jueves, 30 de agosto de 2012

El mito del orgasmo vaginal por Anne Koedt


Orgasmo vaginal - Por Sonia R. Arjonilla Fuente de la ilustración:
http://www.pikaramagazine.com/?p=6630


Creo que el chiste de Sonia R. Arjonilla ilustra una realidad.
Hace muchos años leí en una biblioteca pública un ensayo llamado "El mito del orgasmo vaginal" de Anne Koedt.
Hasta el día de hoy no he vuelto a leer ningún material similar. Parece que el tema ha sido sistemáticamente silenciado, no solo por parte de los hombres sino por parte de las mujeres también.

El trabajo, que ya se ha convertido en un clásico del feminismo, se puede leer aquí:

"Siempre que se discute sobre el orgasmo y la frigidez femenina se hace una falsa distinción entre el orgasmo vaginal y el clitoridiano. La frigidez ha sido generalmente definida por los hombres como el fracaso de la mujer para obtener orgasmos vaginales.

En realidad, la vagina no es un área de alta sensibilidad y no está preparada para lograr orgasmos. Es el clítoris el centro de la sensibilidad sexual y el que constituye el equivalente femenino del pene.

Pienso que esto explica muchas cosas: primero que nada, el hecho de que la tasa de la llamada frigidez sea tremendamente alta entre las mujeres. En vez de buscar el origen de la frigidez femenina en suposiciones falsas sobre la anatomía femenina, nuestros "expertos" han declarado que la frigidez es un problema psicológico de las mujeres. A
aquellas que se quejaron de sufrirla se les recomendó consultar al psiquiatra, de manera que pudieran descubrir su "problema", generalmente diagnosticado como el fracaso para ajustarse a su papel como mujeres.

Los hechos sobre la anatomía femenina y la respuesta sexual cuentan una historia diferente. Aunque hay muchas zonas erógenas, sólo existe una para el clímax: el clítoris. Todos los orgasmos son extensiones de la sensación en esta zona. Debido a que el clítoris no es necesariamente estimulado de manera suficiente en las posiciones sexuales convencionales, se nos deja "frígidas".

Además de la estimulación física, que constituye la causa más común de orgasmo para la mayoría de las personas, también existe la estimulación a través de procesos mentales. Algunas mujeres, por ejemplo, pueden alcanzar un orgasmo mediante fantasías sexuales o fetiches.

De cualquier manera, aunque la estimulación sea psicológica, el orgasmo se manifiesta físicamente. Así, aún cuando la causa sea psicológica, el efecto sigue siendo físico, y el orgasmo necesariamente tiene lugar en el órgano sexual equipado para el clímax sexual: el clítoris. La experiencia del orgasmo puede variar en grados de intensidad, algunos más localizados, y otros más difusos y sensibles, pero a todos se les llama orgasmos clitoridianos.




Todo esto conduce a algunas preguntas interesantes sobre el sexo convencional y nuestro papel en él. Los hombres llegan al orgasmo esencialmente debido a la fricción con la vagina, no con la zona clitoridiana que es externa e incapaz de causar fricción como lo hace la penetración. Las mujeres han sido, así, definidas sexualmente en términos de lo que complace a los hombres; nuestra propia biología no ha sido analizada correctamente. En lugar de ello, se nos alimenta con el
mito de la mujer liberada y su orgasmo vaginal, un orgasmo que de hecho no existe.
Lo que debemos hacer es redefinir nuestra sexualidad. Debemos descartar los conceptos "normales" de sexo y crear nuevas pautas que tomen en cuenta el goce sexual mutuo.

Aún cuando la idea del goce sexual mutuo es liberalmente aplaudida en los manuales sobre el matrimonio, ésta no se sigue hasta su conclusión lógica. Debemos comenzar
a exigir que si ciertas posiciones, que ahora se califican de "estándar", no conducen a ambos al orgasmo, ya no sean calificadas como tales.

