jueves, 1 de marzo de 2012

ESCRIBIR EL AMOR - Deconstruyendo mitos patriarcales, creando nuevos héroes y heroínas de carne y hueso

"Todo lo que sabemos del amor es que el amor es todo lo que hay"
Emily Dickinson





Sobre el amor siempre nos han contado muchos cuentos. Por nuestras venas circula tinta de novelas, cuentos y poemas que hemos leído. Cuentos de hadas con final feliz, princesas que transforman sapos en príncipes, príncipes valientes, princesas solitarias que despiertan de su maldición gracias a un beso forman parte de esta tradición de mentiras.


"Aquí estoy como un mendigo, ordenando príncipes por catálogo en la barra del antro. Pero es tarde, y no me queda más que esta mancha de ceniza entre las piernas. ¿A dónde se han ido todas las perdices?" escribe la poeta Jessica Freudenthal.


Muchas mujeres siguen esperando a su príncipe azul y otros tantos hombres a sus princesas virginales en un círculo vicioso que no se completa jamás, porque las personas somos infinitamente más complejas y contradictorias que los personajes planos de los cuentos patriarcales.

Hay tantos amores como personas existen: amores difíciles, platónicos, escandalosos, secretos, prohibidos, imposibles, truncos, exclusivos, compartidos, confusos, reprimidos, tímidos, cobardes, enfermos, valientes, transgresores, criticados, tristes, eróticos, locos, brillantes, oscuros, sacrificados, triángulos amorosos, almas gemelas, poliamores.





El objetivo de este taller es reescribir el amor, volver a contarlo desde nuestra subjetividad, desde nuestra experiencia. La propuesta es realizar un viaje de exploración personal en torno al amor romántico, sus mitos y clichés a través de la escritura creativa. Escribamos la historia no como nos la contaron ni como creímos que sería, sino como de veras fue.

Centrándonos en el amor de pareja revisaremos sus mitos: el de la media naranja, el de la exclusividad, el de la fidelidad, el de la perdurabilidad, el de la convivencia, el de la omnipotencia, el de libre albedrío, el del emparejamiento, etc.


"Lo lógico debería ser poder transformar los relatos, contar nuevas historias, cambiar los modelos idealizados que han quedado obsoletos, construir héroes y heroínas de carne y hueso, crear nuevos mitos que nos ayuden a construir unas sociedades más justas, igualitarias, ecologistas, cultas y pacíficas. Encaminar nuestros esfuerzos al bien común, trabajar para proponer otras realidades, luchar por construir otras nuevas en lugar de huir de lo que hay mediante paraísos emocionales y promesas de salvación individuales."

Coral Herrera Gómez




Nos reunimos todos los lunes a partir de abril de 16 a 18 hs. para la versión presencial del taller

En el barrio de Parque Batlle (Luis Alberto de Herrera 1713 esq. Ramón Anador)

Inversión: $1500 pesos a pagar del 1 al 10 de cada mes y $1400 pesos como bonificación especial para las alumnas, ex- alumnas o consultantes de Taller La Diosa. Descuento especial para las que reserven su plaza antes del 31 de marzo: $1300.


Para inscribirte en ESCRIBIR SOBRE EL AMOR y reservar tu vacante enviame un correo a tallerladiosa@gmail.com con tu nombre completo y teléfonos para ubicarte aclarando cual modalidad prefieres -presencial o a través de internet-.




Informes: 25224876 / 098835138

Metodología del taller presencial:
Se propondrán ejercicios y técnicas de motivación e inducción a la creación, así como también ejercicios y técnicas de corrección. Se escribirá en el taller y/o puede escribirse en la casa, para la siguiente clase. En cualquiera de los casos los textos se traerán pasados a máquina o computadora y se leerán en grupo. El objetivo es motivar la creación literaria y el enriquecimiento a través del intercambio de los textos con los demás participantes.

Metodología del taller a través de Internet:
Este taller se estructura a partir de una serie de ejercicios que recibirás una vez por semana por correo electrónico y que te devolveremos con comentarios, sugerencias y correcciones. Contarás con permanente monitoreo de tu trabajo, apuntando a mejorar tu redacción manteniendo tu estilo propio. La modalidad virtual está pensada aquellos que por distintos motivos (de tiempo, de trabajo, o porque viven en otro departamento o país) no pueden asistir a la versión presencial del taller.




Duración: Abril a diciembre 2012


Coordina:

Patricia Turnes. Escritora, periodista cultural y realizadora audiovisual. Nace en Montevideo en 1971. Estudia Comunicación Social en la Universidad Católica del Uruguay especializándose en el área de Narración Creativa. Es egresada de la carrera de Realización Cinematográfica de la Escuela de Cine del Uruguay y de Diseño de Moda de la Escuela de Peter Hamers. Ejerce el periodismo cultural en El Día, Brecha, El País Cultural y Freeway. Entre 1998 y 2003 participa del taller literario de Mario Levrero. En 2001 publica el conjunto de cuentos “Últimos días con mi familia” (Editorial Cauce) en la colección Flexes Terpines dirigida por Levrero. En 2007 edita la novela “Pendejos”, por Editorial Planeta. En 2010 publica "Amor y amistad entre ovejas negras" por el mismo sello editorial.




CONSTRUIR Y DECONSTRUIR LOS MITOS DEL AMOR






Como escribe Coral Herrera Gómez en su artículo sobre "Los mitos del amor romántico" gracias a nuestra actividad racional podemos no solo construir mitos, sino también deconstruirlos, "porque en ellos están insertos los miedos, las motivaciones, el sistema de creencias, los valores, la ética, los modelos a seguir y los deseos de los miembros de esa cultura. En el caso del romanticismo patriarcal, creo que es fundamental exponer las entrañas de sus mitos para poder acabar con la desigualdad y con el patriarcado a nivel narrativo, emocional e ideológico. Es importante mostrar la falsedad de esas idealizaciones que nos encajonan en unas máscaras sociales, que empobrecen nuestras relaciones y nos hacen sufrir porque chocan con la Realidad, generalmente menos bella y maravillosa que la fantasía amorosa. La simplicidad de los estereotipos de género invisibiliza la amplia gama de modos de ser, de estar y de relacionarse que existen para hombres, mujeres y gente transgénero. Nos encierra en unos supuestos sobre lo que deberíamos ser, cómo deberíamos estar y sentir. De igual modo, los mitos amorosos crean unas expectativas desmesuradas que luego causan una intensa decepción, más hoy en día que no tenemos tolerancia al no; nos frustra todo enormemente porque nos ilusionamos con las promesas que nos venden en los relatos de la sociedad globalizada. El modelo de amor idealizado y cargado de estereotipos aprisionan a la gente en divisiones y clasificaciones perpetuando así el sistema jerárquico, desigual y basado en la dependencia de sus miembros en el que vivimos."


Tal como analiza Clara Coria, escribir sobre el amor es enfrentarse con uno de los grandes misterios de la humanidad. El amor, tan frecuentemente considerado indomable y fiel a sí mismo, también ha sucumbido -a lo largo de la historia- a las influencias de los poderes dominantes, ha estado profundamente condicionado por las culturas de turno, muchas veces ha servido como vehículo privilegiado de control social. La autora de "El amor no es como nos contaron… ni como lo inventamos”, escribe que el amor es un sentimiento tan antiguo como la humanidad y de él existen vestigios en los mitos más arcaicos. Los pueblos de todos los tiempos han dejado múltiples registros del amor entre las personas a través de sus libros sagrados, textos filosóficos, poemas épicos, tragedias, comedias, novelas y tradiciones orales. Su presencia fue una constante en todas las épocas pero no fue igualmente constante la manera de concebirlo.

