martes, 7 de febrero de 2012

GRANDES HEROÍNAS DE LA LITERATURA UNIVERSAL

La historia de la literatura universal nos ha dejado un sinfín de relatos que nos han cautivado gracias a unos personajes sólidos y creíbles que han conseguido enamorarnos, cautivarnos o simplemente fascinarnos.

Entre ellos se encuentran diversas figuras femeninas que, por unas u otras razones, han sido consideradas como auténticas heroínas. Muchas serían las protagonistas del mundo de la ficción literaria que podrían tener este adjetivo pero aquí le señalamos algunas de las más simbólicas y significativas.

Ellas son nuestros espejos, nos representan: románticas, trágicas, humanas, originales, sensibles, luchadoras, inmorales, valientes, dichosas, infelices, talentosas. Este post es nuestro modesto homenaje a las heroínas de la literatura universal.

#1- EMMA BOVARY, Gustave Flaubert - "Madame Bovary" (1857)



"Pero, al mirarse en el espejo, se asombró de su cara. Nunca había tenido los ojos tan grandes, tan negros ni tan profundos. Algo de sutil derramado sobre su personalidad la transfiguraba.

Se repetía: "¡Tengo un amante! ¡Un amante", deleitándose en esta idea como en la de otra pubertad renacida".


#2- JANE EYRE, Charlotte Brontë - "Jane Eyre" (1847)




"Querido lector, espero que nunca padezcas lo que yo padecí entonces. Que nunca broten de tus ojos unas lágrimas tan tempestuosas, abrasadoras y dolorosas como las que brotaron de los míos. Que nunca clames al cielo con ruegos tan angustiosos y desesperanzados como los que salieron de mis labios. Que nunca temas ser la causa de la desgracia del que más amas".


#3- ESTHER GREENWOOD, Sylvia Plath - " La campana de cristal" (1963)


"El problema es que yo siempre había sido inadecuada, simplemente no había pensado en ello.

En lo único que destacaba era en ganar becas y premios, y esa época se acercaba a su fin. Me sentí como un caballo de carreras en un mundo sin pistas o como un campeón universitario de fútbol, súbitamente enfrentado con Wall Street y un traje de ejecutivo, sus días de gloria reducidos a una pequeña copa de oro sobre la repisa de su chimenea, con una fecha grabada en ella como la fecha de una lápida. Vi mi vida extendiendo sus ramas frente a mí como la higuera verde del cuento.

De la punta de cada rama, como un grueso higo morado, pendía un maravilloso futuro, señalado y rutilante. Un higo era un marido y un hogar feliz e hijos y otro higo era un famoso poeta, y otro higo era un brillante profesor, y otro higo era E Ge, la extraordinaria editora, y otro higo era Europa y Africa y Sudamérica y otro higo era Constantino y Sócrates y Atila y un montón de otros amantes con nombres raros y profesiones poco usuales, y otro higo era una campeona de equipo olímpico de atletismo, y más allá y por encima de aquellos higos había muchos más higos que no podía identificar claramente.

Me vi a mí misma sentada en la bifurcación de ese árbol de higos, muriéndome de hambre solo porque no podía decidir cuál de los higos escoger. Quería todos y cada uno de ellos, pero elegir uno significaba perder el resto, y, mientras yo estaba allí sentada, incapaz de decidirme, los higos empezaron a arrugarse y a tornarse negros y, uno por uno, cayeron al suelo, a mis pies."


“Y yo sabía que a pesar de todas las rosas y besos y cenas en restaurantes que un hombre hacía llover sobre una mujer antes de casarse con ella, lo que secretamente deseaba para cuando la ceremonia de boda terminase era aplastarla bajo sus pies como la alfombra de la señora Willard.

Así que empecé a pensar que tal vez fuera cierto que casarse y tener niños equivalía a someterse a un lavado de cerebro, y después una iba por ahí idiotizada como una esclava en un estado totalitario privado.”


#4- CLARISSA DALLOWAY, Virginia Woolf - "La señora Dalloway" (1925)



"¡Amor y religión!, pensó Clarissa, mientras volvía al salón, sintiendo un hormigueo por todo el cuerpo. ¡Qué cosas tan odiosas, tan terriblemente odiosas! Porque ahora que ya no tenía delante el cuerpo de la señorita Kilman, su idea de ella la abrumaba. El amor y la religión eran las cosas más crueles del mundo, pensó, cuando se las ve torpes, acaloradas, dominantes, hipócritas, indiscretas, celosas, infinitamente crueles y sin escrúpulos, recubiertas por un impermeable, en el descansillo. ¿Había tratado ella alguna vez de convertir a alguien? ¿Acaso no quería que todos fueran, sencillamente, ellos mismos? Y vio por la ventana cómo la anciana señora de enfrente subía las escaleras. Que suba las escaleras si es eso lo que quiere hacer; que se detenga; y luego que llegue a su dormitorio, como Clarissa se lo había visto hacer muchas veces, corra las cortinas y desaparezca de nuevo por el fondo. Por alguna razón, aquella sucesión de actos le inspiraba respeto: la anciana mirando por la ventana, sin saber en absoluto que alguien la contemplaba. Había algo solemne en ello, pero el amor y la religión destruirían aquella intimidad del alma, fuera lo que fuese. La odiosa Kilman lo destruiría. Y, sin embargo, al verlo sentía deseos de llorar.

El amor también destruía. Todo lo que era delicado, todo lo que era auténtico desaparecía."


#5 - MONIQUE, Simone de Beauvoir- "La mujer rota" (1968)




"Ahora soy una muerta. ¿Una muerta que tiene todavía cuántos años para ir tirando? Una jornada, ya, cuando abro un ojo, por la mañana, me parece imposible llevarla hasta el fin. Ayer cuando me bañaba, nada más que levantar un brazo me planteaba un problema: ¿por qué levantar un brazo, por qué poner un pie delante del otro? Cuando estoy sola, me quedo inmóvil durante unos minutos sobre el borde de la acera, enteramente paralizada”.

"(...) es monstruoso: ha elegido para abandonarme el momento en que ya no tenía a mis hijas. Imposible admitir que consagre toda mi vida al amor de un hombre tan egoísta."

"porque hacer el gusto a los otros te hace gusto a ti. Yo me reía: "Sí, es una forma de egoísmo"

"¿Todo el mundo es tan ciego o soy una tonta entre las tontas? No solamente una tonta.Yo me mentía. ¡Cómo me he mentido! Me hacia el cuento de que Noellie no contaba, que Maurice me prefería, y sabía perfectamente que era falso. Retomé mi lapicera no para volver hacia atrás sino porque el vacío era tan inmenso en mí, a mi alrededor, que era preciso este gesto de mi mano para asegurarme que aún estaba viva."

"Es horrible pensar que mi propia historia ya no es detrás de mí otra cosa que tinieblas.-"

#6 - JO MARCH, Louisa May Alcott - "Mujercitas" (1868)



"Después de contar cómo había colocado sus cuentos Jo añadió:

- Cuando fui a recibir mi respuesta, el director me dijo que le gustaban ambas, pero que no pagaba a los principiantes; no hacía más que publicar las obras en su periódico para que se dieran a conocer. Era buena práctica, dijo, y cuando los principiantes progresaran, no faltarían editores que les pagaran sus trabajos. Le dejé, pues, las dos historias, y hoy por la mañana me ha enviado esto; Laurie me sorprendió con ello e insistió en verlo; lo dejé hacerlo, y dijo que era muy buena, de manera que escribiré más y él va a conseguir que me paguen la próxima; y ... estoy tan contenta, porque con el tiempo podré mantenerme y ayudar a las chicas.

Aquí le faltó el aliento y escondiendo la cabeza en el periódico, derramó algunas lágrimas ingenuas, porque ser independiente y ganar las alabanzas de las personas que amaba eran los deseos más ardientes de su corazón, y aquello parecía el primer paso hacia tan feliz meta."

#7- MIKAGE SAKURAI, Banana Yoshimoto – “Kitchen” (1991)



“Yo, Mikage Sakurai, soy huérfana. Mis padres murieron jóvenes. Me criaron mis abuelos. Mi abuelo murió en la época de mi ingreso en la escuela secundaria. Desde entonces, vivíamos solas mi abuela y yo. Hace poco murió mi abuela inesperadamente. Me asusté. La familia, esta familia que realmente he tenido, fue reduciéndose poco a poco a lo largo de los años, y ahora, cuando recuerdo que estoy aquí, sola, todo lo que tengo ante los ojos me parece irreal. Ahora, en la habitación en la que nací y crecí, me sorprende ver que el tiempo ha pasado y que estoy sola. Como en la ciencia ficción. Es la oscuridad del universo.”