Deben usarse o inventarse nuevas técnicas para transformar este aspecto particular de nuestra explotación sexual presente.

Freud: padre del orgasmo vaginal

Freud sostenía que el orgasmo clitoridiano era adolescente y que en la pubertad, cuando las mujeres comenzaban a tener relaciones sexuales con los hombres, debían transferir el centro del orgasmo a la vagina. Se daba por hecho que la vagina era capaz de producir un orgasmo paralelo, pero más maduro que el clítoris. Se trabajó mucho en la elaboración de esta teoría, pero se ha hecho poco por disputar sus suposiciones básicas.

Para comprender por completo esta increíble invención, quizá se debiera recordar primero la actitud general de Freud hacia las mujeres.

Mary Ellman en Thinking About Women lo resume de esta manera :

Toda la actitud condescendiente y temerosa de Freud hacia las mujeres proviene de que carecen de pene, pero es únicamente en su ensayo "La psicología de las mujeres", que Freud hace explícita . . . su desaprobación ya implícita en su obra. Es entonces cuando prescribe para ellas el abandono de la vida de la mente, que interferiría con su función sexual. Cuando el paciente psicoanalizado es un hombre, el analista se propone la tarea de desarrollar sus capacidades; pero con las pacientes, la labor es ayudarlas a resignarse a los límites de su sexualidad. Como lo plantea Mr. Rieff: para Freud, "el análisis no puede estimular en las mujeres nuevas energías para el logro y el éxito, sólo puede enseñar la lección de la resignación racional" .

Fueron los sentimientos de Freud sobre la relación secundaria e inferior de las mujeres con los hombres los que constituyeron la base para sus teorías acerca de la sexualidad femenina.

Una vez establecida la ley sobre la naturaleza de nuestra sexualidad, Freud descubrió, nada casualmente, un tremendo problema de frigidez en las mujeres . La cura que él recomendaba para una mujer frígida era la atención psiquiátrica, puesto que sufría de incapacidad para ajustarse mentalmente a su rol "natural" como mujer.

Frank S. Caprio, un seguidor contemporáneo de estas ideas, afirmaba: cuando una mujer sea incapaz de lograr un orgasmo vía coito, a condición de que su marido sea una pareja adecuada, y prefiera la estimulación clitoridiana a cualquier otra forma de actividad sexual, se la puede considerar frígida y requiere ayuda psiquiátrica (The Sexual Adequate Female, p . 64).

La explicación dada era que las mujeres tenían envidia de los hombres :
"renunciación a la feminidad" . De este modo, la frigidez fue diagnosticada como un fenómeno antimasculino.

Es importante enfatizar que Freud no basó su teoría en el estudio de la anatomía femenina, sino más bien en sus ideas sobre la mujer como un apéndice del hombre, y su consecuente rol social y psicológico. En sus intentos por lidiar con el problema de la frigidez masiva, los freudianos se embarcaron en elaboradas gimnasias mentales. Marie Bonaparte, en Female Sexuality, llegó incluso a sugerir la cirugía para
ayudar a las mujeres a regresar al camino correcto. Habiendo descubierto una extraña conexión entre la mujer no frígida y la localización del clítoris cerca de la vagina,
después se me ocurrió que en los casos en que, en ciertas mujeres, este espacio
era excesivo y la fijación clitoridiana obstinada, podía efectuarse una reconciliación clitoridiana-vaginal por medios quirúrgicos, lo que beneficiaría la función erótica normal. El profesor Halban, de Viena, biólogo y cirujano, se interesó
en el problema y desarrolló una técnica quirúrgica sencilla . En ésta, se cortaba
el ligamento suspensorio del clítoris y el clítoris se prendía a las estructuras
subyacentes, fijándolo así, en una posición más baja, con una eventual reducción de los labios menores (p . 148).