El amor asumió distintas expresiones que se reflejaron alternativamente en el llamado amor platónico, amor pasión, amor cortés y amor romántico, entre otros. El amor platónico suponía la sublimación de la satisfacción carnal tras la búsqueda de una unión de almas en pos de un ideal de belleza, que era el camino privilegiado hacia la verdad. En este amor no tenían cabida las mujeres, ya que en la antigua Grecia, la mujer estaba apartada de la cultura superior y encaminada al matrimonio y la producción de hijos. El amor pasión, cuyo punto de partida suele ubicarse en el romance de Tristán e Isolda, hace del amor una experiencia de sufrimiento y muerte. Denis de Rougemont nos recuerda que el significado etimológico de “pasión” es sufrimiento, y señala que sin embargo ya no advertimos en su significado el contenido sufriente, sino que lo asociamos a lo que es apasionante, atractivo. Pero la pasión de amor significa, de hecho, una desgracia." Los amores corteses fueron amores utópicos: los trovadores y los caballeros estaban más enamorados del amor y de sus sentimientos, que de las personas en las que centraban su atención. En el amor cortés las mujeres eran colocadas en un pedestal como frágiles doncellas susceptibles de ser protegidas y mimadas por su enamorado.

Los restos de estos y otros tipos de amor que han existido a lo largo de la historia subsisten en nuestra cultura amorosa y no parecen ayudar para la creación de parejas igualitarias. La idealización a la larga provoca frustración. Todos hemos amado alguna vez; todos hemos sentido el poder de ese sentimiento, su pureza, su magia, su intensidad. Pero también hemos sufrido ante sus imperfecciones, ante su falta de eternidad, o cuando nos dimos cuenta que no nos salvaría de nada.


Karen Armstrong afirma en “Breve Historia del Mito” que los mitos han sido la base de todas las culturas humanas, porque han otorgado a la sociedad modelos de conducta y actitudes, han ofrecido héroes y heroínas que superaban situaciones difíciles con valentía, inteligencia, astucia o estrategias. En los orígenes, ayudaban a las personas a encontrar su lugar en el mundo y su verdadera orientación, porque ayudan a saber de dónde venimos (mitos sobre antepasados), a dónde vamos, y también ayudan a explicar esos momentos sublimes en que nos sentimos transportados más allá de nuestras preocupaciones prosaicas.




princesas disney
Por Jessica Freudenthal


Para el señor
que duerme eternamente congelado
en una cama de cristal
en Disneylandia.






blancanieves

Tengo siete amantes.
siete bocas que amamantar.
siete lenguas que me acarician,
peinan y liman mi ego
convirtiéndolo en un gigante.

Mis amantes no merecen aplauso
ni aprobación, ni alabanza, ni halago.
Los han llamado enanos
por el tamaño de su cerebro
no más grande que un grano.

El espejo y mi gemela que vive allí
(junto con Alicia del otro lado)
me han traicionado.
Me han abandonado en el bosque,
a mi suerte me han dejado,
y yo jamás he sido afortunada.

Me han arrancado el corazón
como a un venado,
y en su lugar me han transplantado una manzana
rellenita de gusanos.

Y estoy aquí,
sin palacios, sin espejos,
sin atardeceres, ni ciervos, ni pájaros ni nada.
No he cantado.

La tumba de cristal está sellada
y ya no quedan príncipes para mis jeans
ni caballeros para mis faldas a cuadros.

Invoco. Llamo.
Prometo, garantizo, juro:
Nunca seré tan asquerosamente bella.
Nunca digas nunca.
Nada es verdad. Todo es posible.






la bella durmiente


No sé si soy yo quien soy.
Sólo sé que mis amantes han besado estos labios
hondos como huecos.

¿Qué pretenden mis pretendientes?
¿Lo sabes tú?

Cada beso como el de la madre de Proust cuando buscaban el tiempo perdido,
cada beso de buenas noches, de trance eterno, de pesadilla y de corazón hinchado.

La espina permanece intacta,
y yo no sé quién soy entre ron y Coca Colas,
entre joints y papas fritas,
entre rock de los Pixies y mis dieciséis.

Me he soñado Fea Despierta,
sé que no soy Bella Durmiente.

¿Quién es?

Soy Yo. La Imilla Insomne.


la sirenita

La pecera tiene rajaduras.
Gotea.
Soy la niña gotera.

Ni pies ni cola de pez.
Tampoco ciempiés.

Yo soy, aquí estoy: sin mar y sin botas.

Los anzuelos flotan alrededor
junto a las luces de neón, las hamburguesas
y los cigarrillos húmedos.

Lo he mordido. He picado.

Tengo los labios agujereados
Por todos tus besos de plástico.

No puedo alcanzar la superficie
y todos los barcos han partido atormentados.

Tú no eres ni mitad príncipe,
ni tierra firme, ni isla desierta.
Yo no soy ni mitad pez, ni mitad hembra.
Yo soy sólo espuma
en la boca de una epiléptica
convulsionándose.





la caperucita roja

Consagraron mi vida
injustamente
a una canastilla.

Consagraron mis entrañas
a una caperuza
a un disfraz de niña.

Consagraron mi vida
injustamente
a un cuento sin historia.

Jamás creceré.
Jamás conoceré las delicias de la carne.
Nunca regresaré con mi madre.

Me habré quedado con la idea
de que el mundo
es un lobo hambriento.

¿Por qué la vida es tan dura?
Para dolerte mejor.

Quise vivir, pobrecita.
Quise crecer.
Quise creer.

Pero consagraron mi vida a una tormenta,
a un gorro de abuelita,
a un guardabosques salvavidas.

Recuerdo
sus garras eran amables
sus colmillos húmedos.
Yo no podía más
Que gemir y sonreír.

Pero consagraron mi vida a las mentiras.






la cenicienta

Abracadabra patas de cabra,
Sacalalengua, muerdotuslabios, mesacolaropa, mepongoloszapatos.
Alacabula, patar de mula. Zuuuuuuuuuum.

Escogí el par más bonito para ti.
Las botas floreadas con punta de metal,
los converse de flamitas
o los tacones de charol, lo que tú quieras.

Yo desde aquí te miro: desencantada.
No hay zapallos ni calabazas,
ni ratones ni caballos,
ni hermanastras ni hadas.

Espero en el salón.
Todos bailan con Britney Spears y Ricky Martin.
Yo tengo mucho asco.
Es el último baile.
Y espero al último DJ que me salve.

Aquí estoy como un mendigo,
ordenando príncipes por catálogo
en la barra del antro.

Pero es tarde,
y no me queda más
que esta mancha de ceniza entre las piernas.

¿A dónde se han ido todas las perdices?





jasmine

Aladino me frota la panza,
cree que soy una lámpara maravillosa.
No es mentira que yo le haya hecho realidad muchos de sus deseos,
como el de hacerlo volar en una cama.

Aladino delira, hace mucho tiempo ya.
Olvida que soy una mujer y no una lámpara,
además yo ya he dejado de iluminarle los días.

El switch de encendido está roto como yo,
Y el genio no es más que un mal genio de rutina.

Aladino está a mi costado
Y no deja de frotarme la panza.
A la botella ya ni siquiera le queda el olor a vodka.

Morimos de tristeza con un “había una vez” atravesado en la cortina.


la bella y la bestia

De este cuento no hay mucho que contar.
No más que es puro cuento
Y que yo soy bella
Y tú un bestia.

Fin.

