domingo, 10 de abril de 2011

"El ser humano no puede ser propiedad de otro ser humano" Lola Hoffmann

La influencia de Lola Hoffmann(1904-1988)en el campo de la psicoterapia es probablemente desconocida para las generaciones actuales. Fue pionera del movimiento Jungiano en Chile en una época en que el psicoanálisis Freudiano tenía el respaldo académico. Sin embargo, persistió en divulgar la obra de Jung organizando grupos de estudio y talleres de sueños.

Lola no tenía una filosofía rígida, siempre estaba buscando nuevas herramientas que ayudaran al crecimiento del individuo. Se desesperaba cuando la gente no quería crecer, se enojaba. No le importaba si era ateo, judío, católico, lo importante, lo que recalcaba, era que uno no se encasillara en esquemas rígidos que le impidieran el desarrollo. Se apasionaba con las personas interesadas en el crecimiento interno, especialmente el propio. Podía pasar horas con ellos.

Lola tenía su particular forma de enfrentar el tema de la sexualidad, puntos de vista que no pocas veces le valieron el rechazo de sectores tradicionalistas. Otros interpretaron mal sus teorías, lanzándose por caminos diferentes a los que ella creía como sanos para el ser humano. No tenía prejuicios ante las opciones personales del ser humano.

Tuvo amigos y amigas homosexuales, heterosexuales, católicos, religiosos (curas y monjas), artistas, militantes políticos de toda índole, gente de la más variada condición.



El amor que tenía a su trabajo lo expresaba con gran convicción:
"Yo soy nacida para curar, desde niña quise siempre estudiar medicina, no se me ocurría otra cosa. Para curar necesito gente; si no, sería veterinario. Me gusta ayudar, identificarme con la persona y dar de mi experiencia. Este es mi destino. Si yo me retiro al desierto, quizás pase unos días macanudos, pero volveré a mi vocación. Estoy muy agradecida al Plan Providencial, de que coincida mi profesión con mi vocación."

"No creo en la política, más bien creo en la evolución del individuo, sólo en eso. Mientras más individuos evolucionen, tanta más paz habrá en el mundo."

"En general, estoy en contra de las leyes del matrimonio. Creo que hay que enseñarle a la gente a vivir decentemente, en forma ética, y tenerse respeto, eso es todo."

"Creo que la sexualidad es la base del amor y de todo lo que lleva al ser humano a hacer algo positivo, algo bueno. La especie humana es la única, dentro de los animales de sangre caliente, que tiene esta particularidad. La sexualidad es la base del Eros, y Eros es, una tendencia 'a'. Hay Eros del estudio, de la adquisición de conocimientos; Eros de la lejanía. Hay personas que viajan porque quieren conocer el mundo y es tan fuerte este impulso, que lo hacen. Hay Eros de ayudar al prójimo, así hay personas que consagran su vida a los demás. Todas estas tendencias positivas y que contribuyen a enriquecer el Yo, son Eros. No todo es sexual, pero Eros nace de la sexualidad; sin sexualidad no hay Eros."



"La sexualidad, cuando ya se han tenido hijos y ha cumplido su rol biológico, sigue como símbolo de algo delicioso, porque lo que es delicia se aprende en el orgasmo. No hay animales que tengan talento para escribir poesías, pero el poeta experimenta una delicia en la creación, al admirar algo hermoso, con cierto aroma... cualquier satisfacción de los órganos de los sentidos es un placer. La divinidad es algo así como el 'summum' de una delicia de felicidad, un estado de conciencia superior. Cuando se alcanza, se siente algo maravilloso. El cambio interior que produce el amor, cuando el ser humano madura, se experimenta como amor a Dios."

"En caso de que el coito, el acto sexual como tal, se produzca con menos frecuencia después de los 50 años, no significa que el instinto desaparezca. En gran parte se transforma en otra cosa, en una actividad satisfactoria, una tendencia que uno sabe que debe cumplir y entrar en ella."

"Hay sistemas místicos de acercamiento a lo divino a través del acto sexual, como el Tantra Yoga y el Yoga Taoísta. Cultivan innumerables posiciones sexuales y relaciones de larga duración, hasta el agotamiento. En el yoga taoísta, el varón se siente identificado con yang y la mujer con yin y esta unión de yin y yang son las bodas sagradas."