Pero el daño más severo no se daba en el área de la cirugía, en la que los freudianos daban absurdas vueltas en círculos intentando cambiar la anatomía femenina para que cuadrara con sus suposiciones básicas. El daño más grave fue el que se infligió a la salud mental de las mujeres, que bien sufrían en silencio culpándose, bien corrían en
busca de un psiquiatra tratando desesperadamente de encontrar la oculta y terrible represión que las había mantenido alejadas de su destino vaginal.

Falta de evidencia

Se podría afirmar en un principio que éstas son áreas desconocidas e inexploradas, pero si se realiza un examen más profundo esto es sin lugar a dudas falso, tal como lo era en el pasado. Por ejemplo, los hombres sabían que las mujeres sufrían de frigidez con frecuencia durante el coito. Así que el problema ahí estaba. Además, hay mucha evidencia específica. Los hombres sabían que el clítoris era y es el órgano esencial para la masturbación, ya fuera en niñas o en mujeres adultas. Así que evidentemente las mujeres dejaron en claro en dónde pensaban ellas que se localizaba su sexualidad. Los hombres también parecen estar sospechosamente conscientes de los poderes clitoridianos durante el "juego previo" al coito, cuando desean excitar a las mujeres y producir la suficiente lubricación para la penetración . El "juego previo" es un concepto creado para fines masculinos y trabaja en desventaja de muchas mujeres, ya que una vez que la mujer se encuentra excitada el hombre cambia a la estimulación vaginal, dejándola así tan excitada como insatisfecha.

También se sabe que las mujeres no necesitan de anestesia en el interior de la vagina durante la cirugía, lo que apunta al hecho de que la vagina no es un área altamente sensible.

Hoy, con un conocimiento amplio de anatomía, con Kelly, Kinsey y Masters y Johnson, por mencionar sólo algunas fuentes, ya no hay ignorancia en la materia . Hay, sin embargo, razones sociales por las que este conocimiento no ha sido popularizado. Estamos viviendo en una sociedad masculina que no ha buscado cambios en el rol de las mujeres.





Evidencia anatómica

En lugar de comenzar con lo que las mujeres debieran sentir, sería lógico
iniciar con los hechos anatómicos con respecto al clítoris y la vagina.


El clítoris es un equivalente pequeño del pene, excepto por el hecho de que la uretra no lo atraviesa como lo hace con el pene del hombre. Su erección es similar a la erección masculina, y la cabeza del clítoris tiene el mismo tipo de estructura y función que la cabeza del pene. G . Lombard Kelly, en Sexual Feeling in Married Men and Women, dice:

La cabeza del clítoris también está compuesta de tejido eréctil, y posee un epitelio o cubierta muy sensible, dotada de terminaciones nerviosas especiales llamadas corpúsculos genitales y particularmente adaptadas a la estimulación sensorial, que bajo condiciones mentales adecuadas termina en el orgasmo sexual. Ninguna otra parte del tracto reproductivo femenino posee dichos corpúsculos (p . 35). El clítoris no tiene otra función que la del placer sexual.

La vagina. Sus funciones están relacionadas con la función reproductiva. Principalmente, 1) menstruación, 2) recepción del pene, 3) retención del semen y 4) canal de parto. El interior de la vagina, que de acuerdo con los defensores del orgasmo vaginal es el centro y productor del orgasmo, está, "como casi todas las demás estructuras corporales internas, pobremente abastecida de órganos terminales sensoriales.

El origen endodérmico interno del recubrimiento vaginal la hace similar al recto y a otras partes del tracto digestivo" (Kinsey, Sexual Behavior in the Human Female, p . 580).

El grado de insensibilidad dentro de la vagina es tan alto que "Entre las mujeres que fueron examinadas en nuestra muestra ginecológica, menos del 14% estaba consciente de haber sido tocada" (Kinsey, p . 580).

Incluso la importancia de la vagina como un centro erógeno (en oposición a un centro orgásmico) es menor.

