sábado, 26 de julio de 2014

LA SALUD DE TU CICLO MENSTRUAL



"La salud de tu ciclo menstrual depende en la habilidad de relajarte y descansar. Si permites que el estrés se acumule en tí, puede ocasionar cansancio, depresión, y en casos extremos, alguna enfermedad. El primer lugar que el estrés se manifiesta en el cuerpo de una mujer, es en sus ovarios.

El estrés puede ocasionar poco o mucho sangrado, períodos tardados o en algunos casos periodos ausentes. Algunos consejos que comparto con mis alumnas son: tomarte un día lunar, meditar, respiración Uterina, yoga o danza del vientre, comer sano, mucha agua, mantener pensamientos armoniosos.

Masajear tus pechos, parte baja de tu espalda y tu abdomen(ovarios)a DIARIO con mucho amor, usar alternativas femeninas, tollas de tela o copa menstrual."

Yohlie de La Tienda Roja
imagen de Yeztli Gyn-ecologia

EL CALOR DE LA MUJER


"El calor de la mujer no es un estado de excitación sexual sino un estado de intensa conciencia sensorial que incluye su sexualidad, pero no se limita a ésta."

Clarisa Pinkola Estés



Hay un ser que habita en el subsuelo salvaje de la naturaleza femenina. Esta criatura es nuestra naturaleza sensorial y, como cualquier criatura integral, tiene sus propios ciclos naturales y nutritivos. Este ser es inquisitivo, amante de la relación, a veces rebosa energía y otras permanece en estado de reposo. Reacciona a los estímulos sensoriales: la música, el movimiento, la comida, la bebida, la paz, el silencio, la belleza, la oscuridad

Este aspecto de la mujer es el que posee calor. No un calor del tipo "Vamos a acostarnos, nena", sino un fuego subterráneo cuyas llamas suben y bajan cíclicamente. A partir de la energía que allí se libera, la mujer actúa según le parece. El calor de la mujer no es un estado de excitación sexual sino un estado de intensa conciencia sensorial que incluye su sexualidad, pero no se limita a ésta.

Mucho se podría escribir acerca del uso y el abuso de la naturaleza sensorial de las mujeres y acerca de la manera en que ellas y los demás reprimen sus ritmos naturales o intentan apagarlos por completo. Pero vamos a centrarnos en su lugar en un aspecto que es ardiente y decididamente salvaje y despide un calor que mantiene caldeadas las bajas sensaciones. En la época moderna apenas se ha prestado atención a esta expresión sensorial de las mujeres y, en muchos lugares y momentos, incluso se la ha desterrado por completo.

Hay un aspecto de la sexualidad de las mujeres que en la antigüedad se llamaba lo obsceno sagrado, no con el significado con que hoy utilizamos la palabra "obsceno" sino con el de "sexualmente sabio e ingenioso", y se tributaban a las diosas unos cultos dedicados en parte a la irreverente sexualidad femenina. Los ritos no eran despreciativos sino que más bien pretendían representar algunas partes del inconciente que incluso hoy en día siguen siendo misteriosas e inexploradas.

La idea misma de la sexualidad como algo sagrado y, más concretamente, de la obscenidad como un aspecto de la sexualidad sagrada, es esencial para la naturaleza salvaje.

EL AGUA CELESTIAL DE LOS TAOISTAS

Los médicos de la antigua China llamaron a la menstruación "Tian Gui" o Agua Celestial, porque creían que la sangre menstrual era diferente a la que circulaba por las venas y nutre los cuerpos. Sabían que el hombre tenía que eyacular en la vagina para que la mujer se quedara embarazada, y que cuando ésta concebía, la menstruación se interrumpía. Puesto que no podían ver el óvulo con los ojos, identificaron la esencia reproductiva de la madre con la sangre menstrual, que equivalía a la esperma del hombre.