Serie incluida en el poemario Hardware por Jessica Freudenthal


bio/biblio

Nació de casualidad en Madrid el 6 de junio de 1978 pero es boliviana. Ha publicado Hardware (Plural, 2004, Mención de Honor Premio Nacional de Poesía "Yolanda Bedregal") y Poemas Ocultos (Yerba Mala Cartonera, 2006). Dirigió el único número de la revista armatestum literario el mostro. Colabora con diversas revistas literarias. Parte de su obra puede encontrarse en antologías de México, España, Perú, Estados Unidos y Alemania.




LOS MITOS DEL AMOR ROMÁNTICO - Coral Herrera Gómez





La palabra "mito" proviene del vocablo griego “mythos”, comúnmente interpretado en nuestra lengua como "narración" o "relato". Los mitos ayudaron a los seres humanos a explicar los fenómenos naturales y poseyeron siempre un poder de trascendencia, una dimensión emotiva, religiosa y espiritual que se expresaba simbólicamente a través de relatos. Platón y Aristóteles lo usarán como término opuesto a logos, que es el discurso razonado y objetivo. La palabra mythos en la Antigüedad, posee así unas connotaciones emotivas y ficcionales; los mitos eran explicaciones del mundo no racionales, y por tanto no servían para explicar la realidad ni para acceder al conocimiento, aunque ni Platón ni Aristóteles consiguieron elaborar su Filosofía sin recurrir a ellos.


Eros y Psique

Entre todas las definiciones que hemos encontrado, nos parece que la definición de Carlos García Cual es una de las más eficaces y concretas: “Mito es un relato tradicional que refiere la actuación memorable y ejemplar de unos personajes extraordinarios en un tiempo prestigioso y lejano. (…) El relato mítico tiene un carácter dramático y ejemplar. Se trata siempre de acciones de excepcional interés para la comunidad, porque explican aspectos importantes de la vida social mediante la narración de cómo se produjeron por primera vez tales o cuales hechos”.

Por su parte, Karen Armstrong (2005) afirma que los mitos más impactantes tratan sobre situaciones límite y nos obligan a ir más allá de nuestra experiencia. Tratan de lo desconocido; su función es ayudarnos a hacer frente a los conflictos humanos. En este sentido, los mitos han sido la base de todas las culturas humanas, porque han otorgado a la sociedad modelos de conducta y actitudes, han ofrecido héroes y heroínas que superaban situaciones difíciles con valentía, inteligencia, astucia o estrategias. En los orígenes, ayudaban a las personas a encontrar su lugar en el mundo y su verdadera orientación, porque ayudan a saber de dónde venimos (mitos sobre antepasados), a dónde vamos, y también ayudan a explicar esos momentos sublimes en que nos sentimos transportados más allá de nuestras preocupaciones prosaicas.


El beso de Gustav Klimt

Todas las mitologías hablan de un mundo paralelo al nuestro; es una realidad invisible pero más intensa que a veces se identifica con el mundo de los dioses. A esta creencia se la ha llamado “filosofía perenne” porque ha impregnado la mitología y la organización ritual y social de todas las sociedades antes del advenimiento de nuestra modernidad científica, y todavía hoy sigue influyendo en las sociedades tradicionales. Los mitos explicaban cómo se comportaban los dioses para permitir a hombres y mujeres imitar a esos seres poderosos, y así experimentar ellos también la divinidad.

Armstrong cree también que el mito es una guía, que transmite un código ético y que, además, ha configurado la base de todas las religiones. En el caso de las religiones monoteístas como la cristiana, la musulmana y la budista, todas se han forjado a partir del mito del viaje heroico, que nos explica qué tenemos que hacer si queremos convertirnos en seres humanos completos: “El héroe tiene la sensación de que en su vida o en su sociedad falta algo. Por eso abandona el hogar u emprende peligrosas aventuras. Lucha contra monstruos, escala montañas inaccesibles y atraviesa oscuros bosques, y mientras su antiguo yo muere y el héroe descubre algo o aprende alguna habilidad que después transmite a su pueblo. (…) El mito del héroe está tan arraigado que hasta la vida de figuras históricas como Buda, Jesús, o Mahoma se cuenta siguiendo ese esquema arquetípico probablemente forjado en la era paleolítica”.

El mito, pues, ha estado siempre asociado a la experiencia de lo trascendente, inherente a la condición humana. Los humanos necesitan irrupciones en la rutina y la realidad de la vida cotidiana para trascenderla, para experimentar otras dimensiones temporales gracias a la intensidad de lo vivido. Siempre han necesitado esos mecanismos de escape que les sitúen en otra realidad, que les arrebaten, que les hagan entrar en éxtasis o en trance para sentir que pueden superar el aquí y el ahora.


El beso de Rodin

Joseph Campbell (1964) afirma que una de las funciones del mito es apoyar el orden social en vigor, para integrar al individuo. Según él la función social de una mitología y de los ritos que la expresan es fijar en todos los miembros del grupo en cuestión un “sistema de sentimientos” que habrá de unirle espontáneamente a los fines de dicho grupo. Kirk (1990) cree que los mitos surgieron como trucos narrativos que utilizaron los humanos para socializar a los niños y facilitar su integración psíquica en la sociedad. Son, desde este punto de vista, narraciones contra el terror que provoca lo desconocido, explicaciones del mundo que guían a los humanos en sus primeras fases de socialización.



Los mitos, sin embargo, no han permanecido invariables; cambian con las culturas, se adaptan a nuevas realidades socioeconómicas y políticas que se consolidan gracias al apoyo del sistema simbólico y mitológico creado para sustentarlo. En Occidente, pese al proceso de desacralización de la sociedad característica de la posmodernidad, los mitos siguen cumpliendo estas funciones, aunque con variaciones.



Denis De Rougemont (1939) cree que necesitamos los mitos “para expresar el hecho oscuro e inconfesable de que la pasión está vinculada con la muerte y que supone la destrucción para quienes abandonan a ellas todas sus fuerzas. (…) La oscuridad del mito nos permite, así, acoger su contenido disfrazado y gozar de él con la imaginación, sin tomar una conciencia lo bastante clara para que estalle la contradicción”. El mito expresa esas contradicciones y actúa en todos los lugares “en que la pasión es soñada como un ideal y no temida como una fiebre maligna”. También en los lugares en que la fatalidad es requerida, imaginada como una bella y deseable catástrofe.



Tristán e Isolda

Centrándonos en los mitos del amor de pareja, De Rougemont cree que el mito del amor cortés ha llegado a nosotros a través de la Literatura en un proceso progresivo de profanación: “Cuando los mitos pierden su carácter esotérico y su función sagrada se resuelven en literatura. El mito cortés, mejor que cualquier otro, se prestaba a ese proceso, puesto que había podido traducirse sólo en términos de amor humano, aunque entendidos en sentido místico”. Una vez desvanecido ese sentido, quedó una retórica que expresaba la necesidad de un ideal “que había dejado en la conciencia un conocimiento místico reprobado y luego perdido”.

El principal mito que encontramos en el romanticismo es la frase que concluye los relatos de amor: “y vivieron felices, y comieron perdices”. La estructura mítica de la narración amorosa es casi siempre la misma: dos personas se enamoran, se ven separadas por diversas circunstancias, obstáculos (dragones, bosques encantados, monstruos terribles) y barreras (sociales y económicas, religiosas, morales, políticas). Tras superar todos los obstáculos, la pareja feliz por fin puede vivir su amor en libertad. Evidentemente, como mito que es, esta historia de obstáculos y superaciones está atravesada por las ideologías patriarcales, que ponen la misión en manos del héroe, mientras que la mujer espera en su castillo a ser salvada: él es activo, ella pasiva (el paradigma de este modelo es la Bella Durmiente, que pasó nada más y nada menos que CIEN!!!!! años dormida esperando a su príncipe).