Otras áreas. Los labios menores y el vestíbulo de la vagina . Estas dos áreas sensibles pueden disparar un orgasmo clitoridiano, porque pueden ser efectivamente estimuladas durante el coito "normal"; aunque escasa, este tipo de estimulación se considera de manera incorrecta un orgasmo vaginal. De cualquier manera, es importante distinguir entre áreas que pueden estimular el clítoris, incapaces de producir un orgasmo por sí mismas, y el clítoris : "Sin importar qué medio de excitación se usa para llevar al individuo a un estado de clímax sexual, la sensación es percibida
por los corpúsculos genitales y se localiza donde ellos están situados: en la cabeza del clítoris o del pene (Kelly, p . 49).

El orgasmo psicológicamente estimulado. Además de las estimulaciones directas e indirectas del clítoris anteriormente mencionadas, existe una tercera forma en la que se puede disparar un orgasmo. Ésta es a través de la estimulación mental (cortical), donde la imaginación estimula a la mente, que a su vez estimula a los corpúsculos genitales del glande para producir un orgasmo.

Las mujeres que dicen tener orgasmos vaginales

Confusión. Debido a la falta de conocimiento de su propia anatomía, algunas mujeres aceptan la idea de que un orgasmo experimentado durante una relación sexual "normal" fue ocasionado por la vagina. Esta confusión se debe a la combinación de dos factores. El primero, la falla en la localización del centro del orgasmo, y el segundo, por un deseo de adecuar su experiencia a la idea masculina de normalidad sexual. Considerando que las mujeres saben poco de su anatomía, es fácil confundirse.

Engaño. La gran mayoría de las mujeres que aparentan tener un orgasmo vaginal ante su hombre, lo están fingiendo para "conseguir el trabajo". En un nuevo éxito de ventas danés, I Accuse, Mette Ejlersen trata de manera específica este problema común, al que llama "la comedia sexual" y que tiene muchas causas. Primero que nada, la mujer debe soportar una gran presión aportada por el hombre, quien considera que su habilidad como amante está puesta en juego. Así, para no ofender su ego, las mujeres obedecen el papel que se les designa y pasan por un éxtasis simulado. Otras de las danesas mencionadas, mujeres a las que se dejó frígidas e indiferentes al sexo, aparentaban tener orgasmos vaginales con el fin de apresurar el acto sexual. Algunas más admitían haber fingido orgasmos vaginales para atrapar a un hombre. En uno de
los casos, la mujer aparentó tener un orgasmo vaginal para hacer que el hombre dejara a su primera esposa, quién había admitido ser vaginalmente frígida. Más adelante le fue forzoso continuar el engaño, ya que no podía pedirle que la estimulara clitoridiamente.

Muchas otras mujeres simplemente temen establecer su derecho a la igualdad de goce, percibiendo el acto sexual como un beneficio principalmente para los hombres, y cualquier placer obtenido por la mujer como un extra.

Algunas mujeres, con ego suficiente para rechazar la idea masculina de necesitar atención psiquiátrica, se negaron a admitir su frigidez. No aceptaban autoculparse, pero no encontraban cómo solucionar el problema, no conociendo sus propias características fisiológicas, por lo que quedaron en un limbo especial.

Quizá uno de los resultados más enfadosos y dañinos de toda esta charada sea el que a mujeres sexualmente sanas les fue enseñado que no lo eran. Así que además de estar sexualmente privadas se las aleccionó para autoculparse, aun cuando no eran culpables . Buscar la cura para un problema que no la tiene puede conducir a una mujer a un
camino interminable de inseguridad y odio hacia sí misma, ya que su analista le dice que ni siquiera tiene éxito en el único papel que le permite la sociedad masculina: el papel de mujer. Se la pone a la defensiva, con datos falsos como evidencia de que debe intentar ser aún más femenina, pensar de manera más femenina, rechazar su envidia por los hombres . Es decir, muévele más duro, mi reina.