El ginecólogo chino del siglo XVII Fu Quing Zhu escribió: “la sangre menstrual no es sangre sino agua celestial que se origina en los riñones, es roja como la sangre pero no es sangre, por eso se llama agua celestial. (…) Celestial indica el descenso del verdadero chi del Cielo, Gui indica agua como las nubes del cielo que generan agua.”

En los riñones almacenamos nuestro chi (energía vital) y nuestro jing (esencia prenatal), por lo tanto son los responsables de nuestro crecimiento y desarrollo. La sangre menstrual no es solo una descarga mensual de materia de desecho del útero. Es la esencia, la energía vital que necesitamos para vivir.

Del libro “Medicina Tradicional China para la Mujer” de Xiaolan Zhao



Tocar el tambor - Extracto del libro "Luna Roja" de Miranda Gray



"El tambor era un instrumento femenino cuya forma evocaba el círculo de la tierra y el útero, el ciclo de la estaciones, la luna y la mujer; la voz del tambor era la de la tierra, el latido de la vida en el vientre materno y el oculto poder de la vida dentro del mundo palpable. Tocar el tambor implicaba invocar a la madre oscura, la Bruja, la oculta fuente de vida que toda mujer lleva dentro, y el compás marcaba el constante ritmo de la vida, la luna y el ciclo menstrual femenino. Aunque el tambor dejase de sonar, los ritmos naturales continuaban.
Como sucede con la danza, el hecho de tocar el tambor puede hacer desaparecer las restricciones del intelecto y despertar la conciencia del mundo interior, pues este instrumento se transforma en una forma de expresión de las energías creativas y en un nexo con el mundo interior. Muchas culturas cuentan con sus propios estilos de tambor y lo ejecutan de distinto modo, así que, como tienes varias posibilidades, elige la que te haga sentir mejor. En su forma mas sencilla es un aro de madera cubierto por una piel, como el bodhran irlandés o los instrumentos tradicionales de las culturas indígenas norteamericanas, y el modo mas sencillo de tocarlo es marcando un compás con cada golpe. Practica hasta que te encuentres un ritmo que te resulte natural y fácil de llevar; escucha la voz del tambor y la reverberación que continua después del golpe.
Siente su ritmo como si se tratase del pulso de la vida, tu sexualidad y tu creatividad, y su voz como la forma y la expresión que les das a esas energía. Poco a poco aumenta la intensidad del golpe, pero mantén el mismo ritmo, y percibe como las energías creativas fluyen a través de ti para nacer en el sonido. Cuando estés lista, concluye con un ultimo golpe y, mientras escuchas como el sonido se desvanece, siente que tus energías también lo hacen. Este tipo de ejercicio hace que la persona que toca el tambor pueda liberar sus energías, y en el caso de que este acompañando a alguien que baila, fundirá las energías de ambas."

Extracto de "Luna Roja" Miranda Gray


LOS 10 MANDAMIENTOS DEL PATRIARCADO SOBRE EL CUERPO DE LA MUJER


Este texto muestra lo que el patriarcado intenta hacernos creer consciente e inconscientemente para dominarnos bajo su yugo. Sacarlo a la luz es nuestra forma de mostrar que somos mujeres emponderadas, salvajes, brujas, sanadoras y conscientes de nuestro propio poder.

Mandamiento del patriarcado número 1: No serás propietaria de tu cuerpo. Tu cuerpo no te pertenecerá. Tu cuerpo pertenecerá prioritariamente al macho dominante (tu padre, mientras eres menor de edad; tu novio, pareja, marido después). Tu cuerpo no podrá ser para quien tú quieras que sea. Tú no decidirás quien entra y sale de tu cuerpo, quien se alimenta de él o a quien le da placer. No podrás entregar tu cuerpo a tu hijo.

Mandamiento del patriarcado número 2: Separarás tu cuerpo de tu mente.

No vivirás la unidad de tu mente y tu cuerpo. Vivirás prioritariamente en el mundo de las ideas, el intelecto, no te harás cuerpo, no serás también cuerpo. No darás de amamantar mientras ejerces una función intelectual. Una cosa o la otra. Las dos juntas, no.