(…)

“Creo que la cocina es el lugar del mundo que más me gusta. En la cocina, no importa de quién ni cómo sea, o en cualquier sitio donde se haga comida, no sufro.”


#8- ANA KARENINA, Leon Tolstoi- “Ana Karenina” (1877)




Capítulo XV

“…Aunque Ana rehusaba admitir con Wronsky que el estado de ambos era falso y poco honorable, no por eso dejó de comprender que éste tenía razón. Hubiera deseado vivamente salir de aquel estado deplorable, y cuando, bajo el imperio de su emoción, confesó todo a su marido al volver de las carreras, se sintió aliviada…

…Le pareció que el mundo entero no tendría piedad para ella, como aquel cielo frío y aquella vegetación marchita.

"Es inútil pensar -se dijo, al sentir como por la mañana, apoderarse de ella una dolorosa indecisión interior- ¡Hay que marchar! ¿Adónde? ¿Cuándo? ¿Con quién?… A Moscú por el tren nocturno. Sí, y llevaré a Annouchka y a Sergio. Llevaremos sólo lo estrictamente necesario; pero antes debo escribir a los dos." Y volviendo rápidamente al saloncito, se sentó ante una mesita para escribirle a su marido.

"Después de lo que ha pasado no puedo vivir más en su casa; parto y me llevo a mi hijo; no conozco las leyes; ignoro por consiguiente, con quien debe quedar, pero me lo llevo, porque no puedo vivir sin él, sea usted generoso, déjemelo."…

… La segunda carta era para Wronsky:
"He confesado todo a mi marido". Escribió; pero se detuvo, incapaz de continuar. ¡Era brutal, tan poco femenino! Por otra parte, ¿qué otra cosa podría escribirle?…”


#9- ANAïS NIN, “El diario de Anais Nin” (10 vols. 1966-83)



"A mí me pueden encontrar en una fiesta y se me puede ver bailar y reír; pero lo que escribo es muy serio. Sólo cuando muera llegaré a ser visible, y entonces algún editor se inclinará sobre mis manuscritos y hasta quizás pujará por ellos. Pero durante mi vida no hubo ningún escritor ni editor que diera un solo paso para prolongar mi vida o revelar mi obra."

"Me niego a vivir en el mundo ordinario como una mujer ordinaria. A establecer relaciones ordinarias. Necesito el éxtasis. Soy una neurótica, en el sentido de que vivo en mi mundo. No me adaptaré al mundo. Me adapto a mí misma".

"Siempre hubo en mí, al menos, dos mujeres una mujer desesperada y perpleja que siente que se está ahogando y otra que salta, como si fuera un escenario, disimulando sus verdaderas emociones porque ellas son la debilidad, la impotencia, la desesperación y presenta al mundo sólo una sonrisa, ímpetu, curiosidad, entusiasmo, interés".

"Cualquier forma de amor que encuentres, vívelo. Libre o no libre, casado o soltero, heterosexual u homosexual, son aspectos que varían de cada persona. Hay quienes son más expansivos, capaces de varios amores. No creo que exista una única respuesta para todo el mundo"

"Hay dos modos de llegar a mí, mediante los besos o la imaginación. Pero existe una jerarquía; los besos por sí solos no bastan."

#10- LOLITA, “Lolita” – Vladimir Nabokov



" Ahora creo llegado el momento de presentar al lector algunas consideraciones de orden general. Entre los límites de los nueve y los catorce años, surgen doncellas que revelan a ciertos viajeros embrujados, dos o tres veces mayores que ellas, su verdadera naturaleza, no humana, sino nínfica (o sea demoníaca); propongo llamar nínfulas a estas criaturas escogidas.
(...)
Entre esos límites temporales, ¿son nínfulas todas las niñas? No, desde luego. Tampoco es la belleza una piedra de toque; y la vulgaridad - o al menos lo que una comunidad determinada considera como tal- no daña forzosamente ciertas características misteriosas, la gracia letal, el evasivo, cambiante, anonadante, insidioso encanto mediante el cual la nínfula se distingue de esas contemporáneas suyas.
(...)
Era la misma niña: los mismos hombros frágiles y color de miel, la misma espalda esbelta, desnuda, sedosa, el mismo pelo castaño. Un pañuelo a motas anudado en torno al pecho ocultaba a mis viejos ojos de mono, pero no a la mirada del joven recuerdo, los senos juveniles. Y como si yo hubiera sido, en un cuento de hadas, la nodriza de una princesita, reconocí el pequeño lunar en su flanco.
(...)
Si pedimos a un hombre normal que elija a la niña más bonita en una fotografía de un grupo de colegialas o girl scouts, no siempre señalará a la nínfula. Hay que ser artista y loco, un ser infinitamente melancólico, con una burbuja de ardiente veneno en las entrañas y una llama de suprema voluptuosidad siempre encendida en su sutil espinazo, para reconocer de inmediato, por signos inefables - el diseño ligeramente felino de un pómulo, la delicadeza de un miembro aterciopelado y otros indicios que la desesperación, la vergüenza y las lágrimas me prohiben enumerar- al pequeño demonio mortífero ignorante de su fantástico poder.
(...)
Lolita, luz de mi vida, fuego de mis entrañas. Pecado mío, alma mía. Lo-li-ta: la punta de la lengua emprende un viaje de tres pasos desde el borde del paladar para apoyarse, en el tercero, en el borde de los dientes. Lo. Li. Ta. Era Lo, sencillamente Lo, por la mañana, un metro cuarenta y ocho de estatura con pies descalzos. Era Lola con pantalones. Era Dolly en la escuela. Era Dolores cuando firmaba. Pero en mis brazos era siempre Lolita. "


#11- HOLIDAY ("HOLLY") GOLIGHTLY, Truman Capote - "Desayuno en Tiffany's" (1958)



“Si me siento culpable es porque dejé que él siguiera soñando cuando yo ya había dejado de soñar… Sabía muy bien que jamás llegaría a ser una estrella de cine. Es demasiado esfuerzo; y, si eres inteligente, da demasiada vergüenza. Me falta el suficiente complejo de inferioridad… No quiero decir que el ser rica y famosa fuera a fastidiarme. Esas son cosas que ocupan un lugar importante en mis planes, y algún día trataré de conseguirlas; pero, si las consigo, querría seguir gustándome a mí misma. Quiero seguir siendo yo cuando una mañana, al despertar, recuerde que tengo que desayunar en Tiffany´s”…

“Quiero seguir siendo yo cuando, una mañana, al despertar, recuerde que tengo que desayunar en Tiffany´s. No quiero poseer nada hasta que encuentre un lugar donde yo esté en mi lugar y las cosas estén en el suyo. Todavía no estoy segura de dónde está ese lugar. Pero sé que aspecto tiene. Es como Tiffany´s. Y no creas que me muero por las joyas. Los diamantes sí. Pero llevar diamantes sin haber cumplido los cuarenta en una horterada; y entonces todavía resulta peligroso. Sólo quedan bien cuando los llevan mujeres verdaderamente viejas… Pero no es eso lo que me vuelve loca en Tiffany´s… He comprobado que lo mejor que me sienta es tomar un taxi e ir a Tiffany´s. Me calma de golpe, ese silencio, esa atmósfera tan arrogante; en un sitio así, no podría ocurrirte nada malo, es imposible, en medio de esos hombres con los trajes tan elegantes y ese encantador aroma a plata y a billetero de cocodrilo. Si encontrara un lugar en la vida real donde me sintiera como me siento en Tiffany´s, me compraría unos cuantos muebles y le pondría nombre al gato."

#12- FRANKIE JASMINE, Carson McCullers – “Frankie y la boda” (1946)



“Por la mañana muy temprano salía a veces al jardín y se quedaba largo rato contemplando el cielo del amanecer. Y era como si su corazón hiciera una pregunta y el cielo no le diera contestación.”

“En junio, los árboles eran de un verde brillante y deslumbrador, pero más tarde las hojas se oscurecieron y el pueblo pareció ennegrecer y encogerse bajo la luz cegadora del sol. Al principio, Frankie paseaba haciendo una cosa u otra… Sus secretas congojas le valdrían quedarse en casa: y en casa sólo estaban Berenice Sadie Brown y John Henry West. Los tres se pasaban el tiempo sentados alrededor de la mesa de la cocina, diciendo una y otra vez las mismas cosas, de modo que, al llegar a agosto, las palabras empezaban a rimar unas con otras y a adquirir extrañas resonancias… Todas las tardes el mundo parecía morir y cesaba todo movimiento. Al fin, el verano era como un enfermizo sueño verde, o como una absurda jungla silenciosa bajo una campana de cristal”.