Y es que los dos principales mitos del amor romántico son el príncipe azul y la princesa maravillosa, basados en una rígida división de roles sexuales (él es el salvador, ella es el descanso del guerrero) y estereotipos de género mitificados (él es valiente, ella miedosa, él es fuerte, ella vulnerable, él es varonil, ella es dulce, él es dominador, ella es sumisa). Estos modelos de feminidad y masculinidad patriarcal son la base de gran parte del dolor que experimentamos al enamorarnos y desenamorarnos, porque se nos vende un ideal que luego no se corresponde con la realidad.

Principalmente porque todos somos fuertes y frágiles, activos y pasivos, dominadores y sumisos; pero curiosamente nos encajonamos en unas etiquetas que determinan nuestra identidad, sentimientos, actitudes y comportamiento para toda la vida. Estas etiquetas nos dan una seguridad (soy el abuelo en la familia, soy el profesor en la escuela, soy la esposa complaciente, soy la ejecutiva agresiva, soy el adolescente problemático, soy el chico romántico, soy la joven alocada, soy el jefe tiránico…), pero nos quitan libertad para reinventarnos, para cambiar, evolucionar o aprender nuevas formas de relacionarnos. La pareja, por ejemplo, es una categoría social mitificada como el lugar donde hallar gozo, paz, calma, tormento, alegrías, estabilidad, bajo la promesa de la fusión total. Son muchos los enamorados y enamoradas que desean levantar cuanto antes su amor sobre la estructura sólida de la pareja feliz, un mito que ayuda a concluir los relatos y que se presenta como el paraíso sentimental gracias al cual evadirnos de esta realidad.

Hasta ahora la feminidad pasiva ha sido mitificada en los relatos para tranquilizar a los machos y suavizar su ancestral miedo a las mujeres, por un lado, y para ofrecer modelos de sumisión idealizada a las mujeres, por otro. Muchas de las mujeres de las culturas patriarcales han sido educadas para asumir en muchos casos el rol de mujer fiel cuya máxima en la vida no es alcanzar la libertad (deseo masculino por excelencia), sino el amor a través de un hombre (lo que se supone que es normal en las mujeres).




La princesa del cuento
es una mujer de piel blanca y cabellos claros, rasgos suaves, voz delicada, que se siente feliz en un ámbito doméstico (generalmente un lujoso palacio, al cuidado de sus padres) y cuyas aspiraciones son muy simples: están siempre orientadas hacia el varón ideal de sus sueños. La princesa es leal a su amado, lo espera, se guarda para él, como hiciera Penélope durante más de veinte años esperando a Ulises. La princesa encontrará su autorrealización en el gran día de su vida; la boda con el príncipe. La princesa es una mujer discreta, sencilla, llena de amor y felicidad que quiere colmar de cuidados y cariño a su esposo y que además le dará hijos de cuya paternidad podrá estar seguro. Es una mujer buena frente a las mujeres malas, aquellas representadas como seres malvados, egoístas, manipuladores, caprichosos, insaciables, débiles y charlatanes. Las malas disfrutan pasionalmente del sexo, pero a pesar de que atraen a los hombres por su inteligencia y sus encantos, no ofrecen seguridad al macho, que casi nunca las eligen para ser princesas ni les piden matrimonio. Son tan atractivas como peligrosas, por eso evitan enamorarse de ellas, como fue el caso de Ulises con Circe.




El príncipe azul es otro mito que opera en el imaginario femenino porque se nos ofrece siempre como figura salvadora, del mismo modo que Jesucristo o Mahoma salvaron a la Humanidad de sus pecados. Notesé que Eva es la mujer mala por cuya curiosidad y desobediencia los seres humanos fuimos condenados al dolor y la muerte. Sólo un Hombre como Jesús podía venir a salvarnos; pero ni con su muerte logró que su padre nos perdonase.

Jesús
es un hombre bueno y valiente que cree en las causas justas y no le importa sacrificarse por ellas. Del mismo modo, el príncipe azul es un héroe porque pone la misión (matar al dragón, encontrar al tesoro, derrotar a las hordas malvadas, devolver el poder a algún rey, etc) por delante de su propia vida. El príncipe azul es un hombre activo, saltarín, espadachín, gran atleta, buen jugador, gran estratega, noble de corazón. Es joven, travieso, algo ingenuo; a las mujeres les derrite este modelo porque es un ser valiente y bueno que necesita campo para correr y que pese a su gallardía, es tierno y dulce en la intimidad. El príncipe se convierte en Hombre en todos los relatos, porque la aventura que vive es su rito de paso de la juventud a la adultez, dado que tiene que superarse a sí mismo para poder lograr su triunfo (el amor de la princesa rosa). Así podrá protegerla, enseñarla, amarla para siempre y hacerle muchos hijos.



Estos dos mitos de género y la mayor parte de los mitos amorosos surgieron en la época medieval; otros han ido surgiendo con el paso de los siglos, y finalmente se consolidaron en el XIX, con el Movimiento Romántico. De ellos nos quedan, según Carlos Yela García (2002), unos cuantos que configuran nuestras estructuras sentimentales en la actualidad:

• Mito de la media naranja, derivado del mito amoroso de Aristófanes, que supone que los humanos fueron divididos en dos partes que vuelven a unirse en un todo absoluto cuando encontramos a nuestra “alma gemela”, a nuestro compañero/a ideal. Es un mito que expresa la idea de que estamos predestinados el uno al otro; es decir, que la otra persona es inevitablemente nuestro par, y solo con ella nos sentimos completos. El mito platónico del amor expresa un sentimiento profundo de encuentro de la persona consigo misma, “y su culminación es recuperar los aspectos que nos fueron amputados y de esa manera, recuperar nuestra propia y completa identidad. Es decir, poder ser todo lo que somos y lo más plenamente posible” (Coria, 2005). El mito de la media naranja sería una imagen ingenua y simplificada del mito platónico que intenta transmitir esa búsqueda de la unidad perdida, pero su principal defecto es, según Coria, que uno más uno termina resultando uno, lo cual es un grave error, no sólo aritmético, que es asimilado mayoritariamente por mujeres.

• Mito de la exclusividad: creencia de que el amor romántico sólo puede sentirse por una única persona. Este mito es muy potente y tiene que ver con la propiedad privada y el egoísmo humano, que siente como propiedades a las personas y sus cuerpos. Es un mito que sustenta otro mito: el de la monogamia como estado ideal de las personas en la sociedad.

• Mito de la fidelidad: creencia de que todos los deseos pasionales, románticos y eróticos deben satisfacerse exclusivamente con una única persona: la propia pareja.

• Mito de la perdurabilidad (o de la pasión eterna): creencia de que el amor romántico y pasional de los primeros meses puede y debe perdurar tras miles de días (y noches) de convivencia.



• Mito del matrimonio o convivencia: creencia de que el amor romántico-pasional debe conducir a la unión estable de la pareja, y constituirse en la (única) base del matrimonio (o de la convivencia en pareja). Esto nos crea problemas porque vimos que la institucionalización de la pasión, y el paso del tiempo, acaban con ella. Por eso nos divorciamos y buscamos nuevas pasiones que nos hagan sentir vivos, pero en seguida la gente vuelve a casarse, cometiendo el mismo error que la primera vez. El matrimonio en la Era de la soledad ha visto, así, aumentada su dimensión mitológica e idealizada: “La idolatría del matrimonio es la contrapartida de las pérdidas que produce la modernidad. Si no hay Dios, ni cura, ni clase, ni vecino, entonces queda por lo menos el Tú. Y la magnitud del tú es el vacío invertido que reina en todo lo demás. Eso significa también que lo que mantiene unido al matrimonio y a la familia no es tanto el fundamento económico y el amor, sino el miedo a la soledad” (Ulrick y Elisabeth Beck, 2001).


