sábado, 25 de junio de 2016

Buena suerte chicas


"En internet, me encuentro por casualidad con una carta firmada por Antonin Artaud. Una carta de ruptura, de alejamiento en todo caso, dirigida a una mujer que él declara haber amado. Comprendo que, en detalle, su historia debe ser complicada. Pero al final, la cosa queda así: «Necesito una mujer que sea únicamente mía y que pueda encontrar en mi casa en todo momento. Estoy desesperadamente solo. Por la noche, no puedo volver a una habitación solo, sin que ningún servicio de la vida me sea accesible. Necesito un interior, y lo necesito urgentemente, y una mujer que se ocupe sin cesar de mí hasta en los detalles más ínfimos. Una artista como tú tiene su propia vida y no puede hacer eso. Todo lo que digo es de un egoísmo feroz, pero así es. Ni siquiera es necesario que esa mujer sea muy guapa, tampoco quiero que tenga una inteligencia excesiva, ni que reflexione demasiado. Basta con que esté atada a mí». Desde que soy niña, después de Goldorak y Candy, que pasaban en la tele a la salida del colegio, me apasiona invertir las cosas, simplemente para ver lo que pasa. «Necesito un hombre que sea únicamente mío y que pueda encontrar en mi casa en todo momento». Esto suena inmediatamente muy distinto. El hombre no está ahí para quedarse en casa, ni para ser poseído, incluso si yo necesitara o quisiera un hombre que fuera únicamente para mí, todo me aconsejaría moderar mis ardores y, al contrario, consagrarme completamente a él. No es la misma historia. No hay nadie a mí alrededor que haya sido asignado, políticamente, a sacrificar su vida para hacer la mía más confortable. Esta relación de utilidad no es recíproca. Del mismo modo, yo no podría escribir de un modo sinceramente egoísta: «Necesito un interior, y lo necesito urgentemente, y un hombre que se ocupe sin cesar de mí hasta en los detalles más ínfimos». Si encontrara a un hombre así, sería porque tengo medios para asalariarlo. «Ni siquiera es necesario que ese hombre sea muy guapo, tampoco quiero que tenga una inteligencia excesiva, ni que reflexione demasiado. Basta con que esté atado a mí». Mi poder no reposará nunca sobre la sumisión de la otra mitad de la humanidad. Un ser humano de cada dos no ha venido al mundo para obedecerme, ocuparse de mi interior, cuidar mis hijos, gustarme, distraerme, confortar el poder de mi inteligencia, procurarme reposo después de la batalla, dedicarse a alimentarme bien… y es mejor así."

Fragmento del libro "TEORÍA KING KONG" de  Virginie Despentes


Ilustración: Collage de Hannah Höch 

No hay comentarios:

Publicar un comentario