“La primavera de aquel año fue una extraña y larga estación. Las cosas empezaron a cambiar para Frankie… No sabía por qué estaba triste, pero a causa de aquella extraña trsiteza empezó a darse cuenta de que debía marcharse del pueblo. Aquel año, Frankie empezó a pensar en el mundo. No lo veía como el globo terráqueo de la escuela, con los países bien definidos y de diferentes colores. Pensaba en el mundo como en algo enorme, suelto y resquebrajado, que giraba a mil seiscientos kilómetros por hora”

“Frankie estaba aguardando la noche. Y precisamente en aquel momento, empezó a oírse una trompeta. En algún sitio del pueblo, no muy lejos, una trompeta empezó a tocar un blues. La música era triste y honda… En aquella música había algo que le traía de nuevo todo lo de la primavera: flores, los ojos de la gente desconocida, lluvia.. Pero la música no volvió y la melodía quedó rota e inacabada. Y ella no podía soportar aquel nudo tan apretado”…


#13- BRIDGET JONES, Helen Fielding -" El diario de Bridget Jones"



“Buenos propósitos de año nuevo:

NO:
Beber más de catorce copas a la semana.
Fumar.
Gastar dinero en: máquinas para hacer pasta, máquinas para hacer helados, u otros aparatos culinarios que nunca utilizaré; libros de autores ilegibles para colocar presuntuosamente en las estanterías; ropa interior exótica, ya que, al no tener novio, carece de sentido.
Pasear por la casa como una zarrapastrosa, sino imaginar que otros me están mirando.
Gastar más de lo que gano.
Permitir que la bandeja de entrada del correo electrónico esté incontroladamente saturada.
Enamorarme de: alcohólicos, adictos al trabajo, fóbicos al compromiso, tipos con novias o esposas, misóginos, megalómanos, chovinistas, sexistas, gorrones emocionales, pervertidos.
Enfadarme con mamá, con Una Alconbury o con Perpetua.
Disgustarme con los hombres, sino ser, en cambio, la amable y distante reina de hielo.
Enamorarme de hombres, pero establecer, en cambio, relaciones basadas en una madura evaluación del carácter.
Criticar a todo el mundo a sus espaldas, sino ser positiva con todos.
Obsesionarme con Daniel Cleaver, ya que es patético estar enamorada del jefe, como si fuese Miss Moneypenny o algo así.
Enfurruñarme por no tener novio, sino desarrollar una elegancia interior y un sentido de la autoridad y de mí misma, como si fuera una mujer de peso, o completa incluso sin novio, como mejor manera de conseguir uno.

SI:
Dejar de fumar.
Beber menos de catorce copas a la semana.
Reducir la circunferencia de mis muslos 7,5 cm (3,75 cm cada uno), con una dieta anticelulítica.
Purgar el piso de los trastos inútiles acumulados.
Dar toda la ropa que no he llevado desde hace dos años o más a los necesitados.
Mejorar mi carrera y encontrar un nuevo empleo con futuro.
Ahorrar dinero. Empezar quizás un plan de jubilación.
Tener más confianza en mí misma.
Ser más autoritaria.
Hacer mejor uso del tiempo.
No salir todas las noches, sino quedarme en casa y leer libros y escuchar música clásica.
Dar una parte de mis ganancias a la beneficencia.
Ser más amable y ayudar más a los demás.
Comer más legumbres.
Levantarme por las mañanas en cuanto me despierte.
Ir al gimnasio tres veces por semana, y no sólo para comprar un bocadillo.
Colocar las fotografías en álbumes de fotos.
Grabar una serie de casetes de «música ambiental», para tener a mano toda mi música favorita/romántica/bailable/sensual/feminista, etc., montadas de tal manera que no suenen al estilo de un disc-jockey empapado de alcohol y rodeado de cintas tiradas por todas partes.
Establecer una relación positiva con un adulto responsable.
Aprender a programar el vídeo."


#14- MISS JANE MARPLE- Agatha Christie "Miss Marple y trece problemas" (1920)



Con la publicación en 1928 de "Miss Marple y trece problemas", Agatha Christie -la "Reina del Crimen"- (1891-1976), que había iniciado su carrera en 1920, introdujo en su universo literario la entrañable figura de la anciana solterona que iba, desde entonces, a rivalizar en ingenio y perspicacia con el otro gran personaje creado por la autora, el detective Hércules Poirot.

Es una apacible solterona inglesa, que vive en el pueblo de St. Mary Mead. Ella no es detective, pero siempre tiene éxito donde la policía falla. Usa su instinto y su conocimiento de la naturaleza humana. Como ella ha dicho muchas veces: "la naturaleza humana es igual en todas partes".


#15- ALICIA, Lewis Carrol - "Alicia en el país de las Maravillas" (1865)



“¡Qué sensación más extraña! –dijo Alicia–. Me debo estar encogiendo como un telescopio.

Y así era, en efecto: ahora medía sólo veinticinco centímetros, y su cara se iluminó de alegría al pensar que tenía la talla adecuada para pasar por la puertecita y meterse en el maravilloso jardín. Primero, no obstante, esperó unos minutos para ver si seguía todavía disminuyendo de tamaño, y esta posibilidad la puso un poco nerviosa.(…). Mientras decía estas palabras, le resbaló un pie, y un segundo más tarde, ¡chap!, estaba hundida hasta el cuello en agua salada. Lo primero que se le ocurrió fue que se había caído de alguna manera en el mar. (…) Sin embargo, pronto comprendió que estaba en el charco de lágrimas que había derramado cuando medía casi tres metros de estatura. “


#16- ELIZABETH BENNET, Jane Austen - "Orgullo y prejuicio" (1813)




"Sólo estoy dispuesta a actuar de la manera más acorde, en mi opinión, con mi futura felicidad, sin tener en cuenta lo que usted o cualquier otra persona igualmente ajena a mí, piense."

"A poca gente quiero de verdad, y de muy pocos tengo buen concepto. Cuanto más conozco el mundo, más me desagrada, y el tiempo me confirma mi creencia en la inconsistencia del carácter humano y en lo poco que se puede uno fiar de las apariencias de bondad o inteligencia".


#17- NANÁ, Émile Zola - "Naná" (1879)



“–Santo Dios, esto no es justo. La sociedad está mal hecha. Se acusa a las mujeres, cuando los hombres son quienes exigen las cosas… Mira, y ahora puedo decírtelo: cuando estaba con ellos, ¿comprendes?, no me hacían gracia, ni placer me daban. Eso me fastidiaba, palabra de honor… Entonces, yo pregunto si tengo algo que ver con todo eso. Y me han aplastado. Sin ellos, querido, sin lo que ellos han hecho de mí, estaría en un convento rezando a Dios, porque siempre he sido religiosa… ¡Y basta! Después de todo, si han dejado su dinero y su piel, es culpa suya. Yo no tengo nada que ver”

“Pavoneándose, la risa fuerte, con miradas hacia atrás a los hombres que volvían la cabeza, estaban allí como en su casa. Sus rostros blancos, pintados de rojo los labios y de negro los párpados, adquirían en la sombra el encanto turbador de un Oriente de pacotilla abandonado en medio de la calle. Hasta las once, entre los empujones de la muchedumbre, permanecían alegres, soltando de vez en cuando un ‘valiente cochino’ a las espaldas de los necios cuyos talones les arrancaban un volante; cambiaban pequeños saludos familiares con los camareros, se paraban a charlar delante de una mesa, aceptaban consumiciones, que bebían lentamente, como personas felices de sentarse para esperar la salida de los teatros. Pero a medida que avanzaba la noche, si no habían hecho uno o dos viajes a la calle de La Rochefoucauld, se volvían malas zorras y la cacería se hacía más áspera. Al pie de los árboles, a lo largo de los bulevares sombríos que se vaciaban, tenían lugar los regateos feroces, las palabrotas y los golpes, mientras las familias honestas, el padre, la madre y las hijas, habituadas a tales encuentros, pasaban tranquilamente y sin apresurar el paso. Luego, después de haber ido diez veces de la Opera al Gimnasio, cuando decididamente los hombres se desasían y marchaban más rápidos en la oscuridad creciente, Nana y Satin permanecían en las aceras del arrabal Montmartre. Allí, hasta las dos de la madrugada, los restaurantes, las cervecerías y las salchicherías resplandecían, mientras un hormigueo de mujeres se obstinaba frente a las puertas de los cafés, último rincón iluminado y viviente del París nocturno, último mercado abierto a los acuerdos de una noche, donde los tratos se hacían entre los grupos, crudamente, de un extremo al otro de la calle, como en el pasillo abierto de una casa pública. Y las noches en que regresaban de vacío, las dos amigas disputaban. La calle de Notre-Dame de Lorette se extendía oscura y desierta, y las sombras de las mujeres se arrastraban arriba y abajo; era el regreso retrasado del barrio, las pobres prostitutas exasperadas por una noche de paro forzoso, obstinándose, discutiendo todavía con voz enronquecida con algún borracho perdido, que retenían en la esquina de la calle Breda o de la calle Fontaine”