Mandato del patriarcado número 3: No lo tendrás todo.

No tendrás derecho a tenerlo todo. Habrás de elegir siempre en la eterna dicotomía: madre o mujer. Unificar estos dos aspectos sera una provocación. Si eres madre y quieres ejercer, habrás de abandonar tus actividades profesionales. Si deseas ser una trabajadora, priorizarás tu trabajo sobre todo lo demás. Si eres madre, no tienes derecho a ocupar un espacio público.

Mandamiento del patriarcado número 4: No jugarás tu propio juego. Eso será considerado insultante. Habrás de amoldarte a lo que los demás piensen. Los caminos están diseñados perfectamente y no podrás salirte de ellos. Cualquier desviación será considerada una provocación.

Mandamiento del patriarcado número 5: Obedecerás a los poderosos y someterás a los débiles. No se admitirá bajo ningún concepto la resistencia a la autoridad (hombres mayores, hombres, expertos, profesionales colegiados, madres más experimentadas, representantes de movimientos...)




Mandamiento del patriarcado número 6: No serás feliz si eres madre. La mujer no debe gozar con la maternidad, con la crianza, con la entrega de su cuerpo al hijo, con la lactancia... la madre tendrá que sufrir, sentirse sobre-explotada, expoliada, sobrepasada, reprimida...

Mandamiento del patriarcado número 7: Tu sexualidad estará al servicio del macho. Tu sexualidad se referirá únicamente al coito y tendrá una funcionalidad falocéntrica. No considerarás como parte de tu sexualidad, el embarazo, el parto y la lactancia.

Mandamiento del patriarcado número 8: Serás la guardiana del patriarcado. Señalarás con el dedo a las hermanas: las censurarás, las criticarás con saña, jugarás sucio contra ellas... mantendrás a las otras mujeres dentro del espacio reservado para ellas. Competirás. No colaborarás.

Mandamiento del patriarcado número 9: Entregarás tus hijos al patriarcado. Los educarás de acuerdo a estas leyes y perpetuarás de esta manera la jerarquía y el orden establecido.

Mandato del patriarcado número 10: Considerarás tu cuerpo impuro. Te avergonzarás de tus fluidos y negarás tu biología. Normalizarás la enfermedad y medicalizarás tus procesos naturales.

Mónica Felipe-Larralde

jueves, 3 de julio de 2014

La postura del cuerpo y su transformación

La vida como gimnasia para el alma
Vincenzo Rossi




"La vida puede vivirse como un camino hacia la plenitud cuando logramos despertar nuestra visión más profunda y nuestro amor escondido. Nos daremos cuenta que se trata de un excitante y maravilloso viaje en el que cada nuevo día representa una ocasión para descubrir una nueva fuente interior, una nueva manera de vivir. Cada etapa tiene un sentido profundo que no se descubre por intentar cambiar las cosas que suceden, sino cambiando la manera de mirarlas. En un trabajo de integración psico-corporal, la gimnasia, además de estar en el gimnasio mismo, está también en casa, en el trabajo, en la calle. Cuando esto se realiza dentro de un trabajo de autoconocimiento y de desbloqueo del cuerpo, en un grupo de movimiento por ejemplo, nos damos cuenta de que una parte del propio potencial inexpresado logra conectarse y expresarse: adquirimos así un instrumento que podemos usar para vivir mejor. La vida se transforma así, en un gimnasio donde ejercitamos día tras día, nuestras cualidades innatas, nuestro potencial no reconocido. Nadie pretende desarrollar sus músculos sin un duro trabajo gimnástico. Del mismo modo en el campo afectivo y psicológico, en la vida de las relaciones, en el terreno mental, necesitamos ejercicios concretos que nos hagan salir de la jaula de nuestro “personaje de vida” que nos reduce nuestra gama de posibilidades de respuesta.

