El tiempo en las sociedades patriarcales llega cada 1 de enero simbolizado por un niño y se va el 31 de diciembre simbolizado por un venerable anciano de larga barba blanca. En el Mundo de la Madre, participamos del tiempo y, por consiguiente, no lo medimos; el término griego para designar este tiempo cualitativo es kairos. Cuando hacemos algo que nos gusta y estamos totalmente concentrados en hacerlo, estamos más en un tiempo kairos que kronos.
Cuando estamos con alguien a quien amamos y estamos totalmente concentrados en estar con esa persona, cuando estamos enamorados, cuando estamos alimentando nuestra espiritualidad, estamos fuera del tiempo ordinario y dentro del Mundo de la Madre."

Fragmento de Viaje a Avalon por Jean Shinoda Bolen
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