"Éste fue el periodo de su existencia en que la muchacha iluminó a todo Paris con un redoble de esplendor.
Fue más prepotente en el horizonte del vicio, dominando a la villa con la insolente ostentación de su lujo, de su desprecio por el dinero, que la llevaba a derretir públicamente las fortunas.
En su palacete parecía haber un resplandor de fragua. Sus incesantes caprichos ardían allí; el más leve soplo de sus labios trocaba el oro en finísima ceniza que el viento barria a todas horas. Nunca se había visto un frenesí de derroche semejante. El hotelito parecía edificado sobre una cima donde se hundían, sin dejar huella del menor polvo, los hombres con su hacienda, sus cuerpos y hasta sus nombres.
Aquella joven, de gusto de cotorra, que se alimentaba apenas de algún rábano y alguna peladilla, y quizá un mordisco de carne, necesitaba mensualmente, para la mesa, cinco millares de francos...

...Ni los hombres amontonados unos sobre otros, ni el oro vaciado a carretadas conseguían cegar el socavón que crecía más y más bajo el embaldosado de su palacete, entre los crujidos del lujo."


#18 - DOROTHY GALE, Lyman Frank Baum - "El Maravilloso Mago de Oz" (1900)



“Dorothy se sentó en la cama y notó que la casa no se movía; tampoco estaba oscuro, pues el sol entraba por la ventana e inundaba de luz la pequeña habitación. Entonces saltó de la cama y, con Totó pisándole los talones, fue corriendo a abrir la puerta.”

"El Maravilloso Mago de Oz", Capítulo II. L. Frank Baum


#19- MEDEA, Eurípides – “Medea” (431 a.C.)



“Oh, mujeres corintias! Salgo de casa por que
reproches no me hagáis; pues, mientras sé que muchos
hombres, tanto en privado como en el trato externo,
orgullosos realmente se vuelven, a otros hace
pasar por indolentes su tranquilo vivir.
Que no son siempre justos los ojos de la gente
y hay quien, no conociendo bien la entraña del prójimo,
le contempla con odio sin que haya habido ofensa.
Y, si debe el de fuera cumplir con la ciudad,
no alabo al ciudadano que amargo y altanero
con los demás se muestra por su falla de tacto.
Pero a mí este suceso que inesperado vino
me ha destrozado el ánimo; perdida estoy, no tengo
ya a la vida afición; quiero morir, amigas.
Porque mi esposo, el que era todo para mí, como
sabe él muy bien, resulta ser el peor de los hombres.
De todas las criaturas que tienen mente y alma
no hay especie más mísera que la de las mujeres.
Primero han de acopiar dinero con que compren
un marido que en amo se torne de sus cuerpos,
lo cual es ya la cosa más dolorosa que hay.
Y en ello es capital el hecho de que sea
buena o mala la compra, porque honroso el divorcio
no es para las mujeres ni el rehuir al cónyuge.
Llega una, pues, a nuevas leyes y usos y debe
trocarse en adivina, pues nada de soltera
aprendió sobre cómo con su esposo portarse.
Si, tras tantos esfuerzos, se aviene el hombre y no
protesta contra el yugo, vida envidiable es ésta;
pero, si tal no ocurre, morirse vale más.
El varón, si se aburre de estar con la familia,
en la calle al hastío de su humor pone fin;
nosotras nadie más a quien mirar tenemos.
Y dicen que vivimos en casa una existencia
segura mientras ellos con la lanza combaten,
mas sin razón: tres veces formar con el escudo
preferiría yo antes que parir una sola.
Pero el mismo lenguaje no me cuadra que a ti:
tienes esta ciudad, la casa de tus padres,
los goces de la vida, trato con los amigos,
y en cambio yo el ultraje padezco de mi esposo,
que de mi tierra bárbara me raptó, abandonada,
sin patria, madre, hermanos, parientes en los cuales
pudiera echar el ancla frente a tal infortunio.
Mas, en fin, yo quisiera de ti obtener sólo esto,
que, si un medio o manera yo encuentro de vengar
el mal que mi marido me ha hecho, callada sepas
estar. Pues la mujer es medrosa y no puede
aprestarse a la lucha ni contemplar las armas,
pero, cuando la ofenden en lo que toca al lecho,
nada hay en todo el mundo más sanguinario que ella.”


#20-LAS TRES BRUJAS DE MACBETH, Shakespeare – “Macbeth” (1606)



Las tres brujas que se le aparecen a Macbeth en la tragedia de Shakespeare le predicen su ascenso y caída. En el texto así aparecen caracterización de las brujas: “Deberíais ser mujeres y empero vuestras barbas me impiden que concluya que lo sois”, declara Banquo (acto I, escena I).

"En torno al caldero girad;
tripas venenosas echad.
Sapo que bajo piedra fría
lleva treinta noches y días
durmiendo y sudando veneno,
serás el que hierva primero
en este encantado caldero."

(Parlamento de la Bruja Primera, Shakespeare, Macbeth, acto IV)


#21- BLANCHE, Amélie Nothomb - "Antichrista" (2003)



Blanche, la joven solitaria, tímida e insegura conoce de un día para otro -en la Universidad- a la seductora, descarada e invasiva Christa. Este libro trata de cómo una total desconocida se convierte de a poco en tu mejor amiga, pasa a vivir con tus padres, comienza a ser el centro de tu vida, a mandonearte y manipularte hasta que te saca tu lugar y se convierte en tu peor pesadilla...


"Hasta conocer a Christa, uno de los placeres de mi vida de adolescente había consistido en leer: me tumbaba en mi cama con un libro y me convertía en el texto. Si la novela era buena, el libro hacía que yo me convirtiera en él. Si era mediocre, no por ello dejaba de compartir horas maravillosas, deleitándome en lo que no me gustaba, sonriendo por las ocasiones fallidas.
La lectura no es un placer sustitutivo. Vista desde fuera, mi existencia era esquelética; vista desde dentro, inspiraba lo mismo que inspiran los apartamentos cuyo único mobiliario consiste en una biblioteca suntuosamente llena: la envidia admirativa por quien no carga con lo superfluo y rebosa de lo necesario.
Nadie me conocía desde dentro: nadie sabía que no tenía por qué quejarme, sólo yo, y eso me bastaba. Me aprovechaba de mi invisibilidad para leer durante días sin que nadie se diera cuenta.
Aparte de mis padres, no había nadie más para percatarse de aquel comportamiento. Era blanco de sus sarcasmos. La bióloga de mi madre se ofendía de que descuidara mi físico; mi padre la secundaba con gran acompañamiento de citas latinas o griegas, mens sana in corpore sano, etcétera, me hablaba de Esparta e imaginaba sin duda que existían gimnasios a los que podía haber acudido a entrenarme como discóbolo. Incluso habría preferido tener como retoño a un Alcibíades antes que a aquella chica prendada de la literatura, soñadora y solitaria.
Yo no intentaba defenderme. ¿Para qué intentar explicarles que era invisible? Creían que yo era altiva, que despreciaba los placeres propios de mi edad: me habría encantado hallar el manual de instrucciones de mi adolescencia, pero resultaba imposible sin la mirada de alguien. Mis padres no me miraban, puesto que ya habían decidido que era "demasiado buena, carente de vitalidad, etcétera". Una mirada auténtica carece de ideas preconcebidas. Si unos ojos auténticos se hubieran posado en mí, habrían visto una pila atómica, un arco tensado al máximo, pidiendo sólo una flecha o un blanco, y proclamando a gritos su deseo de recibir ambos tesoros.
Sin embargo, mientras aquellas gracias me fueran negadas, no me produciría ninguna frustración florecer en los libros: esperaba a que llegara mi hora, tejía mis pétalos con Stendhal y Radiguet, que no me parecían los peores ingredientes de este mundo. No me conformaba con cualquier cosa.
Con la llegada de Christa, la lectura tenía algo de coitus interruptus: si me sorprendía leyendo, empezaba por echarme una reprimenda ("¡tú siempre con tus libros!") y luego se ponía a hablarme de miles de cosas sin interés alguno, que repetía invariablemente cuatro veces; como me aburría tanto cuando ella charlataneaba, no tenía más remedio que contar sus inútiles repeticiones y sorprenderme de aquel ciclo cuaternario.
- Y Marie-Rose va y me dice...Entonces voy y le digo a Marie-Rose...Increíble, eh, lo que me ha dicho Marie-Rose...Bueno, y ya puedes imaginarte lo que le he dicho a Marie-Rose, que...
A veces, por cortesía, me obligaba a mí misma a fingir una reacción, como:
- ¿Quién es Marie Rose?
En mala hora. Christa se exasperaba.
-¡Te lo he contado mil veces!
En resumen, más valía que me callara y la mirara hablar puntuando su discurso con repetidos "mmm" o cabeceos. Sin embargo, me preguntaba por qué se comportaba así: no era idiota, no podía parecerle divertido narrarme todos aquellos cotilleos que constituían su relato. Había llegado a la conclusión de que Christa sufría una envidia patológica: cuando me veía feliz en compañía de un libro, tenía que destruir aquel instante de felicidad como fuera o, en su defecto, apropiarse de él. Había conseguido acaparar a mis padres y la casa, ahora tenía que conseguir acaparar mis alegrías. Sin embargo, yo estaba dispuesta a compartirlas.
- Si me dejas acabar de leer, te prestaré este libro.
Ella no podía esperar, me lo arrancaba de las manos, lo abría por cualquier página, ya fuera por el medio o el final (no me atrevía a expresarle el desprecio que me inspiraban semejantes prácticas), se instalaba allí con una mueca de duda; yo iba a buscarme otro libro y apenas el texto conseguía envolverme con sus brazos ya volvía ella a hablar de Marie-Rose o de Jean-Michel. Era insoportable."


