sábado, 13 de febrero de 2010

LA ESPIRAL DE LA TRANSFORMACIÓN CREATIVA

A. LA ESPIRAL DE LA TRANSFORMACION CREATIVA


"La espiral es en sí misma la metáfora del movimiento, del ciclo que inicia y termina para volver a comenzar. El trabajo con símbolos constituye una poderosa herramienta para la transformación. Los símbolos, las metáforas, los mitos, son maneras de pensar, sentir, descubrir y construir realidades (…) ayudan a establecer relaciones, a tender puentes internos y externos en nuestra búsqueda de totalidad, integración y trascendencia”

Graciela Aldana


Un espiral en su definición primera, significa una línea que describe un trayecto en círculos concéntricos ascendentes o descendentes, según el punto de inicio. Es una curva que da indefinidamente vueltas alrededor de un punto, alejándose de él más en cada una de ellas. La palabra espiral es usada, por su relación, con una sucesión creciente de acontecimientos. Espiral de violencia, se dice.



Con relación a la creatividad, la espiral supone la imagen del sentido del cambio, imagen que nos conduce a los diferentes planos del movimiento, movimiento en círculos que nunca se cierran por completo, en espirales, en ascenso o descenso. La creatividad metafóricamente hablando, supone una constante de transformación en espiral. Un cambio que no cesa, que sube o que baja, pero que no se detiene. Con un equilibrio precario evidente, en tanto que de manera aparente la espiral no se mueve, pero siempre está en movimiento. La espiral nunca termina absolutamente, la espiral continua, la espiral termina y acaba al mismo tiempo. En todos los tiempos.
La espiral de transformación creativa, nos sitúa pues, en la comprensión de la creatividad como un proceso en constante movimiento, con altas y bajas, con círculos que nunca terminan del todo, porque siempre se están creando. La espiral creativa es un proceso de transformación continuo que con relación a su imagen en sí misma, ha estado presente en todos los registros humanos a través de la historia: grabada en piedra, en cuevas donde han quedado impresos símbolos en espiral, en fósiles marinos y terrestres, dibujando la vía láctea, y como tema eje de diferentes obras artísticas.



Alimentar la metáfora de la espiral como imagen del cambio, de la transformación creativa, significa pues, alimentar el sentido siempre cambiante de la creatividad. Asumir de este modo la creación, supone un camino de constante movimiento, en el cual lo único que no detiene la espiral creativa, es la voluntad, el trabajo y la renovación.

Comprender el proceso creativo, como un espiral, significa la oportunidad de renovación permanente. La oportunidad de rectificar los rumbos de la propia creación, la oportunidad de transformar el propio entendido que tenemos sobre nuestra creatividad, y sobre la creatividad de los demás. Significa contrarrestar los mitos sobre la creatividad a partir de la revisión constante y de la incorporación de nuevos paradigmas que siempre activen la mejor espiral creativa.


B. LA CREATIVIDAD , UNA TRAVESIA EN ESPIRAL DEL ESPIRITU CREATIVO

Desde el punto de vista etimológico, la palabra crear y creatividad, están relacionadas con el término griego “greer”, que significa hacer, producir, crecer. Con el latín “crescere”, y también, con “Ceres”, la diosa romana de los cereales, lo cual le da un sentido de crecer a partir de la tierra, o de lo inerte. Crear es “dar existencia”, sugiere otros términos afines, como imaginación creadora, descubrimiento, invención, innovación, novedad y originalidad.
Cardoso de Sousa, Fernando .

Pero, ¿qué es lo que hace posible asumir la creatividad como una travesía, como un fluir en espiral de creación? Hasta aquí hemos hablado de la creatividad como una capacidad humana para la transformación. Como una característica del pensamiento abierto, flexible, divergente, y como una actitud que puede motivarse, activarse y actualizarse a través de la implementación sostenida de técnicas creativas.
En efecto, la creatividad es ese complejo en el que hemos de considerar todas las determinantes objetivas y subjetivas, intrínsecas y extrínsecas de la persona.

La creatividad lejos de mitos, o ideas preconcebidas, supone la puesta en marcha de la energía personal, grupal, colectiva, comunitaria, social y cultural para generar respuestas a retos dados. La creatividad, como la define Goleman es: “esa musa esquiva de las buenas – y a veces geniales- ideas”. Y adelanta, sobre la esencia de la misma, al hacer una comparación entre la creatividad y lo que él llama el Espíritu Creativo, dice, “es el hálito de vida, el cual es más que una iluminación ocasional o un suceso caprichoso. Cuando despierta anima un estilo de ser: una vida llena de deseo innovador para explorar nuevas formas de hacer cosas y convertir sueños en realidad.” (Cfr. Goleman, 1992)



“El Espíritu Creativo- sigue Goleman- esta al alcance de todos los que sienten la necesidad de probar, de explorar nuevas posibilidades, de dejar las cosas un poco mejor que antes. Este espíritu está tanto en el creador, cuyo nombre ha pasado a la historia: el artista, el científico, el técnico, el guru, el pacifista; como en el hombre común, el cocinero arriesgado, la mamá propositiva, la maestra inspiradora de aprendizajes significativos, el alumno arrojado que acomete el aprendizaje de otras maneras (…) El Espíritu Creativo está presente cuando adoptas un enfoque nuevo en lo que haces. Cuando vas más allá de las formas tradicionales de solucionar un problema.”. (Goleman, 1992).

“Si en el camino te encuentras con el Buda, mátalo”. En la medida que Buda no es más que una ilusión del pensamiento, pues para encontrar lo que buscas, debes mirar dentro de ti mismo. Cualquiera que se halle en una persistente búsqueda de la creatividad debe interpretar ese sabio consejo así: si procuras encontrar el espíritu creativo en algún lugar exterior a ti, estás buscando en el lugar errado“
(Paul Kaufman. Productor de la serie televisiva, El Espíritu Creativo).