Por qué los hombres mantienen el mito

1 . Preferencia por la penetración sexual. El mejor estimulante físico para el
pene es la vagina de la mujer. Provee la fricción y lubricación necesarias . Desde un punto de vista estrictamente técnico esta posición ofrece las mejores condiciones físicas, aunque el hombre puede probar otras posiciones por variar.
2 . La mujer invisible. Uno de los elementos del chauvinismo masculino es la negación o la inhabilidad de ver a las mujeres como seres humanos totales y separados. En su lugar, los hombres han escogido definir a las mujeres sólo en términos de cómo han beneficiado sus vidas. Sexualmente, una mujer no era vista como un individuo que
deseara compartir equitativamente el acto sexual, de la misma manera que no se la percibía como una persona con deseos independientes cuando realizaba cualquier otra actividad en la sociedad. Así, era fácil inventar lo que era conveniente sobre las mujeres; encima de esto, la sociedad ha sido una función de los intereses masculinos, y las mujeres no estaban organizadas para formar ni siquiera una oposición verbal
a la de los hombres expertos.

3 . El pene como epítome de la masculinidad . Los hombres definen su vida principalmente en términos de masculinidad. Es una forma universal de levantar el ego . Esto es, en toda sociedad, por muy homogénea que sea (por ejemplo, cuando no existen grandes diferencias raciales, étnicas o económicas) siempre hay un grupo que oprimir, las mujeres.

La esencia del chauvinismo masculino está en la superioridad psicológica que los hombres ejercen sobre las mujeres. Este tipo de definición superior-inferior del sí mismo, en lugar de una definición positiva basada en el propio desarrollo y los logros personales, ha encadenado tanto a la víctima como al opresor. Sin embargo, quien ha llevado la peor parte ha sido la víctima.

Una analogía es el racismo, en el que el racista de color blanco compensa sus sentimientos de desmerecimiento creando una imagen del hombre negro como biológicamente inferior a él (tal imagen obedece principalmente a una lucha masculina). Debido a su posición dentro de una estructura de poder blanca y masculina, el hombre blanco puede reforzar esta división mítica.

Mientras los hombres traten de racionalizar y justificar la superioridad masculina a través de la diferenciación física, la masculinidad podrá ser simbolizada por ser el más musculoso, el más velludo; por tener la voz más grave y el pene más grande . Las mujeres, por el contrario, son aprobadas (llamadas femeninas) si son débiles, pequeñas; se rasuran las piernas; tienen voces agudas y suaves.

Ya que el clítoris es casi idéntico al pene, se encuentra mucha evidencia de que hombres, de diversas sociedades, tratan de ignorar el clítoris y enfatizar la vagina, como lo hizo Freud, o como en algunos lugares de Medio Oriente en donde practican la clitoridectomía. Freud veía esta antigua y todavía vigente costumbre, como una manera de "feminizar" aún más a la mujer al removerle este vestigio cardinal de su
masculinidad . También cabe destacar que un clítoris grande es considerado feo y masculino . Algunas culturas se dan a la práctica de verter un químico sobre el clítoris para que se encoja al tamaño "adecuado".
Me queda claro que los hombres, de hecho, temen al clítoris como una amenaza a su masculinidad.




4 . El hombre sexualmente prescindible. Los hombres temen llegar a ser sexualmente prescindibles si la vagina es sustituida por el clítoris como el centro de placer para las mujeres. De hecho, esto es de gran validez si sólo consideramos la anatomía. La posición del pene dentro de la vagina, aunque perfecta para la reproducción, no estimula necesariamente un orgasmo en la mujer debido a que el clítoris está localizado en el exterior y más arriba. Las mujeres dependen de la estimulación
indirecta en la posición "normal".

La sexualidad lésbica podría constituir un excelente caso, basado en información anatómica, para la irrelevancia del orgasmo masculino.

Albert Ellis menciona algo en el sentido de que un hombre sin pene puede ser un excelente amante de una mujer.