"Yo creo que cierta libertad en lo sexual en la pareja es muy importante, siempre que se trate de personas conscientes, que lo hagan de forma responsable, sin tragedia, sin ofender, sin producir mucho dolor. Una buena relación erótica en individuos adultos es, sobre todo, una relación espiritual. Es muy importante como aporte al Yo. El Yo crece a base de encuentros, con hombres, con mujeres, con situaciones, con países, con algo nuevo, pero, en el fondo, todo va en dirección a desarrollar una conciencia más alta, en la cual Eros juega un papel muy enriquecedor."




"Con el antiguo paradigma patriarcal de nuestra sociedad: 'Si yo amo a un hombre, tengo que vivir con él, y tenemos que vivir uno encima del otro...' se mete a Eros en la cotidianeidad, destruyendo la magia. Si uno establece una relación plena, libre, aunque el otro esté lejos, y se atreve a amarlo, y estar seguro de ser amado; aunque el otro tenga otros encuentros -ojalá porque es lo que aporta riqueza a la vida. Pero, como estamos, educados para ser posesivos, celosos, todo se destruye. ¡¿Cómo un hombre o una mujer no se va a encontrar con gente interesante, atrayente.?!"

"El gran error es la confusión entre Eros y sexualidad.

"Una de mis principales labores en psiquiatría ha sido: desestructuración de lo patriarcal en nosotros y reestructuración del yo."

"La mujer desarrolla dos grandes vacíos: el vacío sexual y el vacío espiritual, razón por la cual se instala enérgicamente en la vida del hombre tratando de dominarlo y de explotarlo con el fin de llenar su propia frustración. Este yo lo llamo 'el mito de la sirena' o de la 'femineidad', que provoca tanto sufrimiento. La sirena, cuyo norte es atraer al hombre, desde el ombligo para abajo es un pez: completamente fría. Femenina y frígida. Atrae al hombre, pero no lo puede satisfacer. En cambio, esta cola de pez hace que ella tenga que vengarse, hundiendo al hombre. Destruyéndolo. Sometiéndolo a su voluntad."

"Este mito de la 'femineidad' seduce por igual a hombres y mujeres. A la mujer, porque la 'femineidad' le da poder sobre el hombre, quien es el que tiene poder en el mundo. El asunto del poder, ella lo ha aprendido del patriarcado. Pero el drama es que su 'triunfo' sobre el hombre es a costa de su propia persona. De no ser persona. Por su parte, al hombre machista o patriarcal no le gusta la mujer persona, y por lo mismo, lo excita mucho la sirena. Esa que después intentará destruirlo."

"El patriarcado no es una 'culpa' de los hombres solamente, sino un fenómeno de vida que involucra a toda la humanidad. Así, la mujer trabaja en contra de sí misma y a favor del patriarcado. Ella es el sostén máximo del sistema. Se la ha educado para desear sólo la familia, preocuparse sólo de sus hijos y crearle cierto confort a su hombre. Y nada más. Para que sea individualista, egoísta, encerrada en sí misma".

A pesar de esta visión negativa, para Lola las cosas estaban cambiando. Después de seis o siete mil años de dominación patriarcal, advertía signos concretos de cambio:

"Conozco gran cantidad de mujeres buscadoras, mujeres que tienen la necesidad de cambiar de pensamiento. Me parece que ya las mujeres están movilizadas, a diferencia de cuando yo era joven, cuando se enseñaba que el summum de la felicidad era casarse, tener hijos y ojalá morir casada, para no sufrir la viudez. En el curso de estos años esto ha cambiado, hay una real integración de la mujer a la sociedad en los procesos creativos."

"La base del patriarcado es el egoísmo, es lo que caracteriza a la familia nuclear, tener cosas sólo para la familia, la falta de altruismo para con los demás."

"Al parecer hay una tendencia a una futura sociedad multi-individual, para que la sociedad sea un conjunto de individuos responsables; es la única forma de que exista el crecimiento."