• Mito de la omnipotencia: creencia de que “el amor lo puede todo” y debe permanecer ante todo y sobre todo. Este mito ha sujetado a muchas mujeres que han creído en este poder mágico del amor para salvarlas o hacerlas felices, pese a que el amor no siempre puede con la distancia, ni los problemas de convivencia, ni la pobreza extrema.

• Mito del libre albedrío: creencia que supone que nuestros sentimientos amorosos son absolutamente íntimos y no están influidos de forma decisiva por factores socio-biológicos-culturales ajenos a nuestra voluntad.

• El mito del emparejamiento: creencia en que la pareja es algo natural y universal. La convivencia de dos en dos ha sido, así, reificada en el imaginario colectivo, e institucionalizada en la sociedad.

Gracias a nuestra actividad racional, la Humanidad puede no solo construir mitos, sino también deconstruirlos, porque en ellos están insertos los miedos, las motivaciones, el sistema de creencias, los valores, la ética, los modelos a seguir y los deseos de los miembros de esa cultura. En el caso del romanticismo patriarcal, creo que es fundamental exponer las entrañas de sus mitos para poder acabar con la desigualdad y con el patriarcado a nivel narrativo, emocional e ideológico. Es importante mostrar la falsedad de esas idealizaciones que nos encajonan en unas máscaras sociales, que empobrecen nuestras relaciones y nos hacen sufrir porque chocan con la Realidad, generalmente menos bella y maravillosa que la fantasía amorosa.

La simplicidad de los estereotipos de género invisibiliza la amplia gama de modos de ser, de estar y de relacionarse que existen para hombres, mujeres y gente transgénero. Nos encierra en unos supuestos sobre lo que deberíamos ser, cómo deberíamos estar y sentir. De igual modo, los mitos amorosos crean unas expectativas desmesuradas que luego causan una intensa decepción, más hoy en día que no tenemos tolerancia al no; nos frustra todo enormemente porque nos ilusionamos con las promesas que nos venden en los relatos de la sociedad globalizada. El modelo de amor idealizado y cargado de estereotipos aprisiona a la gente en divisiones y clasificaciones perpetuando así el sistema jerárquico, desigual y basado en la dependencia de sus miembros en el que vivimos.



Además, provocan dolor en la gente porque el amor no es eterno, ni perfecto, ni maravilloso, ni nos viene a salvar de nada. La utopía del amor romántico, con sus idealizaciones, es la nueva religión colectiva que nos envuelve en falsas promesas de autorrealización, plenitud, y felicidad perpetua. De ahí la insatisfacción permanente y la tensión continua entre el deseo y la Realidad que sufrimos los habitantes de la posmodernidad.

Y es que nos pasamos la vida sufriendo decepciones precisamente por estas “ilusiones” que nos invaden en forma de espejismo. Es cierto que nos ayudan a evadirnos, pero quizás estamos en un momento en el que deberíamos dejar de entretenernos y de escaparnos tanto de la Realidad que no nos gusta. La desigualdad, la pobreza, el hambre, las guerras, el engaño de políticos y empresarios a las comunidades, el destrozo medioambiental y la sensación de que nada es lo que parece (ni la democracia, ni la paz, ni los Estados) invaden los telediarios. Y mientras, las mujeres siguen esperando a su príncipe azul y los hombres a sus princesas virginales en un círculo vicioso que no se completa jamás, porque no existen y porque las personas somos infinitamente más complejas y contradictorias que los personajes planos de los cuentos patriarcales.


Lo lógico debería ser poder transformar los relatos, contar nuevas historias, cambiar los modelos idealizados que han quedado obsoletos, construir héroes y heroínas de carne y hueso, crear nuevos mitos que nos ayuden a construir unas sociedades más justas, igualitarias, ecologistas, cultas y pacíficas. Encaminar nuestros esfuerzos al bien común, trabajar para proponer otras realidades, luchar por construir otras nuevas en lugar de huir de lo que hay mediante paraísos emocionales y promesas de salvación individuales.



Coral Herrera Gómez
http://www.especialistaenamor.com/





BIBLIOGRAFÍA



1. Armstrong, Karen: “Breve Historia del Mito”, Salamandra, Barcelona, 2005.

2. Asimov, Isaac: “Las palabras y los mitos”, Laia, Barcelonam, 1974.

3. Barthes, Roland: “Mitologías”, Siglo XXI, Madrid, 1º Edición En Francés, 1957, 10º Ed. En Español, 1980.

4. Beck, Ulrich, y Beck-Gernsheim, Elisabeth: “El normal caos del amor. Las nuevas formas de relación amorosa”, Paidós, Barcelona, 2001

5. Blanco Martín, Carlos Javier: “La reproducción del mito”. A parte rei, num 26.

6. Campbell, Joseph: “Las máscaras de Dios: Mitología occidental”, Alianza Editorial, 1964.

7. Coria, Clara: “El amor no es como nos contaron… ni como lo inventamos”, Paidós, Buenos Aires, 2005.

8. De Rougemont, Denis: “El amor y Occidente”, Editorial Kairós, Barcelona, 1976 (8 ed.).

9. Morin Edgar, Complejo de amor, Gazeta de Antropología, Nº 14, 1998, CNRS, París. http://www.ugr.es/~pwlac/

10. Sanpedro, Pilar: El mito del amor y sus consecuencias en los vínculos de pareja

Revista Disenso, num 45, mayo de 2005

11. Yela García, Carlos: “El amor desde la psicología social. Ni tan libres, ni tan racionales”, Ediciones Pirámide, Madrid, 2002.

Publicado por Coral Herrera Gómez



"EL SER HUMANO NO PUEDE SER PROPIEDAD DE OTRO SER HUMANO" - EL LEGADO DE LOLA HOFFMANN








La influencia de Lola Hoffmann(1904-1988)en el campo de la psicoterapia es probablemente desconocida para las generaciones actuales. Fue pionera del movimiento Jungiano en Chile en una época en que el psicoanálisis Freudiano tenía el respaldo académico. Sin embargo, persistió en divulgar la obra de Jung organizando grupos de estudio y talleres de sueños.

Lola no tenía una filosofía rígida, siempre estaba buscando nuevas herramientas que ayudaran al crecimiento del individuo. Se desesperaba cuando la gente no quería crecer, se enojaba. No le importaba si era ateo, judío, católico, lo importante, lo que recalcaba, era que uno no se encasillara en esquemas rígidos que le impidieran el desarrollo. Se apasionaba con las personas interesadas en el crecimiento interno, especialmente el propio. Podía pasar horas con ellos.

Lola tenía su particular forma de enfrentar el tema de la sexualidad, puntos de vista que no pocas veces le valieron el rechazo de sectores tradicionalistas. Otros interpretaron mal sus teorías, lanzándose por caminos diferentes a los que ella creía como sanos para el ser humano. No tenía prejuicios ante las opciones personales del ser humano.

Tuvo amigos y amigas homosexuales, heterosexuales, católicos, religiosos (curas y monjas), artistas, militantes políticos de toda índole, gente de la más variada condición.



El amor que tenía a su trabajo lo expresaba con gran convicción:

"Yo soy nacida para curar, desde niña quise siempre estudiar medicina, no se me ocurría otra cosa. Para curar necesito gente; si no, sería veterinario. Me gusta ayudar, identificarme con la persona y dar de mi experiencia. Este es mi destino. Si yo me retiro al desierto, quizás pase unos días macanudos, pero volveré a mi vocación. Estoy muy agradecida al Plan Providencial, de que coincida mi profesión con mi vocación."

