs Limited
-Painkillers. Reprise Records. 1993
-Nemesister. Reprise Records. 1995
4.- BANDIT QUEEN
-Hormone Hotel. Caroline Records. 1995
5.- BIKINI KILL
-Bikini Kill and Yeah Yea. Kill Rock Stars. 1991
-Pussy Whipped. Wiiija Records. 1992
-Reject All American. First Class Records. 1996
6.- BREEDERS
-Pod. 4AD. 1990
-Safari. 4AD. 1992
-The Last Splash. Wiiija Records. 1993
7.- CHIA PET
-Hey Baby! Kokopop. 1992
8.- COCTEAU TWINS
-Garlands. 4AD. 1985
-Head over Heels. 4AD. 1985
-Blue Bell Knoll. 4AD. 1988
-Heaven or Las Vegas. 4AD. 1990
9.- COME
-Don’t Ask Don’t Tell. Beggar Banquet. 1990
-Eleven: Eleven. Weak Lung Music. 1992
-Near Life Experience. Domino Records. 1996
10.- DEAD CAN DANCE
-Spleen and Ideal. 4AD. 1985
-Dead Can Dance. 4AD. 1986
-Serpents Egg. 4AD. 1988
11.- DEBBIE HARRY –BLONDIE-
-Blondie Blondie. Chrysalis Records Ltd. 1977
-Parallel Lines. Chrysalis Records Ltd. 1978
-Denise. Disky Records. 1996
12.- DIAMANDA GALAS
-Saint of the Pit. Mute Records. 1986
-The Divine Punishment. Mute Records. 1986
-You Must Be Certain of the Devil. Mute Records. 1988
-Plague Mass. Mute Records. 1990
-The Singer. Mute Records. 1992
13.- DRUMCORE
-Riot Grrls Compilation. Drumcore. 1994
14.- FREE KITTEN
-Nice Ass. Wiiija Records. 1994
15.- GOD IS MY CO-PILOT
-Speed yr Trip. Making of Americans. 1992
-Straight Not. Revolver USA. 1993
16.- HOLE
-Pretty on the Inside. City Slang. 1991
-Live through This. Geffen Records. 1994
17.- JANIS JOPLIN
-Cheap Thrills. Sony Records. 1996
-Farewell Song. Sony Records. 1990
-Kosmic Blues. Columbia Records. 1988
-Pearl. Columbia Records. 1989
18.- WAYNE COUNTY AND THE ELECTRIC CHAIRS
-Deviation. Rebel Records. 1995
19.- JONI MITCHELL
-Wild Thing Run Fast. Geffen Records. 1990
-For the Roses. Wea Records. 1992
-Turbulent Indigo. Warner Records. 1994
20.- KATE BUSH
-The Kick Inside. Emi. 1978
-Hounds of Love. Emi. 1985
-The Red Shoes. Emi. 1993
21.- LAURIE ANDERSON
-Big Science. Warner Bros. 1982
-Mister Heartbreaker. Warner Bros, 1984
-Home of the Brave. Warner Bros. 1986
22.- LIZ PHAIR
-Exile in Guyville. Matador Records. 1993
-Whip-Smart. Matador Records. 1994
23.- LENE LOVICH
-Flex Plus. Stiff Records. 1979
-March. Outline Records. 1990
-No Man’s Land. Line Records. 1990
24.- LILIPUT/KLEENEX
-Off Course. Offcourse Records. 1993 (78-79 compilation)
25.- L-7
-L-7. Epitaph Records. 1988
-Smell the Magic. Sub Pop. 1991
-Bricks are Heavy. Slash Records. 1992
-Hungry for Stink. Slash Records. 1994
26.- LUNACHIKS
-Binge and Purge. Safe House Communications Ltd. 1992
-Jerk of All Trades. Go-Kart Records. 1995
-Babysitters on Acid. Blast First Records. 1997
27.- LYDIA LUNCH
-Queen of Siam. Caroline Records. 1991
-Shotgun Wedding. Caroline Records. 1991
28.- MARIANNE FAITHFULL
-Broken English. Polygram. 1979
-Strange Weather. Polygram. 1987
29.- MARINE GIRLS
-Lazy Ways/ Beach Party. Cherry Red. 1988
30.- MARY MARGARET O’HARA
-Ireland. C-5 Records. 1991
-Miss America. Koch Records. 1996
31.- MY BLOODY VALENTINE
-Creation. Creation Records. 1988
-Untitled. Creation Records. 1991
32.- NATALIE MERCHANT- 10.000 MANIACS
-Hope Chest. 1982
-The Wishing Chair. 1985
-In My Tribe. 1987
-Blind Man’s Zoo. 1989
33.- NICO
-My Funny Valentine. AAD. Gema. (Compilation 68-74)
34.- NINA HAGEN
-Unbehagen. CBS. 1979
35.- PATTI SMITH
-Horses. Arista. 1975
-Radio Ethiopia. Arista. 1976
-Easter. Arista. 1978
36.- P.J. HARVEY
-Dry. Too Pure. 1992
-Rid of Me. Island Records. 1993
-Bring you my Love. Island Records. 1995
37.- THE RAINCOATS
-The Raincoats. Rough Trade. 1979
-Odyshape. Rough Trade. 1980
-Looking in the Shadows. Geffen Records. 1996
38.- RICKIE LEE JONES
-Rickie Lee Jones. Wea Records. 1985
-Flying Cowboys. Geffen Records. 1990
-Girl at her Volcano. Warner Records. 1990
39.- SHAKESPEAR’S SISTER
-Hormonally Yours.
-Sacred Heart. FFRR Records. 1989
40.- SIOUXSIE AND THE BANSHEES
-One Upon a Time. The Singles
-The Scream. Polydor Ltd. 1978
-Join Hands. Polydor Ltd. 1979
41. THE SLITS
-Cut. Island Records. 1990
-Number One Enemy. Jungle Records. 1997
42.- SHONEN KNIFE
-Secret 712. Rockville Records. 1991
-Let’s Knife. August Records. 1992
-Rock Animals. August Records. 1993
43.- THROWING MUSES
-Throwing Muses. 4AD. 1986
-Hunkpapa. 4AD. 1989
-The Real Ramona. 4AD. 1991
-KRISTIN HERSH. Red Heaven. 4AD. 1992
-Hips and Makers. 4AD. 1994
-University. 4AD. 1995
-Limbo. 4AD. 1996
44.- TORI AMOS
-Little Earthquakes. Wea. 1992
45.-X-RAY SPEX
-Germfree Adolescents. Awesome Records. 1978
46.- VOODOO QUEENS
-Chocolate Revenge. Too Pure. 1993
47.- YOKO ONO
-Fly. Rykod. 1997
-It’s Alright. Rykod. 1997
-Starpeace. Rykod. 1997