Considerando que la vagina es de lo más deseable desde el punto de vista del hombre, solamente en términos físicos, una comienza a ver el dilema masculino. También nos fuerza a descartar muchos argumentos "físicos" que explican por qué las mujeres se van a la cama con los hombres. Lo que queda, me parece, son razones principalmente psicológicas para dar cuenta de por qué las mujeres eligen a los hombres, y
excluyen a las mujeres, como parejas sexuales.

5 . Control de las mujeres. Una razón que se da para explicar la práctica de la clitoridectomía en el Medio Oriente es que evitará que las mujeres se pierdan. Al remover el órgano sexual con capacidad para el orgasmo, debe suponerse que su impulso sexual disminuirá . Considerando que los hombres ven a las mujeres como una propiedad, particularmente en naciones muy atrasadas, debiéramos comenzar a considerar mucho más por qué es que no está en el interés de los hombres que las
mujeres sean totalmente libres sexualmente. La doble moral, que por ejemplo se practica en América Latina, está hecha para mantener a las mujeres como total propiedad del marido, mientras que él es libre de tener las aventuras que desee.

6 . Lesbianismo y bisexualidad . Además de las razones estrictamente anatómicas por las que las mujeres puedan igualmente buscar a otras mujeres como amantes, hay un miedo por parte de los hombres de que las mujeres buscarán la compañía de otras mujeres sobre una base completamente humana. De hecho, el reconocimiento del orgasmo clitoridiano amenazaría la institución heterosexual, puesto que indicaría que el
placer sexual es obtenible tanto de hombres como de mujeres, haciendo así de la heterosexualidad no un absoluto, sino una opción. El tema de las relaciones sexuales humanas se ampliaría de este modo para ir más allá de los presentes confines del sistema de roles masculino-femenino."





Traducción : Daniela Ramos Mingo
Libros mencionados en este ensayo
Bonaparte, Marie, 1953, Female Sexuality, Grove Press .
Caprio, Frank S ., 1953 y 1966, The Sexually Adequate Female, Fawcett Gold
Medal Books.
Ejlersen, Mette, 1968, 1 Accuse (leg Anklager), Chr. Erichsens Forlag (danés) .
Ellis, Albert, 1958 y 1956, Sex Without Guilt, Grove Press .
Ellman, Mary, 1968, Thinking About Women, Harcourt, Brace y World .
Kelly, G . Lombard, 1951 y 1965, Sexual Feelings in Married Men and Women,
Pocketbooks .
Kinsey, Alfred C ., 1953, Sexual Behavior in the Human Female, Pocketbooks .
Masters y Johnson, 1966, Human Sexual Response, Little Brown .

Tomado de: http://equidad.org.mx/ddeser/seminario/internas/lecturas/lect-sexual/elmitodelorgasmovaginal.pdf

3 comentarios:

  1. Pueden descargarse gratuitamente mi libro sobre la masturbacion femenina que desmonta todos los mitos que existen sobre ella con los datos aportados por la moderna investigación sexológica.
    Vayan a la página "Mis libros" de mi Blog:

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  2. Cada mujer es diferente, lo que a unas les gusta a otras no. Personalmente yo sí siento fuertísimos orgasmos con la penetración, me encanta que mi pareja me penetre, y curiosamente aunque me masturbo casi diario y es bien cierto que el orgasmo es intenso también me gusta más cuando me vengo con el, no se, creo que todas somos distintas y no se puede generalizar. En algunos estudios mencionan que sólo un 30% de las mujeres se "vienen" en el coito, yo creo que soy de ese porcentaje, y no lo confundo con el del clítoris, conozco bien mi cuerpo, crecí en un hogar muy liberal, me he explorado de muchísimas formas, creo que cada mujer es diferente, yo personalmente disfruto tremendamente el sexo con la penetración y sus respectivos orgasmos, entre más y de todo tipo mejor, lo importante es disfrutar.

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  3. Noticias para empoderarnos. Sí, esto es sumamente importante.

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