"No creo en la política, más bien creo en la evolución del individuo, sólo en eso. Mientras más individuos evolucionen, tanta más paz habrá en el mundo."

"En general, estoy en contra de las leyes del matrimonio. Creo que hay que enseñarle a la gente a vivir decentemente, en forma ética, y tenerse respeto, eso es todo."

"Creo que la sexualidad es la base del amor y de todo lo que lleva al ser humano a hacer algo positivo, algo bueno. La especie humana es la única, dentro de los animales de sangre caliente, que tiene esta particularidad. La sexualidad es la base del Eros, y Eros es, una tendencia 'a'. Hay Eros del estudio, de la adquisición de conocimientos; Eros de la lejanía. Hay personas que viajan porque quieren conocer el mundo y es tan fuerte este impulso, que lo hacen. Hay Eros de ayudar al prójimo, así hay personas que consagran su vida a los demás. Todas estas tendencias positivas y que contribuyen a enriquecer el Yo, son Eros. No todo es sexual, pero Eros nace de la sexualidad; sin sexualidad no hay Eros."



"La sexualidad, cuando ya se han tenido hijos y ha cumplido su rol biológico, sigue como símbolo de algo delicioso, porque lo que es delicia se aprende en el orgasmo. No hay animales que tengan talento para escribir poesías, pero el poeta experimenta una delicia en la creación, al admirar algo hermoso, con cierto aroma... cualquier satisfacción de los órganos de los sentidos es un placer. La divinidad es algo así como el 'summum' de una delicia de felicidad, un estado de conciencia superior. Cuando se alcanza, se siente algo maravilloso. El cambio interior que produce el amor, cuando el ser humano madura, se experimenta como amor a Dios."

"En caso de que el coito, el acto sexual como tal, se produzca con menos frecuencia después de los 50 años, no significa que el instinto desaparezca. En gran parte se transforma en otra cosa, en una actividad satisfactoria, una tendencia que uno sabe que debe cumplir y entrar en ella."

"Hay sistemas místicos de acercamiento a lo divino a través del acto sexual, como el Tantra Yoga y el Yoga Taoísta. Cultivan innumerables posiciones sexuales y relaciones de larga duración, hasta el agotamiento. En el yoga taoísta, el varón se siente identificado con yang y la mujer con yin y esta unión de yin y yang son las bodas sagradas."

"Yo creo que cierta libertad en lo sexual en la pareja es muy importante, siempre que se trate de personas conscientes, que lo hagan de forma responsable, sin tragedia, sin ofender, sin producir mucho dolor. Una buena relación erótica en individuos adultos es, sobre todo, una relación espiritual. Es muy importante como aporte al Yo. El Yo crece a base de encuentros, con hombres, con mujeres, con situaciones, con países, con algo nuevo, pero, en el fondo, todo va en dirección a desarrollar una conciencia más alta, en la cual Eros juega un papel muy enriquecedor."




"Con el antiguo paradigma patriarcal de nuestra sociedad: 'Si yo amo a un hombre, tengo que vivir con él, y tenemos que vivir uno encima del otro...' se mete a Eros en la cotidianeidad, destruyendo la magia. Si uno establece una relación plena, libre, aunque el otro esté lejos, y se atreve a amarlo, y estar seguro de ser amado; aunque el otro tenga otros encuentros -ojalá porque es lo que aporta riqueza a la vida. Pero, como estamos, educados para ser posesivos, celosos, todo se destruye. ¡¿Cómo un hombre o una mujer no se va a encontrar con gente interesante, atrayente.?!"

"El gran error es la confusión entre Eros y sexualidad."

"Una de mis principales labores en psiquiatría ha sido: desestructuración de lo patriarcal en nosotros y reestructuración del yo."

"La mujer desarrolla dos grandes vacíos: el vacío sexual y el vacío espiritual, razón por la cual se instala enérgicamente en la vida del hombre tratando de dominarlo y de explotarlo con el fin de llenar su propia frustración. Este yo lo llamo 'el mito de la sirena' o de la 'femineidad', que provoca tanto sufrimiento. La sirena, cuyo norte es atraer al hombre, desde el ombligo para abajo es un pez: completamente fría. Femenina y frígida. Atrae al hombre, pero no lo puede satisfacer. En cambio, esta cola de pez hace que ella tenga que vengarse, hundiendo al hombre. Destruyéndolo. Sometiéndolo a su voluntad."

"Este mito de la 'femineidad' seduce por igual a hombres y mujeres. A la mujer, porque la 'femineidad' le da poder sobre el hombre, quien es el que tiene poder en el mundo. El asunto del poder, ella lo ha aprendido del patriarcado. Pero el drama es que su 'triunfo' sobre el hombre es a costa de su propia persona. De no ser persona. Por su parte, al hombre machista o patriarcal no le gusta la mujer persona, y por lo mismo, lo excita mucho la sirena. Esa que después intentará destruirlo."

"El patriarcado no es una 'culpa' de los hombres solamente, sino un fenómeno de vida que involucra a toda la humanidad. Así, la mujer trabaja en contra de sí misma y a favor del patriarcado. Ella es el sostén máximo del sistema. Se la ha educado para desear sólo la familia, preocuparse sólo de sus hijos y crearle cierto confort a su hombre. Y nada más. Para que sea individualista, egoísta, encerrada en sí misma".

A pesar de esta visión negativa, para Lola las cosas estaban cambiando. Después de seis o siete mil años de dominación patriarcal, advertía signos concretos de cambio:

"Conozco gran cantidad de mujeres buscadoras, mujeres que tienen la necesidad de cambiar de pensamiento. Me parece que ya las mujeres están movilizadas, a diferencia de cuando yo era joven, cuando se enseñaba que el summum de la felicidad era casarse, tener hijos y ojalá morir casada, para no sufrir la viudez. En el curso de estos años esto ha cambiado, hay una real integración de la mujer a la sociedad en los procesos creativos."

"La base del patriarcado es el egoísmo, es lo que caracteriza a la familia nuclear, tener cosas sólo para la familia, la falta de altruismo para con los demás."

"Al parecer hay una tendencia a una futura sociedad multi-individual, para que la sociedad sea un conjunto de individuos responsables; es la única forma de que exista el crecimiento."

"Ya hace más de un siglo que la mujer comenzó a protestar. Primero fue en una forma algo ridícula, pero ya la primera sufragista tenía un concepto muy razonable y muy profundo de lo que es el ser humano. La mujer podía hacer perfectamente bien trabajos llamados masculinos, podía pensar y estudiar en la universidad, vivir como mujer soltera y conquistar un cierto status, lo que antes era imposible. Y, al mismo tiempo que algunas mujeres protestaban, otras empezaban a cultivarse: a pensar, a filosofar, a escribir, a trabajar."



"Es la mujer la que se rebeló primero contra un estado de cosas y un sistema de vida que le acarrea sufrimientos. El hombre tampoco lo pasa bien. Esto, de que la mujer llene su vida chantajeándolo, es una enorme carga para él también. Y para los hijos, en cuyas vidas generalmente la mujer también se entromete negativamente. Todo esto ha llevado al matrimonio patriarcal a la tremenda crisis que estamos viendo a nuestro alrededor. La pareja convencional ya no resiste la dominación mutua."