"Ya hace más de un siglo que la mujer comenzó a protestar. Primero fue en una forma algo ridícula, pero ya la primera sufragista tenía un concepto muy razonable y muy profundo de lo que es el ser humano. La mujer podía hacer perfectamente bien trabajos llamados masculinos, podía pensar y estudiar en la universidad, vivir como mujer soltera y conquistar un cierto status, lo que antes era imposible. Y, al mismo tiempo que algunas mujeres protestaban, otras empezaban a cultivarse: a pensar, a filosofar, a escribir, a trabajar."



"Es la mujer la que se rebeló primero contra un estado de cosas y un sistema de vida que le acarrea sufrimientos. El hombre tampoco lo pasa bien. Esto, de que la mujer llene su vida chantajeándolo, es una enorme carga para él también. Y para los hijos, en cuyas vidas generalmente la mujer también se entromete negativamente. Todo esto ha llevado al matrimonio patriarcal a la tremenda crisis que estamos viendo a nuestro alrededor. La pareja convencional ya no resiste la dominación mutua."

"Aunque la mayoría está lejos de poder construir una sociedad basada en la equivalencia sexual, hay algunos adelantados que ya comprendieron el problema y que están intentando nuevas normas de convivencia. Todavía no veo solución al problema de la pareja. Pero la capacidad del ser humano de vivir solo, ha aumentado. Lo que es muy importante, porque esa soledad prepara para una futura vida en pareja. La pareja sólo es posible de soledad a soledad, de integridad a integridad. No de necesitar apasionadamente al otro... y explotarlo."

"El sufrimiento de hoy es ese concepto de propiedad. 'mi' marido, 'mi' mujer. Esa palabra 'mi' es el sufrimiento. El ser humano no puede ser propiedad de otro ser humano. Puede ser tremendamente generoso, tremendamente amoroso, pero no puede ser propiedad de otro ser y sentirse como tal."

"En mi larga vida, yo he visto que una proximidad exagerada en espacio destruye el 'eros'. Hay una sumación de pequeñas irritaciones, sobre todo de noche, al dormir en la misma cama. Por ejemplo, uno enciende la luz porque quiere leer y el otro quiere dormir. Esas pequeñas e inocentes irritaciones se suman, produciendo al día siguiente una terrible molestia. Hay que tener mucho cuidado con una proximidad exagerada. Cuando yo le he propuesto a una pareja que casi se saca los ojos mutuamente, que separen dormitorios, de inmediato esgrimen que no hay más piezas en la casa y, sobre todo, están acostumbrados y que no pueden dormir sin el otro. Yo llamo este fenómeno 'adicción a la cama'. Como al alcohol o la morfina. Una tremenda esclavitud. Por paradójico que parezca, mientras más separación haya en el espacio, tanto más cercanía espiritual."

En una sociedad donde muchas mujeres son creativas, estudian, trabajan e incluso ocupan cargos importantes, podría decirse que su visión no corresponde a la realidad.

"¡Claro que corresponde! Estamos hablando del trágico hecho de que la mitad de la humanidad no participa en el proceso creador. Con excepción de algunos millones. Pero, ¡qué son dos o tres millones de mujeres creadoras! Y ni siquiera creo que haya tantas. En política, por ejemplo, nunca ha habido en los más altos cargos una mujer que haya defendido el derecho de la mujer. Son hombres, casualmente nacidos mujeres, defensores del patriarcado y de todos sus errores."

"Muchas veces la mujer no tiene conciencia de su infelicidad. No entiende qué le pasa, pero el hecho es que siempre está muy cansada, aburrida, histérica, nerviosa. Y el drama se desencadena cuando los hijos crecen y se van de la casa. Entonces siente que no es útil para nadie y que no tiene nada que hacer. Otro hito es cuando termina el período de ser objeto sexual para el hombre. De repente descubre que no es nada, que no es un 'yo' aceptable para sí misma. Nuestra época pone un énfasis enorme en la juventud y no tenerla es una crisis feroz."