#22- ORLANDO, Virginia Woolf - "Orlando" (1928)



"Afortunadamante la diferencia de los sexos es más profunda. Los trajes no son otra cosa que símbolos de algo escondido muy adentro. Fue una transformación de la misma Orlando la que determinó su elección del traje de mujer y sexo de mujer. Quizá al obrar así, ella sólo expresó un poco más abiertamente que lo habitual - es indiscutible que su caracterísitica primordial era la franqueza- algo que les ocurre a muchas personas y que no manifiestan. Por diversos que sean los sexos, se confunden. No hay ser humano que no oscile de un sexo a otro, y a menudo sólo los trajes siguen siendo varones o mujeres, mientras que el sexo oculto es lo contrario del que está a la vista."

"Porque parece -su caso era una prueba- que escribimos, no con los dedos, sino con todo nuestro ser. El nervio que gobierna la pluma se enreda en cada fibra de nuestro ser, entra en el corazón, traspasa el hígado."



#23- MADAME DE RENAL, Stendhal - "Rojo y negro" (1829)



"Cuando tenía 14 años me identificaba con Julien Sorel, cuanto tenía 20 amaba a Mathilde de la Mole; y cuando tuve 30 me dí cuenta que Madame de Renal fue una de las más maravillosas mujeres en la historia de la literatura."

Michael Dirda (crítico literario del Washington Post)

Ella es una rica e inocente heredera que vive aburrida, casada desde los 16 años con un respetable caballero alcalde de Verrieres. Para ella el amor es algo inmoral (influida por su confesor, el padre Chenal) o simplemente el tema de novelas de soñadores hasta que se encuentra de repente enamorada del atractivo y ambicioso joven tutor de sus hijos, Julien Sorel. El libro dice sobre ella: “fue en sus tiempos la perla del país.” Sin embargo no era vanidosa: “tampoco quiero ocultar que pasaba por necia a los ojos de las señoras, porque jamás procuró que su marido le trajese de París o de Besançon las creaciones de las modistas de sombreros. Con que la dejasen pasear sin tasa por las avenidas de su hermoso jardín, estaba contenta.”. A pesar de todo ella respetaba a su esposo: "“en una palabra, la señora de Rênal encontraba a su marido mucho menos fastidioso que a cualquiera de los demás hombres a quienes conocía.”

"Una o dos veces, durante aquella escena, la señora de Renal estuvo a punto de sentir algo de simpatía por la desgracia real de aquel hombre que, durante doce años, había sido su amigo. Pero las verdaderas pasiones son egoístas. Además, estaba esperando a cada instante que él le confesara haber recibido también una carta anónima el día anterior y aquella confesión no llegó. Faltaba, para que la señora de Renal se sintiera completamente segura, conocer qué ideas habían podido sugerir al hombre de quien dependía su suerte. Porque, en provincias, los maridos son los dueños de la opinión. Un marido que se queja de haber sido engañado se cubre de ridículo, pero su mujer, si él no le da dinero, tendrá que trabajar de obrera a quince sueldos al día y eso, si tiene suerte, ya que las personas "decentes" sentirán escrúpulos y no querrían darle trabajo. Una odalisca, en el harén, tiene que amar al sultán a la fuerza; es todopoderoso y ella no puede quitarle su autoridad mediante toda una serie de pequeñas finezas. La venganza del amo es terrible, sangrienta, pero también militar y generosa: una puñalada acaba con todo."

viernes, 3 de febrero de 2012

Hola a tod@s, ¡Bienvenid@s La Tiendita de Taller La Diosa!

Hola a tod@s! En febrero lanzamos La Tiendita De Taller La Diosa!

Nos proponemos ser un espacio diverso, receptivo y equitativo, donde se reúna la mejor literatura, tarots, oráculos, arte sagrado, libros de feminismo, espiritualidad, autoayuda, esoterismo.






Tenemos ese libro o tarot que estás buscando. Y si no, lo rastreamos y te lo conseguimos!

Todo lo necesario para aquellas mujeres que desean despertar a su Diosa interna, sanarse y acompañar a la Madre Tierra en su evolución.

En nuestro blog encontrarás actualizaciones y recomendaciones.

Cualquier consulta o solicitud no dudes en comunicarte con nosotros, te contestaremos con mucho gusto.

Este espacio es un sueño hecho realidad. ¡Que lindo es ir concretando los proyectos! Vamos 'poc a poc' como dicen los catalanes o 'despacito por las piedras' como decimos acá en Uruguay. Aquí estamos, con nuestra tiendita en marcha.

Muchas gracias a tod@s los amig@s virtuales y reales que me acompañan día a día en este camino con sus comentarios, sugerencias y consejos.

Sean todas y todos bienvenidos!

Podés seguirnos a través de Facebook.

Si los hombres menstruaran - Por Gloria Steinem

Gloria Steinem : If men could menstruate…

El texto original se puede encontrar en el MUM Museo de la menstruación de Nueva York


"Una minoría blanca del mundo se ha pasado los siglos intentando hacernos creer que la piel blanca hace a la gente superior, a pesar de que lo único que hace en realidad es que la mayoría de quienes la tienen note más el efecto de los rayos ultravioletas y de las arrugas. Los seres humanos hombres han construido incluso culturas enteras en torno a la idea de que la envidia del pene le es "natural" a las mujeres, a pesar de que podría decirse que tener un órgano tan mal protegido hace vulnerables a los hombres, y que la envidia al vientre, por el hecho de que éste permite engendrar vida, tendría que ser, como poco, igualmente lógica.

Resumiendo, se piensa que las características de quienes tienen el poder, sean cuales fueren, son mejores que las características de quienes no tienen el poder; y esto no tiene nada que ver con la lógica.

¿Qué ocurriría, por ejemplo, si de pronto, por arte de magia, los hombres pudieran tener la menstruación y las mujeres no?


La respuesta está clara: la menstruación sería un acontecimiento de hombres totalmente envidiable y del que se podría presumir:

Los hombres hablarían del tiempo de duración y de la cantidad de su período.

Los muchachos celebrarían el inicio del periodo -ansiada prueba de su masculinidad- con rituales religiosos y fiestas sólo para hombres.

El Congreso subvencionaría el Instituto Nacional de la Dismenorrea para combatir las molestias del mes.

Compresas y tampones recibirían subvenciones federales por lo que serían gratuitas. (Lo que no implicaría, sin duda, que algunos hombres prefirieran pagar por marcas comerciales de prestigio, como los tampones John Wayne, las compresas a prueba de combas Muhammad Alí, los suspensorios menstruales Joe Namath, "Para tus días de soltero", y las compresas con alas de Robert "Baretta".)