"Aunque la mayoría está lejos de poder construir una sociedad basada en la equivalencia sexual, hay algunos adelantados que ya comprendieron el problema y que están intentando nuevas normas de convivencia. Todavía no veo solución al problema de la pareja. Pero la capacidad del ser humano de vivir solo, ha aumentado. Lo que es muy importante, porque esa soledad prepara para una futura vida en pareja. La pareja sólo es posible de soledad a soledad, de integridad a integridad. No de necesitar apasionadamente al otro... y explotarlo."

"El sufrimiento de hoy es ese concepto de propiedad. 'mi' marido, 'mi' mujer. Esa palabra 'mi' es el sufrimiento. El ser humano no puede ser propiedad de otro ser humano. Puede ser tremendamente generoso, tremendamente amoroso, pero no puede ser propiedad de otro ser y sentirse como tal."

"En mi larga vida, yo he visto que una proximidad exagerada en espacio destruye el 'eros'. Hay una sumación de pequeñas irritaciones, sobre todo de noche, al dormir en la misma cama. Por ejemplo, uno enciende la luz porque quiere leer y el otro quiere dormir. Esas pequeñas e inocentes irritaciones se suman, produciendo al día siguiente una terrible molestia. Hay que tener mucho cuidado con una proximidad exagerada. Cuando yo le he propuesto a una pareja que casi se saca los ojos mutuamente, que separen dormitorios, de inmediato esgrimen que no hay más piezas en la casa y, sobre todo, están acostumbrados y que no pueden dormir sin el otro. Yo llamo este fenómeno 'adicción a la cama'. Como al alcohol o la morfina. Una tremenda esclavitud. Por paradójico que parezca, mientras más separación haya en el espacio, tanto más cercanía espiritual."

En una sociedad donde muchas mujeres son creativas, estudian, trabajan e incluso ocupan cargos importantes, podría decirse que su visión no corresponde a la realidad.

"¡Claro que corresponde! Estamos hablando del trágico hecho de que la mitad de la humanidad no participa en el proceso creador. Con excepción de algunos millones. Pero, ¡qué son dos o tres millones de mujeres creadoras! Y ni siquiera creo que haya tantas. En política, por ejemplo, nunca ha habido en los más altos cargos una mujer que haya defendido el derecho de la mujer. Son hombres, casualmente nacidos mujeres, defensores del patriarcado y de todos sus errores."

"Muchas veces la mujer no tiene conciencia de su infelicidad. No entiende qué le pasa, pero el hecho es que siempre está muy cansada, aburrida, histérica, nerviosa. Y el drama se desencadena cuando los hijos crecen y se van de la casa. Entonces siente que no es útil para nadie y que no tiene nada que hacer. Otro hito es cuando termina el período de ser objeto sexual para el hombre. De repente descubre que no es nada, que no es un 'yo' aceptable para sí misma. Nuestra época pone un énfasis enorme en la juventud y no tenerla es una crisis feroz."

"El noventa por ciento de las mujeres que llegan a mi consulta sufren depresión y angustia, consecuencia de una vida frustrada, lo que les produce una tremenda agresividad. Como es imposible dirigir esta agresividad contra la familia, que uno tiene que amar, la dirigen contra sí mismas. Y una persona triste, sin impulso, sin vida, no puede agredir. Se asegura de no poder agredir y no tener así una culpa adicional, y entonces se agrede a sí misma y se muere en vida. Pierde el interés por todo, se dedica a jugar a las cartas y otras actividades sin sentido. Yo he conocido algunas que se metieron a la cama y no salieron más."

"Para romper con esta vida mediocre, las mujeres tienen que dedicarse a trabajar, introduciéndose en el mecanismo de la cultura. Y esto no es un tema de feministas sino que está en la naturaleza humana: participar en la creación."



"La creación de tener hijos no basta. Yo amo profundamente a mis hijos; sufriría tremendamente si les pasara algo, pero no son el centro de mi interés y, sobre todo, ellos no desean serlo. No me meto en la vida de ellos. Ellos viven su vida y yo, por supuesto, gozo con todo lo que hacen, pero me niego a tomar como centro de mí vida el rol de la abuelita feliz."

"Estoy segura, que las mujeres dan demasiados cuidados; demasiada protección a sus niños. Se ha demostrado, hoy en día, que la dedicación exclusiva de la madre al niño en su primera infancia no redunda en provecho para su desarrollo. Al contrario. Mientras con más personas se relacione el niño, tanto más normal y sin mayores conflictos resultará su vida. Decididamente son los padres, en la mayoría de los casos, los focos de las enfermedades psíquicas más graves."

"Al principio femenino pertenece, antes que todo, el alimentar física y espiritualmente. Pero hay otro elemento que, hasta ahora, la mujer no ha asumido y hecho suyo, que es dar libertad. Soltar. Hay que tener el valor de exponer al niño a tareas más o menos difíciles y no sobreprotegerlo por egoísmo, por evitar el sentido de culpa, si algo le sucede."

"El espíritu del movimiento feminista ha cambiado mucho. Ya no se trata de la lucha contra el hombre; por el contrario, la mujer le ofrece compañerismo y amistad. Y eso es lo más grande que se le puede, ofrecer. La mujer que ha entendido su rol, propone formar una pareja en la cual ambos tengan oportunidad de desarrollarse. Y ayudarse mutuamente en este desarrollo"

Durante toda su vida profesional, en el curso de más de cuarenta años, Lola formó un nuevo pensamiento en Chile, enseñó a gran cantidad de personas a mirar sus sueños, a creer en sí mismas, a liberarse de las ataduras del patriarcado. Para muchos de sus pacientes y amigos, el contacto con esta gran mujer fue decisivo en sus vidas.
Lola insistía en que el proceso de crecimiento interno no se detenía jamás. Cada nuevo día es posible aprender algo que aporte a la propia evolución. Atendió en su consulta a gente importante y a gente sencilla, a todos los escuchó por igual, enseñándoles a conectarse con los mensajes del inconsciente.

Preferentemente, atendió a mujeres en la segunda mitad de la vida, etapa, según decía, en la cual suceden las cosas realmente importantes para la humanidad.

Para ella, su tarea consistía en cooperar con la crisis mundial, que no sentía como espantosa, pero necesaria. Una crisis que marca el final de una época, que conlleva todas las dificultades de un final. Se dio cuenta de que su tarea era fomentar un nuevo paradigma, no el patriarcal. Sus conceptos acerca de la familia, de la sexualidad, del amor, de la paz, de la ecología, fueron acogidos por muchos y detestados también por otros, Mantuvo especiales relaciones de amistad y amor con mucha gente que la recordará con especial cariño como una gran mujer que impactó en sus vidas.

Lola, además de continuar con el deseo vivo de aprender cada día, también se preocupaba con esmero de su presencia. En su estilo clásico combinado a veces con zapatillas deportivas y calcetines de lana cruda. Usaba su cabello recogido bajo una fina malla. Le gustaba que la peinara un joven peluquero, que tenía su pequeño negocio cerca de su casa, en Peñalolén. Y su infaltable Flor de Lys.

Nunca dejó de leer, de aprender cada día, de estar al tanto de lo que pasaba en el mundo: nunca se cerró ante nuevas proposiciones. Era su modo de mantener vivo el cerebro.

Le daba fastidio ver como las personas, al llegar a la vejez, se olvidaban de sí mismas y se echaban a morir, culpables del hecho de no ser jóvenes.

Así hablaba de los ancianos:

"En este tiempo de cultivo de la juventud, todo el mundo quiere ser joven. Creo que es un error. Mi experiencia me lleva a decir que es maravilloso madurar. Hay que ponerle fuerza y energía para no caer en el pensamiento colectivo que lleva a los ancianos a saltar al campo enemigo y mirarse desde allí, criticarse y sentirse culpables de ser viejos."