Por ejemplo, si mi vida afectiva es carente, mis manifestaciones emocionales son débiles y mis relaciones difíciles, no puedo pretender de mí mismo, en razón de un ideal de amor universal, ser amoroso con todo y con todos. Lo que sí puedo es, gracias a un contacto con mi naturaleza afectiva, caminar hacia el amor, con pequeños gestos y actos que hagan crecer el amor que llevo dentro.

Otro error o ilusión es la de imaginar que me volveré completamente distinto de lo que soy, o aún más: que me volveré el opuesto de aquel que soy. Un auténtico desarrollo no implica nunca una negación, un sacrificio de aquello que somos para hacer lugar a aquello que podríamos ser. A menudo caemos en la tentación de querer borrar las maneras ‘equivocadas’ de ser, en vez de considerarlas como una realidad limitante, incompleta, que tiene necesidad de desarrollo. En otros términos: en un proceso de desarrollo interior sólo puede crecer aquello que ya existe aunque de un modo reducido. Es decir, si quiero volverme musculoso, no tengo otra opción que hacer crecer los músculos que ya tengo; nadie, en efecto, me regalará otros músculos mas grandes’.

El cambio es enriquecimiento, no renuncia. Puedo ser como soy, ya sea tímido, introvertido, muy sensible, pero mi proceso de crecimiento me llevará a adquirir también momentos de fuerza, de coraje y hasta, en cierto momento, de endurecimiento. O bien podré ser eficiente y activo y que mi proceso de vida reclame comenzar a vivir y a apreciar la pasividad, la ternura, la condición de necesidad.

Todos necesitamos completarnos, enriquecernos. El proceso de crecimiento no se realiza sólo por el conocimiento: tiene que ser llevado a la materia, encarnado, vivido con el cuerpo, además de vivirlo con la mente. He aquí, entonces, que la vida se vuelve el ámbito donde mis potencialidades, al traducirlas en experiencias, harán desarrollar mis ‘músculos’ interiores.

El movimiento nos hace crecer

Cuanto más entramos en este proceso evolutivo aceptando los cambios dentro de nosotros y en la vida alrededor de nosotros, tanto más descubrimos la esencia creativa de la vida que manifestamos con todos nuestros recursos físicos y psíquicos: es el milagro de la Vida que está en continua re-creación, divertida y regeneradora como toda recreación.

Y es precisamente el movimiento el que permite que la Esencia, aparentemente estática, se manifieste de manera dinámica, en multiplicidad de nuevas formas, cada vez más plena, más evolucionada: es el principio de la evolución, una aparente repetición que, poco a poco, se acerca a la plenitud. El repetir, por lo tanto, no es una aburrida condena, como una malentendida filosofía de la reencarnación podría inducir a creer: se trata, más bien, de una creativa y maravillosa danza que en su constante renovación nos acerca a la plenitud, restituyéndonos aquel placer de vivir que es la natural expresión de nuestra realidad más esencial.

En lo que concierne a nuestra vida de todos los días, podemos fácilmente reconocer nuestra falta de plenitud. A veces será el ansia, la inquietud, la depresión las que pondrán en evidencia la carencia, el déficit. Y entonces comenzaré a hacer tentativas para cambiar, quizás de trabajo o bien el look, hasta que me de cuenta de que me es más útil cambiar de actitud, de manera de comportarme, de ser, de sentir y comenzaré a probar otros nuevos movimientos en mi vida: estaré creciendo. Darnos cuenta de nuestra falta de plenitud, nos impulsa a movernos, a ir al encuentro de aquello que nos falta.

Cuando el cuerpo se expresa en el fluir del movimiento, además de resquebrajarse la rigidez del personaje-postura, se entra en el movimiento de la vida atrapando así su secreto. Aprendemos a trasformarnos y a crear y a re-crear descubriendo la alegría de la recreación. Esta es una manera de ir al encuentro de nuestra plenitud."



Reflexiones extraídas del libro de Vincenzo Rossi, director de Rio Abierto (Italia) y profesor invitado en la formación del Sistema de Centros de Energía de Barcelona. “La Vida en Movimiento”. Editorial Kier