Los militares, los políticos de derechas, y los fundamentalistas de la religión citarían la menstruación ("men", en inglés, significa "hombres", + "struación" como prueba de que sólo los hombres pueden servir en el ejército ("debes poder dar tu sangre para tomar la sangre de otros", ostentar cargos políticos ("¿tienen las mujeres la capacidad de ser agresivas cuando no tienen este ciclo constante que viene regido por el planeta Marte?", ser sacerdotes o ministros ("¿cómo podría una mujer dar su sangre por nuestros pecados?" o rabinos ("sin la pérdida mensual de lo impuro, las mujeres no están limpias").



Los hombres radicales, los políticos de izquierda, los místicos, por su lado, insistirían en que las mujeres son iguales sólo que diferentes, y en que cualquier mujer podría unirse a ellos siempre y cuando estuviera dispuesta a autoinfligirse una herida importante al mes ("DEBES dar tu sangre por la revolución", a reconocer la importancia prioritaria de los temas menstruales, o a subordinar su yo a todos los hombres en su Círculo de Ilustración. El hombre de a pie presumiría siempre ("Yo tengo que ponerme TRES compresas"o al contestar un elogio de un compañero ("Qué bien te veo, chico" chocaría las cinco y diría: "Claro, tío, ¡estoy con el trapito!". Los programas de la televisión tratarían el tema continuamente. ("Happy Days": Richie y Potsie intentan convencer a Fonzie de que sigue siendo "El Fonz" aunque lleve dos meses seguidos sin el periodo.) También los periódicos. (MIEDO A TIBURONES AMENAZA A HOMBRES CON PERIODO. JUEZ ADMITE ESTRÉS MENSUAL COMO ATENUANTE EN VIOLACIÓN.) Y el cine. (Newman y Redford en ¡"Hermanos de sangre"!)

Los hombres convencerían a las mujeres de que hacer el amor es más placentero "justamente en estos diítas". Se diría: las lesbianas temen la sangre y por tanto la vida misma, aunque eso será porque nunca se han topado con un verdadero hombre menstruante.


Los intelectuales, sin duda, ofrecerían los argumentos más morales y lógicos. ¿Cómo va una mujer a dominar las disciplinas que requieren un sentido del tiempo, del espacio, de las matemáticas o la medida, por ejemplo, si no dispone de ese don innato para la medición de los ciclos de la luna y los planetas, y por ende, para la medición de cualquier cosa?

En los enrarecidos campos de la filosofía y la religión, ¿podrían las mujeres hacer algo para compensar el no poder percibir el ritmo del universo, o su falta de contacto mensual con la muerte y la resurección simbólicas?

Los liberales de todos los campos intentarían ser amables: el hecho de que "estas personas" no tengan el don de la medición de la vida, o de la conexión con el universo -explicarían- es suficiente en sí mismo como castigo.

¿Y cómo se entrenaría a reaccionar a las mujeres? Las mujeres tradicionales -se puede imaginar- estarían todas de acuerdo con todos los argumentos, aceptándolos con tenaz y sonriente masoquismo. ("La ERA [Ley de Igualdad de Derechos, 1923, que no fue implantada al final] obligará a las amas de casa a hacerse una herida cada mes": Phyllis Schlafly [una especie de Nancy Reagan]. "La sangre de tu marido es tan sagrada como la de Jesús; ¡y además, muy sexy!": Marabel Morgan.) Las reformistas y las Queen Bees intentarían imitar a los hombres, pretendiendo tener el ciclo mensual. Todas las feministas explicarían una y otra vez que los hombres también necesitan ser liberados de la falsa idea de la agresividad marciana, al igual que las mujeres necesitan escapar al esclavismo de la envidia a la menstruación. Las feministas radicales añadirían que la opresión de lo no-menstrual es el patrón por el que se rigen todos los tipos de opresión ("La población vampira fue la primera que luchó por la libertad!", Las feministas culturales desarrollarían una imaginería sin sangre para el arte y la literatura. Las feministas socialistas insistirían en que es el capitalismo el que permite que los hombres monopolicen la sangre menstrual...


De hecho, si los hombres tuvieran el periodo, las justificaciones del poder podrían ser interminables...


Bueno, pero eso sólo si les dejáramos"


Sobre la autora:





Gloria Steinem es una periodista, escritora y activista política que lucha hasta hoy día por los derechos de la mujer. Gracias a su pensamiento liberador, transmitido a través de sus ensayos y de sus conferencias como vocera del movimiento feminista, logró que gran parte de las mujeres tomaran conciencia de la desigualdad de género y actuaran para erradicarla. Su lema, que continúa comunicando, es que la mujer tiene derecho a decidir cómo vive.

Gloria Marie Steinem nació el 25 de marzo de 1934 en Toledo, Ohio, Estados Unidos. Sus padres fueron Ruth Nuneviller y Leo Steinem, un judío americano distribuidor de antigüedades. La infancia de Gloria, no fue tan fácil porque a veces, mientras que su padre estaba de viaje, ella tenía que cuidar de su madre enferma. Igualmente sus derechos como niña y la posibilidad de acceder a la educación fueron respetados, obtuvo una beca en un buen colegio y una vez recibida viajó a la India a estudiar por dos años y regresó a su país para continuar la carrera de periodista. Conoció a personas de distintas corrientes políticas que le hicieron descubrir la suya y tomar partido en defensa de su ideología.

No se echó atrás al notar que los hombres eran mayoría en los medios gráficos y siguió buscando trabajo de lo que le gustaba hasta que en 1960, fue periodista de la revista Help, de Nueva York, y posteriormente de Esquire.

Uno de sus trabajos más importantes y por el cual se dio a conocer, es su investigación acerca de las conejitas de Playboy: “Yo fui una conejita de Playboy”. Para ello realizó un trabajo de campo, se hizo pasar por una conejita dentro del club y se fotografió así vestida para ilustrar su estudio. Así pudo ver y vivir cómo eran tratadas estas mujeres pobres, humilladas como mujeres por hombres ricos que frecuentaban el club.



También participó de tres importantes revistas femeninas como Vogue, Glamour y Cosmopolitan.

En uno de sus artículos desarrolló la idea establecida de que la mujer o se casaba o era profesional y quería revertir esto, para ella los hombres también pueden quedarse en la casa cuidando a sus hijos.

Se interesó por este tipo de temas porque sentía que eran útiles para las mujeres, para que puedan ver la realidad que viven, para que haya igualdad de géneros, para que la mujer pueda ser profesional y no sólo ama de casa, para que las leyes dejen el machismo de lado, para que no tengan derechos superiores los hombres en el matrimonio y para que se termine la explotación sexual. Muchos trabajos eran considerados sólo para los hombres, cuando no tenía por qué ser así y Steinem quería revertir eso. También se preocupó por el aborto.

Escribió guiones de televisión y entrevistó a muchos famosos.

Por este tipo de trabajos y actividades políticas se la catalogó como una de las principales mujeres que bregó por el feminismo y fue una figura de dicho movimiento.



En 1970, junto a otra colega, Pat Carbine, fundó la revista feminista Ms (Sra). Y comenzó a ayudar a diferentes fundaciones y alianzas en apoyo a la mujer. En ellas conoció a cientos de personas con sus mismas ganas de gestar un cambio, pero como era una gran líder, y con sus ensayos y discursos tuvo gran caudal de seguidoras, pasó a ser la vocera del Movimiento Feminista.

En ese mismo año, se hizo una marcha nacional por la equidad de los derechos de la mujer y Gloria la dirigió en Nueva York, junto a la política Bella Abzug y Betty Friedan. En julio de 1971 fundó la National Women's Political Caucus (NWPC) con otras líderes feministas.

Sus tareas nunca cesaron, por el contrario, siguieron adelante y cada vez con más fuerza. Participó de conferencias en diferentes distritos de Estados Unidos y siguió cofundando otras instituciones.

La década de los ´80 fue bastante movida para Gloria, hizo una compilación de escritos: Actos escandalosos y Rebeldías cotidianas, la investigación que había realizado años atrás acerca de las conejitas de Playboy llegó a la pantalla grande, y en el mismo año en que se enfermó de cáncer de seno, editó la biografía de Marilyn.



En 1991 escribió La Revolución Interior, en donde se puede apreciar el estudio que ella se realiza a sí misma en base a lo que siente durante el movimiento feminista. Tres años después comenzó a sufrir de neuralgia del trigémino.

En el 2000, si bien estuvo siempre en contra del matrimonio por creerlo desigual y considerarlo como un apareamiento en cautiverio en donde la mujer es una parte importante del hombre, después de conocer a David Bale, manager de su hijo actor, se casaron en una reserva de indios cheroqui, en Oklahoma, en la casa de una amiga. Gloria estaba muy contenta con su decisión a pesar de que por el casamiento, muchas feministas y fieles lectoras, se le pusieron en contra. No se llamaban marido y mujer, sino compañeros, y fueron felices durante tres años solamente, porque a fines del 2003, él falleció de un linfoma del cerebro.