"El noventa por ciento de las mujeres que llegan a mi consulta sufren depresión y angustia, consecuencia de una vida frustrada, lo que les produce una tremenda agresividad. Como es imposible dirigir esta agresividad contra la familia, que uno tiene que amar, la dirigen contra sí mismas. Y una persona triste, sin impulso, sin vida, no puede agredir. Se asegura de no poder agredir y no tener así una culpa adicional, y entonces se agrede a sí misma y se muere en vida. Pierde el interés por todo, se dedica a jugar a las cartas y otras actividades sin sentido. Yo he conocido algunas que se metieron a la cama y no salieron más."

"Para romper con esta vida mediocre, las mujeres tienen que dedicarse a trabajar, introduciéndose en el mecanismo de la cultura. Y esto no es un tema de feministas sino que está en la naturaleza humana: participar en la creación."



"La creación de tener hijos no basta. Yo amo profundamente a mis hijos; sufriría tremendamente si les pasara algo, pero no son el centro de mi interés y, sobre todo, ellos no desean serlo. No me meto en la vida de ellos. Ellos viven su vida y yo, por supuesto, gozo con todo lo que hacen, pero me niego a tomar como centro de mí vida el rol de la abuelita feliz."

"Estoy segura, que las mujeres dan demasiados cuidados; demasiada protección a sus niños. Se ha demostrado, hoy en día, que la dedicación exclusiva de la madre al niño en su primera infancia no redunda en provecho para su desarrollo. Al contrario. Mientras con más personas se relacione el niño, tanto más normal y sin mayores conflictos resultará su vida. Decididamente son los padres, en la mayoría de los casos, los focos de las enfermedades psíquicas más graves."

"Al principio femenino pertenece, antes que todo, el alimentar física y espiritualmente. Pero hay otro elemento que, hasta ahora, la mujer no ha asumido y hecho suyo, que es dar libertad. Soltar. Hay que tener el valor de exponer al niño a tareas más o menos difíciles y no sobreprotegerlo por egoísmo, por evitar el sentido de culpa, si algo le sucede."

"El espíritu del movimiento feminista ha cambiado mucho. Ya no se trata de la lucha contra el hombre; por el contrario, la mujer le ofrece compañerismo y amistad. Y eso es lo más grande que se le puede, ofrecer. La mujer que ha entendido su rol, propone formar una pareja en la cual ambos tengan oportunidad de desarrollarse. Y ayudarse mutuamente en este desarrollo"

Durante toda su vida profesional, en el curso de más de cuarenta años, Lola formó un nuevo pensamiento en Chile, enseñó a gran cantidad de personas a mirar sus sueños, a creer en sí mismas, a liberarse de las ataduras del patriarcado. Para muchos de sus pacientes y amigos, el contacto con esta gran mujer fue decisivo en sus vidas.
Lola insistía en que el proceso de crecimiento interno no se detenía jamás. Cada nuevo día es posible aprender algo que aporte a la propia evolución. Atendió en su consulta a gente importante y a gente sencilla, a todos los escuchó por igual, enseñándoles a conectarse con los mensajes del inconsciente.

Preferentemente, atendió a mujeres en la segunda mitad de la vida, etapa, según decía, en la cual suceden las cosas realmente importantes para la humanidad.

Para ella, su tarea consistía en cooperar con la crisis mundial, que no sentía como espantosa, pero necesaria. Una crisis que marca el final de una época, que conlleva todas las dificultades de un final. Se dio cuenta de que su tarea era fomentar un nuevo paradigma, no el patriarcal. Sus conceptos acerca de la familia, de la sexualidad, del amor, de la paz, de la ecología, fueron acogidos por muchos y detestados también por otros, Mantuvo especiales relaciones de amistad y amor con mucha gente que la recordará con especial cariño como una gran mujer que impactó en sus vidas.

Lola, además de continuar con el deseo vivo de aprender cada día, también se preocupaba con esmero de su presencia. En su estilo clásico combinado a veces con zapatillas deportivas y calcetines de lana cruda. Usaba su cabello recogido bajo una fina malla. Le gustaba que la peinara un joven peluquero, que tenía su pequeño negocio cerca de su casa, en Peñalolén. Y su infaltable Flor de Lys.

Nunca dejó de leer, de aprender cada día, de estar al tanto de lo que pasaba en el mundo: nunca se cerró ante nuevas proposiciones. Era su modo de mantener vivo el cerebro.