3. LAS ETAPAS DE LA CREACIÓN

Para comprender en su mejor dimensión la emergencia y la evidencia del Espíritu Creativo y cómo opera la creatividad, es fundamental observar y reconocer las fases del proceso creativo. En el siglo XIX, Henri Poincaré (Francia), fue uno de los primeros en proponer un “modelo”, que todavía hoy se acepta como las etapas básicas del proceso creativo para la solución de problemas. El concepto que aparece en seguida de cada rubro descrito por Poincaré es la relación directa que propone Tomás Motos (2004), para encarar el proceso de expresión creativa.

Primera etapa
La Preparación La Percepción


En la etapa primera, la preparación, se generan ideas (se ponen muchos huevos), se motiva y permite la emergencia del fluido de propuestas, sin censuras o autocensuras. Aquí es fundamental la cualidad de la percepción que a decir de Tomás Motos, supone una capacidad para tener y mantener todos los sentidos abiertos, las antenas prendidas . Así como sostener una actitud y pensamiento flexibles, divergentes, estimulados para la fluidez en el proceso total.
Durante esta fase se recaba información y se prepara en aquellos aspectos donde se carece de ella. La percepción alerta consigue la apertura a la retroalimentación de aliados especiales al proceso creativo.
Ahora bien, cómo se consigue una percepción despierta, alerta, capaz de crear y “atrapar” todos los estímulos necesarios en esta fase inicial del acto creativo, misma que se sostenga a lo largo de un tiempo dado.
Deci (1975) observó que las personas se empeñan mucho más en aquellas actividades que les gustan, tales como los “hobbies” o aquello que les genera gozo o placer. La motivación intrínseca es ese algo que motiva la respuesta creativa, es esa fuente del deseo, del espíritu creativo que lleva a estar inmerso con “la cosa entre manos” (Maslow), el poema, la canción, el ensayo, la organización u operación de un colectivo, etcétera. La motivación intrínseca es esa fuente en la que anida el espíritu creativo, y que después de la inmersión de la persona en el proceso, lleva a la satisfacción personal por la tarea realizada. Es la fuente autónoma que mantiene vivo el interés, el espíritu creativo.



Segunda Etapa
Incubación Sentir


La incubación, en metáfora, correspondería con una fase intermedia entre la larva y la oruga (Aldana, 1997). En esta etapa la actividad se concentra en “comer” toda la información que llega, y en permitir la digestión. Se recomienda no obviar la importancia de permitir la apertura de los sentidos, puestos al servicio de la estimulación, a la percepción de la realidad interna y circundante. Aunque no es una etapa de conciencia plena del proceso, ha de poder permitirse el flujo de la “intuición”, lo cual significa la suma del azar, lo inédito, con un cierto conocimiento adquirido. Dejar que la corazonada hable. De este modo, se puede conseguir en una etapa posterior, obtener el registro de cómo fluye, cómo vibra, en el interior la energía, el espíritu creativo, la motivación intrínseca. Aquí se maduran las ideas iniciales, no se pretende que la oruga vuele sin haber vivido un proceso de preparación y maduración requerido.

Tercera Etapa
Iluminación Hacer


Hacer propiamente. Dar forma, encaminarse hacia la obtención de productos. Activar al guerrero de la acción creativa. Es la etapa de la expresión-comunicación de la ideas en donde generalmente se presenta el momento ¡Aja!, ¡Eureka!. Sólo en la puesta en marcha de la acción expresiva y creativa se pueden explorar y actualizar los supuestos; además las hipótesis se reconfiguran y se da forma objetiva y objetivizante a las ideas. La actividad básica de este apartado es la ejercitación de una acción. Tomás Motos propone actividades lúdicas que propicien la exploración de los instrumentos de trabajo –cuerpo, voz, recursos plásticos, recursos literarios, etcétera- con lo que se podrá conseguir mayor soltura, confianza y habilidad durante el proceso creativo. (Motos, 1999)



Cuarta Etapa Revisión Reflexionar

Después de la etapa de Lanzamiento del Producto, cuando se coloca el producto creativo en el campo al que estaba dirigido, sigue una etapa fundamental, la verificación de los resultados y la reflexión de los mismos. Saber lo que se hace y cómo se hizo. Pues la creatividad no es un asunto de magia fortuita, sino la suma de una serie de fases y combinaciones que la persona creativa va realizando de manera específica y peculiar.





IDEAS FINALES PARA TENERSE EN CUENTA
“Cualquier modelo de las etapas del proceso creativo constituye sólo una aproximación a un proceso que en realidad es muy fluido y puede seguir una diversidad de rumbos (…) El acto de la creación constituye una larga serie de actos, con múltiples y sucesivas preparaciones, frustraciones, incubaciones, iluminaciones y concreciones dirigidas a la acción y la obtención de un producto.” (Goleman, 1992).

El acto de la creación es una travesía del espíritu creativo que describe una constante línea en espiral, a veces en ascenso, a veces en descenso, movimiento de contrastes necesarios para la mejor manifestación de la tarea creativa. Nuestra misión como activadores de la creatividad es la de actualizar los paradigmas, actualizar los saberes, aplicando técnicas creativas que dinamicen y enriquezcan la expresión creativa. Sólo el trabajo guiado por una metodología actualizada conseguirá que el Espíritu Creativo siga una trayectoria siempre en espiral.

Autora: Guadalupe Corona Candelaria
Ilustraciones: Anna Llenas

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