Actualmente, la periodista continúa su lucha por terminar con las desigualdades de género, que aunque hubo un gran avance en el tema, falta un largo recorrido todavía para que los hombres cambien su manera de pensar y actuar.

Estudia en profundidad la gestación del movimiento feminista americano y está gobernando el feminismo en varias partes del mundo.

Este mes te presentamos a Gloria Steinem, para quien una vez que la mujer se libere por completo, los hombres se van a convertir en personas plenas.
............
El objetivo del trabajo de Steinem era lograr la verdadera igualdad entre hombres y mujeres, que exige la eliminación de la discriminación contra la mujer en la fuerza de trabajo y su explotación sexual.

Gloria Steinem sigue trabajando para este objetivo a día de hoy, aunque el foco de su trabajo ha cambiado. En el pasado, Steinem se concentraba en integrar las cuestiones de la mujer a la luz, junto con las indicaciones de la desigualdad. Alentó a las mujeres a seguir carreras y el activismo político tal como lo hacían los hombres, y al mismo tiempo que hizo hincapié en la premisa básica del feminismo: el derecho de la mujer a decidir cómo vive.

En la actualidad, el trabajo de Steinem ha pasado a concentrarse en cómo los hombres pueden cambiar con el fin de eliminar las desigualdades sociales que las mujeres siguen encontrando. ¿Por qué los hombres no pueden quedarse en casa y cuidar de los niños? Con la velocidad de la globalización, Steinem se ha convertido en emblema del feminismo internacional.

Más de 40 años de activismo sólo han hecho Gloria Steinem más optimistas sobre los cambios que se puede lograr. En una entrevista comentó: "Los cambios dependen de lo que usted y yo todos los días".

jueves, 2 de febrero de 2012

República Dominicana: Reivindicación de las brujas, primeras feministas

Por Mirta Rodríguez Calderón(SEMlac)




Si luchar por los propios derechos aun hasta la muerte, es ser feministas; si aliviar y acompañar el dolor de otras mujeres es ser feministas, si enfrentar la opresión y negarse a la sumisión frente a lo que hoy llamamos patriarcado es ser feministas, ellas fueron las primeras. Un abordaje de esos tiempos, para iluminar el presente del feminismo.

Si constituirse en reservorios de la cultura, de los secretos de la sanación y las sabidurías ancestrales ha conformado el cuerpo teórico del feminismo, ellas fueron las primeras académicas.

Si los saberes que hoy reivindicamos como intuición, sexto sentido, corazonada o don de brujas son parte de la savia que alimenta nuestra vocación feminista, ellas, las que se enfrentaron, las que resistieron, las que sobrevivieron a las llamas con su ejemplo de estoicismo y de sapiencias, fueron las mejores.

Si la noción de sororidad —ese otro tipo de solidaridad— tuvo un origen en la hermandad y la identificación entre mujeres; ellas, las incineradas, fueron las primeras sororarias.

Un nuevo Encuentro Continental de Feministas de América Latina y el Caribe acaba de hacer nidos y multiplicar esperanzas en ese México que vio la Inquisición y a los primeros invasores de nuestras tierras, a los patriarcas de barbas y de caballos.

Los desmanes y atropellos llegados desde la España del medioevo trajeron fuegos de muerte, violaciones y todo tipo de engaños a la población originaria, cuyas mujeres se vieron forzadas a reproducir la economía y los genes de los recién llegados.

Los sufrimientos de entonces, muchos de ellos narrados por las mujeres, dieron esencia a ese maravilloso libro que Miguel León Portilla llamó Visión de los Vencidos: ''La tierra se acedó, se acedó la comida...'', conmovedora expresión de tristeza de las que, sin poder comprender, supieron que la época que se iniciaba casi seguro sería peor, especialmente para ellas.



Una semejante realidad patriarcal

En el último año han muerto en el mundo más de medio millón de mujeres por parto o problemas con el embarazo. De ellas, tres por ciento fueron latinoamericanas o caribeñas. República Dominicana aportó 160 por cada 100.000 nacidos vivos, según el último Estado Mundial de la Infancia 2009, de Naciones Unidas.

TodavÍa el derecho de las mujeres a decidir sobre sus cuerpos y a interrumpir los embarazos no deseados es objeto de fuerte controversia con las iglesias, el segmento más retardatario de este país, aun con esa realidad terrible de estar Dominicana en el cuarto lugar de mayor mortalidad materna, sólo superado por Haití, Bolivia y Perú.

La situación tiene bastante parentesco con las cifras de quemadas por la Inquisición, acusadas de brujas o sanadoras. Un artículo de la colombiana Rosalba Moreno calcula en nueve millones de personas las incineradas.

Se sabe hoy que 80 por ciento fueron mujeres, cálculo corroborado por la española María Fuentes en su libro Mujeres y salud desde el sur. "La gran mayoría eran sanadoras, curanderas y comadronas, que eran acusadas de poseer sexualidad —porque la ejercían, presume la autora—, de estar organizadas y de poseer conocimientos médicos y ginecológicos", escribe Moreno.

"Mientras que, a finales del siglo XVI, una partera —Agnes Simpson— es quemada en la hoguera por intentar disminuir el dolor del parto entre las mujeres, por ese mismo hecho, dos siglos más tarde, se le da el rango de Lord al médico que asistió a la reina Victoria de Inglaterra en su parto", agrega.

Las brujas no se quejan

Si las culpas de hoy son las de parir o no querer parir, las de ayer tenían que ver con los abusos de poder que nos alcanzan, fieramente, en nuestros días.

Sólo en República Dominicana, un pequeño país caribeño de ocho y medio millones de habitantes, en lo que va de año han sido asesinadas 37 mujeres, ultimadas porque no quisieron volver ni soportar, no se plegaron. Léase porque, sabiéndolo o sin saberlo, eran feministas.

En su libro Las brujas no se quejan, la psicoanalista Jean Shinoda Bolen, (famosísima después de escribir Las Diosas de cada mujer y Los dioses de cada hombre), proyecta su pensamiento sobre tales relaciones de poder con la poca autoestima femenina: "La desigualdad que se ha formado al amparo de la cultura fomenta la poca autoestima. Con el feminismo, las mujeres fueron conscientes de que eso constituye un principio fundamental del patriarcado. La desigualdad lleva al abuso de poder por parte de los que ostentan la autoridad, y eso los daña anímicamente, así como hiere a quienes ellos mismos oprimen."




La cara humana de las brujas

Berenice Pacheco Salazar es una investigadora y poeta dominicana. En el Último encuentro académico del Centro de Estudios de Género de la Universidad Tecnológica, presentó una ponencia imaginativa y creadora.

Sin descuidar los requerimientos científicos, Pacheco estructuró Reflexiones sobre poder y conocimiento: dialogando con las brujas. Ellas, las sanadoras, se llaman Marta, Mercedes y Altagracia. Una es campesina pobre y vive en San Cristóbal, provincia limítrofe con la capital; otra es de clase media y la tercera proviene de un barrio semimarginal en el mismo Santo Domingo.

La estudiosa repasó la historia para subrayar que, aún en el presente, "el término brujas posee un estigma cultural negativo y despectivo que las etiqueta como seres malignos y perversos. Sin embargo, ¿por qué una cultura que convive con lo mágico religioso no aprueba públicamente a las brujas?" comentó a SEMlac.


En República Dominicana, como en todo el Caribe hispano, los restos de las que fueron creencias autóctonas aparecen fusionados con las de origen africano y con el culto a los muertos o espiritismo, mientras que en el área francesa, esencialmente Haití, imperan el vudú y sus prácticas de devociones y sacrificios.

Convocada a echar una mirada feminista sobre las teorías tradicionales del conocimiento, Berenice sostiene que este ha excluido a las mujeres y ha sido androcéntrico en la medida en que se ha adscrito a la razón masculina, y por demás blanca y adulta, como atributo máximo para dar coherencia e interpretación al mundo.

"Se hace evidente que las brujas del medioevo fueron quemadas por transgredir normativas del patriarcado capitalista", dice rotunda. Citando a María Mies, señala que fue "el feminicidio institucionalizado más grande de la historia. Y por qué las quemaron: por ejercer una sexualidad sin fines reproductivos, transmitir sus conocimientos, organizarse y sanar fuera de la iglesia y de la fe religiosa".