Le daba fastidio ver como las personas, al llegar a la vejez, se olvidaban de sí mismas y se echaban a morir, culpables del hecho de no ser jóvenes.

Así hablaba de los ancianos:

"En este tiempo de cultivo de la juventud, todo el mundo quiere ser joven. Creo que es un error. Mi experiencia me lleva a decir que es maravilloso madurar. Hay que ponerle fuerza y energía para no caer en el pensamiento colectivo que lleva a los ancianos a saltar al campo enemigo y mirarse desde allí, criticarse y sentirse culpables de ser viejos."

"Los viejos tienen conciencia del deterioro: decaen las células, la corteza cerebral degenera y se vuelven cada vez más tontos e impotentes. Los viejos no hacen ejercicio, no se mueven, están como eliminados de la sociedad. En tiempos pasados, el anc¡ano era un valor en la sociedad. Una vida larga es una existencia vivida con muchas experiencias. Pero, actualmente, la no aceptación de la vejez hace que la gente degenere. Es una toma de conciencia que tiene que ser asumida por todas las personas que, al llegar a la madurez, hay que continuar desarrollándose, y la mejor forma de hacerlo es el estudio."

"Una persona que no toma conciencia de sus deficiencias y no las corrige, 'se va al tarro de la basura'".



Biografía de Lola Hoffmann:
Nace en el seno de una familia de origen judío, acomodada e intelectual, de habla alemana, que profesa la religión luterana. El ambiente familiar acogedor e intelectual fue muy importante en su evolución personal e intelectual. En 1919 la familia Jacoby decide partir hacia Friburgo de Brisgovia después de los duros años de la guerra, de la ocupación bolchevique y la persecución que había sufrido su padre por pertenecer al movimiento liderado por Alejandro Kerenski.

Lola se matricula en la Facultad de Medicina de Friburgo y permanece en ella luego de la partida de su familia a Riga. Su vida cambia bastante, se integra a un grupo de estudiantes bálticos, hace nuevas amistades, se dedica con tesón a sus estudios. Era una época de importantes filósofos en la Universidad de Friburgo: Husserl, Heidegger e incluso asiste a charlas de Richard Wilhelm y de Carl Gustav Jung sin imaginar que esos hombres, treinta años más tarde, se volverían tan importantes en su vida.

Una vez terminada la tesis sobre las glándulas suprarrenales de las ratas, parte a Berlín como asistente del principal especialista en hormonas de Alemania, Paul Trendelenburg. En Berlín conoció la efervescencia cultural de esos años: asistió al estreno de La consagración de la primavera de Stravinski, La ópera de tres centavos de Bertolt Brecht, y le atrajo el dadaísmo, el movimiento Bauhaus y el pintor Kurt Schwitters.

En sus trabajos de investigación conoció a un médico chileno, Franz Hoffmann, que realizaba un postgrado en Fisiología. Trabajaron juntos, se enamoraron y cuando Franz -en 1931- regresa a su país, deciden hacerlo juntos.

Esta decisión tendrá consecuencias salvadoras para Lola y para su familia directa -padres y hermanos- que viajarán a Chile en 1934, escapando del destino de deportación y muerte en los campos de concentración nazis.

Santiago de Chile
El primer año en Chile lo dedicó a aprender castellano y a empaparse de la cultura chilena, de su paisaje, conocer a su gente. Una vez segura con el idioma comenzó a trabajar: primero, en el Instituto Bacteriológico, y en 1938, en el recién creado Instituto de Fisiología de la Universidad de Chile, como asistente de su marido. Investigaban, publicaban y viajaban juntos. Permaneció en el Instituto de Fisiología desde 1938 hasta 1951, pero nunca fue remunerada por su trabajo. Ella explicaba que no era admisible que un profesor contratara a un pariente y menos a una mujer: era muy extraño ver a una mujer descuartizando animales.

La crisis
Después de más 20 años de trabajo experimental en fisiología, a los 46 años de edad Lola sintió que su entusiasmo en el trabajo decaía y llegó la depresión. En esa época relata que tuvo un sueño al que le dio mucha importancia y que poco a poco iría facilitándole el darse cuenta de su vida y de sus necesidades.