"Los viejos tienen conciencia del deterioro: decaen las células, la corteza cerebral degenera y se vuelven cada vez más tontos e impotentes. Los viejos no hacen ejercicio, no se mueven, están como eliminados de la sociedad. En tiempos pasados, el anc¡ano era un valor en la sociedad. Una vida larga es una existencia vivida con muchas experiencias. Pero, actualmente, la no aceptación de la vejez hace que la gente degenere. Es una toma de conciencia que tiene que ser asumida por todas las personas que, al llegar a la madurez, hay que continuar desarrollándose, y la mejor forma de hacerlo es el estudio."

"Una persona que no toma conciencia de sus deficiencias y no las corrige, 'se va al tarro de la basura'".



Biografía de Lola Hoffmann:
Nace en el seno de una familia de origen judío, acomodada e intelectual, de habla alemana, que profesa la religión luterana. El ambiente familiar acogedor e intelectual fue muy importante en su evolución personal e intelectual. En 1919 la familia Jacoby decide partir hacia Friburgo de Brisgovia después de los duros años de la guerra, de la ocupación bolchevique y la persecución que había sufrido su padre por pertenecer al movimiento liderado por Alejandro Kerenski.

Lola se matricula en la Facultad de Medicina de Friburgo y permanece en ella luego de la partida de su familia a Riga. Su vida cambia bastante, se integra a un grupo de estudiantes bálticos, hace nuevas amistades, se dedica con tesón a sus estudios. Era una época de importantes filósofos en la Universidad de Friburgo: Husserl, Heidegger e incluso asiste a charlas de Richard Wilhelm y de Carl Gustav Jung sin imaginar que esos hombres, treinta años más tarde, se volverían tan importantes en su vida.

Una vez terminada la tesis sobre las glándulas suprarrenales de las ratas, parte a Berlín como asistente del principal especialista en hormonas de Alemania, Paul Trendelenburg. En Berlín conoció la efervescencia cultural de esos años: asistió al estreno de La consagración de la primavera de Stravinski, La ópera de tres centavos de Bertolt Brecht, y le atrajo el dadaísmo, el movimiento Bauhaus y el pintor Kurt Schwitters.

En sus trabajos de investigación conoció a un médico chileno, Franz Hoffmann, que realizaba un postgrado en Fisiología. Trabajaron juntos, se enamoraron y cuando Franz -en 1931- regresa a su país, deciden hacerlo juntos.

Esta decisión tendrá consecuencias salvadoras para Lola y para su familia directa -padres y hermanos- que viajarán a Chile en 1934, escapando del destino de deportación y muerte en los campos de concentración nazis.

Santiago de Chile
El primer año en Chile lo dedicó a aprender castellano y a empaparse de la cultura chilena, de su paisaje, conocer a su gente. Una vez segura con el idioma comenzó a trabajar: primero, en el Instituto Bacteriológico, y en 1938, en el recién creado Instituto de Fisiología de la Universidad de Chile, como asistente de su marido. Investigaban, publicaban y viajaban juntos. Permaneció en el Instituto de Fisiología desde 1938 hasta 1951, pero nunca fue remunerada por su trabajo. Ella explicaba que no era admisible que un profesor contratara a un pariente y menos a una mujer: era muy extraño ver a una mujer descuartizando animales.

La crisis
Después de más 20 años de trabajo experimental en fisiología, a los 46 años de edad Lola sintió que su entusiasmo en el trabajo decaía y llegó la depresión. En esa época relata que tuvo un sueño al que le dio mucha importancia y que poco a poco iría facilitándole el darse cuenta de su vida y de sus necesidades.

En el sueño se veía en el laboratorio, abriendo el esternón de un perro con una gran tenaza; una vez que lograba abrir el tórax puede observar el rítmico latido del corazón y los pulmones que se inflan y desinflan. Inesperadamente, desde el interior del perro surgen los brazos de una mujer que se mueven con desesperación; luego, una cabeza, y ve el rostro ensangrentado de la secretaria de su marido, Margarita Engel. En su sueño ella sólo podía pensar que había matado a Margarita, a quien quería tanto y que se había convertido en una asesina. Decidió no matar nunca más a un animal.

Cuando la depresión llegó y ya nada le interesaba, su marido le propuso hacer un viaje por Europa y ella, sin mucho entusiasmo, aceptó. Mientras esperaba la salida del barco en Buenos Aires, se fijó en un libro La psicología de C.C. Jung, de Yolanda Jacoby. Evocó aquellas incomprensibles charlas a las que había asistido en Berlín y le llamó la atención la coincidencia del apellido de la autora con el suyo de soltera. Compró el libro para leerlo en la travesía. Y aquella lectura -confiesa- le dio algunas pistas de lo que le estaba sucediendo.




El cambio
Ella cree comprender que el sueño que la había impresionado era una analogía de lo que estaba haciendo con su propia vida; el asesinato de Margarita Engel era su propio asesinato. "Engel" en alemán quiere decir "ángel", ella estaba matando su ángel.

Viaja a Zurich y toma contacto con la autora del libro, Yolanda Yacoby; decide abandonar la Fisiología y convertirse en psiquiatra.

Cuando vuelve a Chile dedica todo su tiempo a lograr esta decisión de convertirse en psiquiatra. Primero trabaja en sí misma: se autoanaliza y anota todos sus sueños.

Luego pasa a trabajar en la Clínica Psiquiátrica de la Universidad de Chile donde el Director era Ignacio Matte Blanco. A él le habló de su interés en encontar enlaces entre psiquiatría y fisiología. En sus estudios exploratorios descubrió y comenzó a practicar "El entrenamiento autógeno" del neurólogo alemán Johannes Heinrich Schultz, un método de auto hipnosis que, mediante una serie de ejercicios fisiológicos, puede conseguir un estado similar al que se obtiene con la hipnosis exógena. Otro neurólogo que le interesaba era Ernst Kretschmer que, al igual que Schultz, redescubrieron el valor de lograr estados prehipnóticos para la terapia psiquiátrica.

Luego de trabajar cinco años en la Clínica Psiquiátrica de la U. de Chile sintió la necesidad de profundizar sus conocimientos y postuló a una beca en la Clínica Psiquiátrica de Tubinga, dirigida por Ernst Kretschmer, y a la cátedra de Eugene Bleuler en Zurich. Permanece un año en Tubinga y se traslada por otro año a Zurich. En Zurich aprovecha la ocasión de asistir a las últimas conferencias que daba un ya anciano Jung y que fueron claves en el trabajo posterior de Lola como psicoterapeuta.

A su regreso a Chile, en 1959, se reintegra a la Clínica Psiquiátrica y se une a los primeros ensayos de terapia grupal y a un grupo de experimentación controlada con LSD y marihuana.

Poema
Lola, según cuenta el libro “Mi Abuela Lola” de Leonora Calderón, escribió este poema: “Elegir es conmover, conmover es vivificar. Me dejo conducir y me dejo mover. Muevo, cobijo y pondero a los otros y en mí vuelvo viajero lo inmóvil. La forma envejece, se vuelve frágil y cascada, en pedazo la abate la tormenta. Lo quebradizo y agrietado transparente se torna. Un edificio se eleva momento a momento, e inesperadamente de una sola vez, suenan las doce desde la catedral”.


Fuentes:
http://transgenealogia.blogspot.com/2006/12/lola-hoffmann.htmlhttp://www.scielo.cl/scielo.php?pid=S0717-92272008000100008&script=sci_arttexthttp://www.concienciamujer.cl/panel/view/4284
http://www.portalchoapa.cl/detalle.php?seccion=cultura&id=27

Ilustraciones: Henri Rousseau

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