En sus exploraciones preliminares, la joven catedrática del Centro de Estudios de Género determinó que es muy alta la cifra de personas que, en el presente, acuden a las brujas. "Alguna gente lo dice con reparos: 'no es que yo crea, pero...' Lo cierto es que, por curiosidad o por fe, tanto hombres como mujeres acuden a estas sabias del presente".

Altagracia, Marta y Mercedes le contaron a Pacheco que "las mujeres vienen por su salud y para conseguir maridos y amarrar maridos. Los hombres vienen mucho si no tienen erección. Los hombres vienen mucho por esos asuntos".

Aparte de las cualidades de adivinadoras o pitonisas, su conocimiento es reconocido. La feminista elogia los saberes de las plantas que tiene, por ejemplo, Marta, la campesina: "ella me dijo que las plantas le hablan a todo el mundo, que no lo hacen con nuestra voz y que no todo el mundo sabe oírlas, pero que, cuando ella las va buscando, las mismas plantas le dicen cuál es la que necesita para el remedio que prepara".

"Ser bruja es un poder", le dijo Mercedes a la investigadora. Marta evidenció que también lo comprende así: "Un don y un poder para aportar y servir a la mejoría", le dijo.

Beber de nuevas fuentes



Berenice Pacheco se siente lista para reclamar a sus iguales "un quehacer académico que le dé importancia a las experiencias cotidianas de las mujeres y camine junto a ellas comprendiendo que pensamiento y práctica feministas no se construyen como mera abstracción teórica de la academia".

"Tenemos que beber de nuevas fuentes. La academia debe escuchar, cuestionarse, reinventarse, comprometerse para caminar hacia la igualdad", proclama enfática.

"Hoy día, en 2009, hablando de las brujas, mi principal aprendizaje es esa discusión epistemológica de cuál es el conocimiento al que, como feministas, nosotras le atribuimos mayor importancia, cuál es el que consideramos como válido. Tenemos —creo yo— que producir la discusión de cómo las académicas no son las únicas constructoras de conocimiento válido, porque el conocimiento que esas mujeres han construido en sus comunidades es poder. El tema del poder y el del conocimiento son, o deben ser, los dos grandes debates en el feminismo de hoy", resumió.

En sus conversaciones con SEMlac, Berenice Pacheco enfocó también los asuntos vinculados al valor de la intuición, cualesquiera que sean los nombres que ésta adopte.


Eso parecería estar anticipando la existencia de una masa crítica que ha ido adquiriendo proporciones con los numerosos grupos de mujeres que, en varios países, están volviendo a los grupos de discusión y de autoconciencia impulsados por las feministas de los años sesenta, pero ahora inspirados en Mujeres que corren con los lobos, de la también psicoanalista de la escuela de Carl Jung, Clarissa Pinkola Estés, quien afirma: "Tenemos que poder contemplar nuestras acciones pasadas con honor. Tenemos que buscar la utilidad de nuestro enojo".

¿Quiénes eran las brujas?

Las brujas eran mujeres emancipadas, solteras generalmente, que vivían de la elaboración de remedios caseros. Hoy podrían compararse, salvando las distancias, con farmaceúticas, curanderas o incluso químicas. Eran mujeres de ciencia, que ponían en práctica conocimientos heredados sobre plantas medicinales o ungüentos caseros.



Eran mujeres de mucha reputación en las comunidades locales a las que se acudía asiduamente cuando la medicina oficial era incapaz de encontrar soluciones y que utilizaban las escobas únicamente para limpiar sus casas. También fueron condenadas y ejecutadas mujeres que, como Anna Goeldi, no tenían ninguna relación con la ciencia o la medicina, hablamos de una época en la que el adulterio era delito, así, se sospecha que muchas mujeres fueron acusadas de brujería por hombres casados que temían su confesión. Estas hechiceras conocían los secretos y problemas de todos sus vecinos, y la información, también en el año 1000, era poder.



Las brujas vivían al margen de todas las convenciones. Para empezar, eran mujeres independientes, algo por lo general inaceptable en una sociedad en la que cada mujer debía tener un marido y depender de este; no es de extrañar pues que en base a esta concepción que no admitía la soltería femenina, se las esposase a Satanás, al fin y al cabo, algún marido debían tener.

La principal acusación contra ellas era por lo tanto la demonolatría, concentrada en la clásica Malleus Maleficarum o Martillo de Brujas. Por otra parte, y en la misma línea transgresora, las brujas llevaban a cabo acciones poco ortodoxas.

Hans Baldung Grien: Witches. Woodcut 1508

Sus remedios y soluciones se saltaban los límites permitidos a la ciencia por aquel entonces.

Todo el mundo sospechaba que estas mujeres hacían cosas raras en sus casas pero todos acudían a ellas cuando la necesidad les apremiaba, aunque fuese a escondidas. En este contexto, las brujas vivían un contínuo amor-odio. Mientras la comunidad viviese tranquila, las brujas también lo estarían.

Pero sin embargo, cuando alguna desgracia se cernía sobre la localidad, ya fuese una epidemia, una plaga o cualquier otro grave contratiempo, los dedos de los vecinos apuntaban a la casa de la bruja, y así, aquel hombre que había acudido a la bruja para conseguir un remedio contra la impotencia, la mujer que buscaba un afrodisiaco o la madre preocupada por los problemas respiratorios de su hijo, eran los primeros en empuñar las antorchas.



Con la llegada del milenarismo las brujas estuvieron constantemente en el punto de mira, no era tiempo para andarse con rodeos, pero por aquel entonces la caza de brujas no estaba institucionalizada y se llevaba a cabo espontáneamente por las comunidades locales, por lo que es imposible conocer cuantas brujas fueron ejecutadas.

El año 1000 llegó y no pasó nada. Desde entonces, el milenarismo ha renacido para volver a morir en múltiples ocasiones, siendo las brujas siempre las principales afectadas, obligadas a ‘confesar’ bajo torturas reconocían el poder volar y el haber parido hijos de Satanás. Así ocurrió entre los siglos XVI y XVII en toda Europa.

Este grabado anónimo del siglo XVII muestra uno de los castigos que sufrían las brujas: nadar si era inocente, o ahogarse si se la consideraba culpable

Aunque la Inquisición se centró más en la persecución de herejes y falsos conversos, 59 mujeres fueron quemadas acusadas de brujería, 4 en Portugal y 36 en Italia pero solo en el Sacro Imperio Romano Germánico se llevaron a cabo más de 110.000 procesos y 60.000 ejecuciones ya de una forma institucionalizada dejándonos cierta documentación y literatura, como el Gründlicher Bericht escrito en el siglo XVI por el teólogo calvinista A. Praetorius en defensa de las brujas.

Ilustración de un juicio de Salem

Las más famosas fueron las de Salem cuando la fiebre de la brujería cruzó el Atlántico para llegar a América. Los juicios de Salem por brujería aluden a un famoso episodio del período de colonización de los Estados Unidos en 1692 en la de Salem (actual estado de Massachusetts), en el que, como efecto colateral de luchas internas de las familias coloniales y fanatismos puritanos revestidos de paranoia, fueron condenadas a muerte 25 personas acusadas de brujería, en su mayoría mujeres, y se encarceló a un número mucho mayor. El número de acusados por brujería en estos juicios pudo fluctuar de entre 150 y 200 e incluso un número mucho mayor si se consideran los casos de aprisionamiento.

Una de las brujas de Salem

Muchas teorías han intentado explicar por qué la comunidad de Salem explotó en ese delirio de brujas y perturbaciones demoníacas. La más difundida insiste en afirmar que los puritanos, que gobernaban la colonia de la bahía de Massachusetts prácticamente sin control real desde 1630 hasta la promulgación de la Carta Magna en 1692, atravesaban un período de alucinaciones masivas e histeria provocadas por la religión. La mayoría de los historiadores modernos encuentran esta explicación cuando menos "simplista". Fueron ahorcadas, que era la pena que las comunidades protestantes y calvinistas solían dictar para los casos de hechicería.


1876. Ilustración de la sala del tribunal, la figura central es usualmente identificada como Mary Walcott

La última ejecución de brujería sucedió en Suiza en 1782. En 2011 se produjo la reivindicación de la figura de Anna Goeldi, la última bruja. El parlamento del Canton suizo de Glarus resolvió absolver a Goeldi como víctima de "asesinato judicial". Actualmente hay un museo dedicado a ella en el que existe la siguiente frase:

“Fuimos los últimos en Europa en ejecutar a una mujer por brujería. Es una mancha en nuestra historia. Debemos hacer algo para borrar esa mancha."

Anna Goeldi Museum,Mollis - Suiza