María José Belbel Bullejos. Esta reseña y esta discografía se publicó en el lesbozine Non Grata, Madrid, 1997.

http://webs.uvigo.es/xenero/profesorado/m_bellbel/levanta_falda.doc.
http://www.hartza.com/lsd/ng3.html

lunes, 22 de marzo de 2010

CAMBIAR ESPADAS POR ROSAS

LA COSTA DEL SILENCIO (MAGO DE ÖZ)


…”HAGAMOS UNA REVOLUCIÓN

QUE NUESTRO LÍDER SEA EL SOL

Y NUESTRO EJÉRCITO SEAN MARIPOSAS

POR BANDERA OTRO AMANECER

Y POR CONQUISTA COMPRENDER

QUE HAY QUE CAMBIAR ESPADAS POR ROSAS”…





jueves, 4 de marzo de 2010

ARQUETIPOS FEMENINOS Y TAROT

Existen varios arcanos que encarnan el arquetipo femenino en el tarot. Sin embargo, se puede armar una trilogía con La Sacerdotisa, La Emperatriz y la Luna ya que representan las tres edades o facetas de lo femenino: la doncella, la madre y la anciana.



La Sacerdotisa es la mujer propiamente dicha, ella es el misterio, el "ánima" que conduce al hombre a su realización personal. Frágil como la luna creciente, prometedora, dual, mujer joven aún inconsciente del poder de lo femenino, hechicera, musa inspiradora, intuición, arte, romanticismo. Todo en ella es fertilidad, insinúa la gestación de algo que aún no tiene forma pero que ya se intuye. Es Isis, Ishtar, Astarté. Se relaciona con el agua, el mundo de las emociones. Se corresponda con la etapa posterior a la menstruación, momento en que la mujer se siente liberada, dueña otra vez de su cuerpo y de su vida.



La Emperatriz es la mujer creadora, la madre, la luna llena, terrena, fecunda, rebosante. Se relaciona con la tierra que da fruto. Ella es la sal de la tierra, el jardín que desborda fertilidad, la señora del hogar. Es Hestia, Hera, Juno, la mujer en su mediana edad, ya más consciente del poder de lo femenino, en contacto con la función de dar vida, que pueden ser tanto hijos biológicos como creaciones. Se corresponde con la etapa de la ovulación, momento en que la mujer se vuelve más empática, contenedora, receptiva a las energías amorosas.



La Luna es la anciana. Es Hécate, temida, respetada, sabia, clarividente, capaz de ver pasado, presente y futuro. Es la noche oscura, creativa, profunda. Representa la posibilidad de conectarse con la anciana sabia o con la bruja, con la integración de los distintos aspectos de lo femenino o la locura. Se corresponde con la etapa de la menstruación momento en que la mujer está más receptiva a las energías sutiles, conectada con la energía del fin de un ciclo, preparándose internamente para uno nuevo, irritable, susceptible, necesitada de silencio.



Otros arcanos representan otros arquetipos que integran lo femenino y lo masculino: La Justicia, La Fuerza, La Templanza, La Estrella. La temática del ánima esta presente en el tarot en varios momentos. Se entiende por "ánima" a la imagen interna que tiene el hombre del universo de lo femenino, construcción que se forma a partir de la madre y que forma parte de su inconsciente personal. En cuanto a la unión de los opuestos, en el joven enamorado de Los Amantes, la escena es protagonizada por un hombre que se debate entre dos mujeres: la madre, que simboliza los mandatos sociales, culturales, familiares, y el "anima" encarnada en la mujer joven. El ángel señala el camino del ánima, representa el "llamado" a la unión de los opuestos que se aún encuentran divididos. En El Diablo la figura andrógina se presenta en forma grotesca, los opuestos no están debidamente integrados, En El Sol los opuestos (los dos niños) se unen bajo un sol protector que irradia desde el cielo, hay armonía, juego, vitalidad. En El Juicio el hombre que resucita de la tumba se reune con su ánima, representada por la figura de la mujer y con un anciano que representa su sabiduría.



Finalmente en El Mundo la figura que baila deviene andrógino, los opuestos están unidos en armonía al igual que todas las funciones psíquicas, representando así un nuevo estado de conciencia.