En el sueño se veía en el laboratorio, abriendo el esternón de un perro con una gran tenaza; una vez que lograba abrir el tórax puede observar el rítmico latido del corazón y los pulmones que se inflan y desinflan. Inesperadamente, desde el interior del perro surgen los brazos de una mujer que se mueven con desesperación; luego, una cabeza, y ve el rostro ensangrentado de la secretaria de su marido, Margarita Engel. En su sueño ella sólo podía pensar que había matado a Margarita, a quien quería tanto y que se había convertido en una asesina. Decidió no matar nunca más a un animal.

Cuando la depresión llegó y ya nada le interesaba, su marido le propuso hacer un viaje por Europa y ella, sin mucho entusiasmo, aceptó. Mientras esperaba la salida del barco en Buenos Aires, se fijó en un libro La psicología de C.C. Jung, de Yolanda Jacoby. Evocó aquellas incomprensibles charlas a las que había asistido en Berlín y le llamó la atención la coincidencia del apellido de la autora con el suyo de soltera. Compró el libro para leerlo en la travesía. Y aquella lectura -confiesa- le dio algunas pistas de lo que le estaba sucediendo.




El cambio
Ella cree comprender que el sueño que la había impresionado era una analogía de lo que estaba haciendo con su propia vida; el asesinato de Margarita Engel era su propio asesinato. "Engel" en alemán quiere decir "ángel", ella estaba matando su ángel.

Viaja a Zurich y toma contacto con la autora del libro, Yolanda Yacoby; decide abandonar la Fisiología y convertirse en psiquiatra.

Cuando vuelve a Chile dedica todo su tiempo a lograr esta decisión de convertirse en psiquiatra. Primero trabaja en sí misma: se autoanaliza y anota todos sus sueños.

Luego pasa a trabajar en la Clínica Psiquiátrica de la Universidad de Chile donde el Director era Ignacio Matte Blanco. A él le habló de su interés en encontar enlaces entre psiquiatría y fisiología. En sus estudios exploratorios descubrió y comenzó a practicar "El entrenamiento autógeno" del neurólogo alemán Johannes Heinrich Schultz, un método de auto hipnosis que, mediante una serie de ejercicios fisiológicos, puede conseguir un estado similar al que se obtiene con la hipnosis exógena. Otro neurólogo que le interesaba era Ernst Kretschmer que, al igual que Schultz, redescubrieron el valor de lograr estados prehipnóticos para la terapia psiquiátrica.

Luego de trabajar cinco años en la Clínica Psiquiátrica de la U. de Chile sintió la necesidad de profundizar sus conocimientos y postuló a una beca en la Clínica Psiquiátrica de Tubinga, dirigida por Ernst Kretschmer, y a la cátedra de Eugene Bleuler en Zurich. Permanece un año en Tubinga y se traslada por otro año a Zurich. En Zurich aprovecha la ocasión de asistir a las últimas conferencias que daba un ya anciano Jung y que fueron claves en el trabajo posterior de Lola como psicoterapeuta.

A su regreso a Chile, en 1959, se reintegra a la Clínica Psiquiátrica y se une a los primeros ensayos de terapia grupal y a un grupo de experimentación controlada con LSD y marihuana.

Poema
Lola, según cuenta el libro “Mi Abuela Lola” de Leonora Calderón, escribió este poema: “Elegir es conmover, conmover es vivificar. Me dejo conducir y me dejo mover. Muevo, cobijo y pondero a los otros y en mí vuelvo viajero lo inmóvil. La forma envejece, se vuelve frágil y cascada, en pedazo la abate la tormenta. Lo quebradizo y agrietado transparente se torna. Un edificio se eleva momento a momento, e inesperadamente de una sola vez, suenan las doce desde la catedral”.


Fuentes:
http://transgenealogia.blogspot.com/2006/12/lola-hoffmann.htmlhttp://www.scielo.cl/scielo.php?pid=S0717-92272008000100008&script=sci_arttexthttp://www.concienciamujer.cl/panel/view/4284
http://www.portalchoapa.cl/detalle.php?seccion=cultura&id=27

Ilustraciones: Henri Rousseau

No hay comentarios:

Publicar un comentario