viernes, 20 de diciembre de 2013

MANOS QUE CURAN

“Como mujeres, tocamos a muchas personas. Sabemos que la palma de la mano es una especie de sensor, tanto con un abrazo como con una palmada o un simple roce del hombro hacemos una lectura de la persona a la que tocamos. A poca relación que tengamos con La Que Sabe, comprendemos lo que siente otro ser humano tanteándolo con las palmas de nuestras manos. Algunas mujeres reciben información en forma de imágenes incluso a veces de palabras que les comunican los sentimientos de los demás. Se podría decir que hay en las manos una especie de radar. Las manos son no sólo receptoras sino también transmisoras. Cuando alguien estrecha la mano de una persona le puede transmitir un mensaje y es lo que suele hacer de manera inconsciente a través de la presión, la intensidad, la duración y la temperatura cutánea. Las personas que de manera inconsciente o deliberada tienen intenciones aviesas poseen un tacto que hace que el otro sienta que le están abriendo boquetes en el cuerpo espiritual psíquico. En el polo psicológico opuesto, las manos que se apoyan en una persona pueden aliviar, consolar, eliminar el dolor y sanar. Se trata de un saber femenino que se ha transmitido de madre a hija a través de los siglos”.

Mujeres que corren con los lobos, Clarissa Pinkola Estés


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